La segunda vida del museo de Benito Juárez en Palacio Nacional
El presidente Andrés Manuel López Obrador relanza el recinto que homenajea al Benemérito de las Américas, en conmemoración por su 150 aniversario luctuoso
“Benito Juárez es el mejor presidente de la Historia de México”, dice el presidente Andrés Manuel López Obrador cada vez que tiene oportunidad. “Juárez es un referente. Un ideal. Es lo que debe inspirar siempre a un buen gobierno”, dijo el mandatario desde Guelatao, Estado de Oaxaca, lugar de nacimiento del abogado zapoteco; el primer presidente liberal de México y uno de los máximos referentes históricos de López Obrador, del que se siente heredero y continuador. “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, cita a Juárez una y otra vez. “Hay que mandar obedeciendo”, repite el fundador de Morena convencido de que la historia del país no volverá a ser la misma tras su paso por Palacio Nacional. La que bautizó como la Cuarta Transformación haría de su sexenio un hito al nivel de la Independencia, la Reforma y la Revolución Mexicana. El actual presidente imagina su futuro en el panteón de bronce en el que yacen Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero o Lázaro Cárdenas. No es casualidad que López Obrador haya seleccionado el Palacio Nacional como residencia y sede del Poder Ejecutivo, lugar donde, derrotado el imperio de Maximiliano de Habsburgo, el 15 de julio de 1867, Benito Juárez regresó a la Ciudad de México y abrió simbólicamente las puertas centrales y presidió, desde el palco central, el desfile triunfal. Ni que haya convertido en museo a Los Pinos, casa oficial de los presidentes mexicanos durante 84 años. Mucho menos la renovación curatorial y museográfica del recinto de homenaje a Benito Juárez en Palacio Nacional, fundado en 1957, para conmemorar el 150 aniversario luctuoso del Benemérito de las Américas, héroe nacional.
“El movimiento de López Obrador será tan indestructible como el legado de Juárez”, dijo el Secretario de Gobernación Adán Augusto López, en la reinauguración del recinto, el pasado 18 de julio. “Benito Juárez creó un legado indestructible que hoy es un pilar inamovible del nuevo proceso transformador por el que día a día trabajamos en el gobierno de México”, añadió. Juárez ha pasado a la historia por su defensa de la soberanía frente a la invasión de 1864. Para López Obrador, el prócer liberal es más que un personaje histórico, es una guía del deber ser, a la hora de gobernar. Un presidente republicano contra un monarca francés, Maximiliano de Habsburgo. Su reinado duró apenas tres años. Aupado por las ambiciones americanas de Napoleón III, acabó fusilado por el Ejército mexicano con el apoyo de Lincoln, que temía que la expansión imperialista siguiera hacia el norte del río Bravo. Amante de la historia y los símbolos, el presidente invitó a los embajadores de Francia, Estados Unidos y Cuba a la reapertura del museo: “son tiempos de reconciliación y unidad”, mencionó López Obrador, tras anunciar la reapertura al público del recinto dedicado a honrar la memoria del oaxaqueño.
Homenaje en Palacio Nacional por los 150 años del fallecimiento del presidente Juárez y reapertura del recinto dedicado a honrar su memoria. Me acompañaron los embajadores de Francia, EE.UU. y Cuba. Con respeto a las soberanías, son tiempos de reconciliación y unidad. pic.twitter.com/4rJVUriOtj
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) July 18, 2022
“La exposición permanente del recinto de homenaje Benito Juárez está viviendo ahora una renovación completa en su museografía y su curaduría, tanto en sus salas como en el espacio exterior. La antigua escalera que hoy da acceso al recinto presentaba problemas muy grandes y se tuvo que hacer un gran trabajo de restauración bajo el cuidado y la supervisión del INAH”, explica a EL PAÍS el historiador Carlos Mujica. “Desde hace cuatro sexenios que no se hacían trabajos importantes dentro del recinto. La última renovación se había realizado en 1998. Este lugar, fundado en 1957, está viviendo un momento histórico″. Después de 24 años, el Recinto de Homenaje a Don Benito Juárez modifica completamente su exposición permanente. La muestra presenta 651 objetos —de los cuales 588 pertenecen a las colecciones de la Secretaría de Hacienda y 63 fueron prestados por 16 instituciones públicas y cuatro privadas—, divididos en cuatro módulos temáticos: Juárez en su tiempo: vida, época y obra; Ambientaciones museográficas de las habitaciones presidenciales; Juárez en el tiempo: el culto a la figura; y Juárez sin tiempo: huellas de la transformación. Entre las piezas de la exposición permanente destacan: la banda presidencial de Juárez; dos retratos del benemérito realizados por José Escudero y Espronceda, en 1872, y Tiburcio Sánchez, en 1889; el bastón de mando que le obsequió el pueblo de Santa María Ixcatlán, objetos que pertenecían su esposa Margarita Maza e indumentaria masónica del prócer.
Durante su gobierno, Benito Juárez actuó bajo el pensamiento masónico, hecho tangible en las Leyes de Reforma, que marcaron una nueva era en la historia de México. Juárez se convirtió en un ícono masónico, porque luchó por los ideales que los definían: laicismo, libertad de opinión y de creencias religiosas, la separación eclesiástica del Estado, derechos humanos y sociales para que todos los miembros de la sociedad pudieran vivir en paz. De acuerdo con Carlos Mújica, los masones no solo le rinden homenaje a Benito Juárez el día de su natalicio, sino también el día de su fallecimiento y han establecido el 15 de enero, día en el que Juárez fue iniciado en la masonería, como el Día Nacional de la Masonería. “También obtuvimos algunos obsequios de archivos documentales digitalizados, por ejemplo, del Fondo de la Biblioteca Nacional de la UNAM. De tal manera que la colección se amplió notablemente. Cualquier persona que antes haya visitado el recinto de homenaje Benito Juárez y hoy lo vuelva a hacer, notará la diferencia”, explica el historiador y curador de la muestra a este diario. La silla presidencial de Juárez, que se presenta por primera vez en el museo, fue un obsequio de la Escuela de Artes y Oficios para hombres. “No hay indicios de que la haya usado, nunca se representó él en esa silla, sin embargo, sí fue un obsequio particular que se le hizo a don Benito Juárez. También se expone un cuadro pintado por Jorge González Camarena y otro de David Alfaro Siqueiros en ocasión de la publicación de los primeros libros de texto gratuito. La pieza pertenece a la Comisión Nacional de Texto Gratuito y es justamente con esa pieza con la que cerramos la exposición”, concluye Mujica.
“¿Comunista yo? El comunismo es algo muy antiguo. Yo soy un liberal. Desde que la democracia existe las adscripciones políticas, los principios y las ideologías se resumen en realidad en esos dos grandes bloques: liberales y conservadores. Y yo soy un liberal”, enuncia López Obrador recordando siempre a Benito Juárez, amado por muchos por su entrega a la nación y criticado por otros por su apego al poder. Durante su largo periodo de gobierno, de 1857 a 1872, luchó incansable por mantener su gobierno a flote, a pesar de que el país había sido invadido por el Ejército francés y defendió a la República del Imperialismo en manos de Maximiliano de Habsburgo. Se exhibe, además, una selección de 14 monedas con la efigie de Juárez —acuñadas entre 1914 y 1957— que fueron donadas por un particular y un sable de excelente fabricación prestado por el Museo de la Legión Extranjera Francesa obtenido, en 1866, por el capitán Charles Blin, del Primer Regimiento de dicha fuerza militar. Los bienes pertenecientes a las colecciones artísticas, históricas y bibliohemerográficas de la Secretaría de Hacienda, que recibieron diferentes tratamientos de conservación y restauración por parte del personal de la Dirección General de Promoción Cultural y Acervo Patrimonial y de la Conservaduría de Palacio Nacional.
Se hicieron trabajos de conservación, restauración y mantenimiento especializado de elementos arquitectónicos, mismos que fueron avalados y supervisados por el INAH, considerados en los Patios Marianos contiguos y la escalera de acceso al Recinto —con la restauración de 53 escalones y 58 piezas de cantera de cuatro descansos—. También se intervinieron 106 metros lineales de barandales y pasamanos de madera de la escalera de acceso que se reforzaron con 66 elementos estructurales de acero para darles estabilidad. El mantenimiento integral y especializado se extendió a los 1.050 metros cuadrados del museo e incluyó trabajos en 48 ventanas y siete puertas; 15 rejas de hierro y 1.046 metros cuadrados de piso de madera; asimismo, se consolidaron y resanaron 60 metros lineales de fisuras y grietas en muros, se restituyeron 53 metros cuadrados de falso plafón y se aplicó pintura en 2.211 metros cuadrados de plafones y paredes.
En la renovación del espacio destaca la sustitución de 305 metros cuadrados de tapiz diseñado especialmente para las ambientaciones con la identidad visual del recinto, que integra la firma de Don Benito Juárez, acompañada por el águila republicana y guías de laurel. Benito Juárez murió cerca de la medianoche siendo presidente en funciones el 18 de julio de 1872. Falleció a los 66 años de edad, durante su segunda reelección como presidente, tras una trayectoria política extraordinaria. A pesar de los arrebatos antijuaristas de Porfirio Díaz, durante su gobierno creció el mito del indígena que llegó a ser presidente de la República, el héroe zapoteca, el liberal, el defensor de la Reforma, el idólatra de la ley. Más allá del mito, se encontraba el hombre de carne y hueso, capaz de equivocarse y propenso a la egolatría. En su soberbia, estaba seguro de que hacía lo correcto por el bien de la nación. Su defensa de las Leyes de Reforma dio paso a transformaciones de gran calado y preparó el camino para la modernización del país.
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