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El reto de curar a los que curaron

Más de la mitad de los sanitarios españoles sufre estrés postraumático tras los meses más graves de la pandemia

Varios sanitarios salen a la calle a aplaudir.
Varios sanitarios salen a la calle a aplaudir.Quique García (EFE)

Los recuerdos más dolorosos que Verónica Mope tiene de los peores días de la pandemia son recurrentes. No olvida las videollamadas con los familiares de los pacientes de covid-19. “Un hombre llamó a su mujer y, mientras ella le decía ‘te quiero mucho, te quiero muchísimo’, él se moría. Nosotros no podíamos parar de llorar”. Esta enfermera del Hospital de Mataró (Barcelona) no está sola en el duelo. Un 53% de los sanitarios sufre estrés-postraumático derivado de la crisis del coronavirus y el 79% padece ansiedad, según el estudio Sanicovid-19, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid.

En la etapa más dura de la crisis, Verónica buscó atención psicológica dentro del hospital, pero el servicio estaba saturado. “Mandé un correo porque necesitaba apoyo. Me dijeron que me llamarían, pero no lo hicieron, así que me apañé por otro lado”. El refuerzo psicológico ha sido insuficiente en varias comunidades autónomas, según expone Silvia Berdullas, responsable del Consejo General de la Psicología de España. Junto al Ministerio de Sanidad coordinó el servicio de atención telefónica que se puso en marcha en apenas ocho días y en el que una de las tres líneas estaba habilitada para sanitarios y trabajadores esenciales de la crisis. La psicóloga cuenta que ante las deficiencias detectadas sería conveniente subsanar los déficits del sistema. “Lo venimos reclamando desde hace ya varios meses”, incide. La situación en España dista mucho de la media de la UE: hay seis psicólogos por cada 100.000 habitantes, según un informe de este año del Defensor del Pueblo, frente a la media de la Unión, que se sitúa en 18.

Carlos Salas, uno de los profesionales que han prestado atención telefónica, reconoce lo difícil que es trabajar durante la pandemia, sobre todo para los médicos. “Las jornadas de terapia eran de seis horas para que no nos sintiéramos sobrepasados. Los médicos ya se estaban quemando en los hospitales. Hacían turnos de hasta 25 horas seguidas”.

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GRAF570. MURCIA, 25/04/2020.- Una enfermera de la unidad de cuidados intensivos (UCI), ayuda a un compañeros a colocarse las protecciones necesarias antes de entrar en un box para atender a un paciente infectado con COVID 19, en el hospital universitario Morales Meseguer de Murcia, éste sábado. El coronavirus ha obligado a cambiar radicalmente el trabajo de las unidades de cuidados intensivos (UCI), en las que ni el miedo a posibles contagios ni la ansiedad generada por el colapso ni los interminables turnos de trabajo han sido tan duros para su personal como no poder coger de la mano a pacientes y familiares en los momentos más críticos de sus vidas. EFE/Marcial Guillén
Reservas estratégicas a distintas velocidades

Esta carga de trabajo sin descanso ha desatado enfermedades entre el personal médico. Guillermo Fouce, presidente de Psicología sin Fronteras, explica que las consecuencias se manifiestan de tres formas: física, mental y emocional. En la primera, se producen problemas de sueño y alimentación; en la segunda, pensamientos recurrentes sobre lo que se podría haber hecho diferente. Finalmente, en la tercera brotan los daños emocionales que han podido causar la ansiedad y los traumas vividos.

En el Hospital de Mataró, la médica Caridad Sáez trabajó en urgencias durante los días más intensos de la pandemia. Ahora siente que se está recuperando de los estragos emocionales del estrés laboral, pero aún recuerda cuando necesitaba contacto físico en medio de la crisis. “Fueron dos meses en los que nadie te besaba, nadie te daba un abrazo y necesitabas afecto”.

La cifra de sanitarios con secuelas psicológicas no es desdeñable. Un 21,2% de los 1.243 sanitarios observados en el estudio de la Complutense han mostrado síntomas compatibles con un cuadro de ansiedad grave. A su vez, la investigación, realizada por el Laboratorio de Psicología del Trabajo y Estudios de la Seguridad revela que 5 de cada 10 profesionales ha mostrado síntomas depresivos, que son graves en el 5,6 % de los casos.

La psiquiatra Paloma Fernández, adscrita también al Hospital de Mataró, alerta de una situación preocupante para la salud mental del personal hospitalario ante una segunda ola no controlada de la covid-19. “Las autoridades deben hacer más hincapié en la responsabilidad ciudadana”, indica. Y subraya que se necesita un tiempo suficiente de pausa para que los sanitarios puedan desconectar. Las vacaciones de verano son una buena receta.

La doctora Caridad Sáez, como muchos de sus compañeros, asume que, ante otra crisis, el personal médicos se verá nuevamente obligado a resolver el estrés y la ansiedad por su cuenta. “Hay que aprovechar para disfrutar un poco de pequeñas vacaciones y prepararnos mentalmente para lo que pueda venir”.

Desde la publicación Sanicovid-19 afirman que de producirse la tan temida segunda oleada España se encontrará con unos profesionales dañados emocionalmente y “con un sistema sanitario sin capacidad de respuesta”. En el estudio Depresión, estrés, insomnio, ansiedad… los problemas psicológicos derivados del confinamiento podrían perdurar meses o años, la Universidad Complutense observó a más de 2.000 personas en toda España durante el estado de alarma. Alfredo Rodríguez, uno de los autores de la investigación y psicólogo especializado en asuntos laborales, alerta: “Es importante garantizar la salud mental de los sanitarios para enfrentarse a un rebrote”.

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