Consejos de expertos para no volvernos locos con los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos
Es recomendable seguir la regla de los cuatro obsequios y recordar que no quienes tienen más cosas, son más felices
La Navidad se asocia irremediablemente con un árbol adornado y repleto de regalos en su base. Probablemente, porque es lo que se ve en películas y en publicidad, es lo que los niños esperan con la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos. Sin embargo, muchos progenitores tienen cada vez más claro que el abuso de sorpresas y juguetes sin control se aleja bastante de lo que se presupone como una buena crianza y más aún de lo que se considera consumo responsable.
Los expertos están de acuerdo con esa intuición paterna. Ghada Aboud, profesora de Magisterio de Infantil y Primaria en la Universidad Europea y tutora de Universidad de Padres, Up!family, afirma que recibir muchos regalos puede ser contraproducente para el pequeño: “Pueden perder la ilusión, la creatividad y la imaginación e incluso reducir su nivel de tolerancia a la frustración. Fomentaremos en ellos, además, un consumismo exagerado. No por recibir una mayor cantidad de juguetes van a ser más felices”. Porque “los niños pierden la capacidad de centrarse en un único regalo y de disfrutarlo plenamente, provocando que la emoción se disperse hasta llegar a desaparecer cuando reciben una gran cantidad de regalos”. En efecto, es habitual que, al encontrarse de golpe con demasiados regalos les provoque confusión y dificultad para escoger uno con el que pasar un buen rato.
La regla de los cuatro regalos
Para educar en valores como el consumismo responsable también en Navidad, en la Universidad de Padres proponen seguir la regla de los cuatro regalos. El primero, que le sirva para poder llevar (calzado, ropa, complementos…); el segundo sería un libro (“uno de los mejores regalos que les podemos ofrecer”) sobre alguna temática que le interese, desde dinosaurios a su deporte favorito; el tercer regalo sería eso que el niño desea con más ilusión; y el cuarto, algo que necesite, por ejemplo la equipación del deporte que practica, el material para manualidades que le gusta, etc. Estos cuatro regalos deben ser el total de los que reciban, incluyendo a los abuelos y los tíos. Conseguir que los demás miembros de la familia participen de esta regla no será tarea fácil, pero conviene intentarlo haciéndoles partícipes de la idea de que es importante para su crianza.
Aboud afirma que de esta manera, “nuestros hijos e hijas serán capaces de valorar cada uno de los regalos, les estaremos ayudando en valores como el consumismo responsable, haciéndoles reflexionar si realmente es necesario aquello que nos están pidiendo”. Porque la tutora de Up!Family sabe que a menudo lo de llenar el árbol de regalos es una imposición que nos hacemos los propios padres: “Los niños a menudo terminan pidiendo por pedir y, probablemente, alguno de esos regalos será abierto ese día y arrinconado durante el resto del año”. Por eso, Paloma Díez, directora de Psicología Europa y psicóloga experta en infantojuvenil considera que es una buena idea, si tienen regalos de más, “guárdalos y repartirlos a lo largo del año”. Y, la Navidad siguiente, hacer limpia para que los reyes lleven los juguetes que ya no usan a otros niños para que los aprovechen.
Lucha de titanes
Seamos sinceros, luchar contra los elementos consumistas en estas fechas es lo contrario a sencillo, pero, como dice Aboud, “son valores muy importantes que debemos inculcar en la familia y ser nosotros como padres y madres, su ejemplo a seguir enseñándoles el valor que tienen las cosas”. En ese sentido, la psicóloga infantojuvenil afirma que es interesante que “los regalos estén asociados a algún esfuerzo que hayan realizado”, por pequeño que sea y según su edad. “No olvidemos que los Reyes vienen si eres bueno”, recuerda.
Aparte de la regla de los cuatro regalos, está bien que tengamos en cuenta que el mejor obsequio es el tiempo. Paloma Díez: “Lo que más valoran los niños es recibir atención de sus padres, así que regalar juegos que podamos compartir con ellos también es una buena idea”. Aboud apostilla: “Aunque a veces creamos que la verdadera felicidad reside en aquello que queramos comprar, si nos damos cuenta, somos mucho más felices cuando hacemos planes en familia dedicando tiempo a aquellos que queremos. Es la mejor manera que tenemos los padres y madres de transmitir el amor a nuestros hijos e hijas y saber educarles desde pequeños en un consumo responsable, enseñándoles a crecer como ciudadanos en la sociedad en la que viven, sabiendo que tienen hoy en día muchas más cosas que las que realmente necesitan”. Para pasar tiempo de calidad en su compañía, Papá Nöel o los Reyes pueden traer entradas para el cine o un espectáculo, o, quienes no quieran gastar mucho, un día en el campo.
Coger catálogo, lápiz y papel
Escribir la carta para los Reyes no es un trabajo menor. Hay que tener claro qué es lo que al niño le hace tanta ilusión como para que sea su único regalo. “Es bueno hacerse con un catálogo, pero antes de comenzar, explicar la cantidad de regalos que puede escoger para así trabajar también el tema de las expectativas y la frustración. Una vez que lo seleccione, es conveniente elaborar la carta con ellos y así saber qué es lo que finalmente piden”, comenta la tutora de la Universidad de Padres. Y si eso que tanto desean no está al alcance de nuestro bolsillo, explicarles con cariño que son muchos niños del mundo a los que repartir juguetes y tiene que haber para todos. Sin embargo, sobre todo, “no debemos por ello sentirnos culpables. A veces es el adulto el que le da mayor importancia a esta cuestión”, concluye Aboud.
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