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Inés Cabezas, docente: “Para muchos niños y sus familias entender y conocer las altas capacidades es liberador”

La experta universitaria denuncia que estos menores siguen siendo los grandes olvidados del sistema educativo, pues pasan por él sin ser detectados y atendidos y tampoco hay planes ni medidas que formen a docentes y profesionales educativos para ello

Inés Cabezas es madre, docente y experta en niños con altas capacidades
Inés Cabezas es madre, docente y experta en niños con altas capacidades.

Cuando una familia sospecha que su hijo o hija pueda tener altas capacidades comienza un largo y arduo camino hasta obtener la ayuda y los recursos necesarios. Cerca del 90% de los estudiantes con altas capacidades pasan desapercibidos en el sistema educativo, sin recibir la atención que precisan al no ser detectados. Para intentar paliar esto, Castilla-La Mancha, por ejemplo, trabaja desde el curso pasado en un proyecto piloto en 82 centros educativos de la región. Este plan busca llegar a 33.000 profesores para que puedan detectar y responder a las necesidades educativas de este tipo de alumnado. Para el catedrático Javier Tourón, uno de los mayores expertos en innovación y desarrollo educativo, la alta capacidad es relativamente fácil de evaluar, si bien es cierto que hace falta tener la voluntad de llevar a cabo estas valoraciones.

Inés Cabezas (45 años), madre, docente y experta universitaria en altas capacidades y desarrollo de talento, asesora y ayuda a docentes y familias. Su compromiso con la comunidad educativa contribuye a una mejor comprensión y atención de las necesidades de los estudiantes con esta neurodivergencia. Junto a Susana García-Moya comparte su visión en altas-capacidades, ofreciendo perspectivas únicas desde su experiencia como madres de hijos con altas capacidades y como educadoras. “Las altas capacidades representan habilidades intelectuales, creativas, sociales y/o físicas superiores a la media”, las describe Cabezas, “no son, simplemente, una vasija más grande, como metáfora de una inteligencia mayor”. Cabezas sostiene que estas habilidades implican una forma distinta de procesar la información y percibir el mundo, es decir, “tienen una neuroconfiguración diferente que influye en la forma de aprender”.

PREGUNTA. ¿Cuáles cree que son las razones detrás de la baja tasa de alumnos diagnosticados?

RESPUESTA. Aproximadamente, el 90% del alumnado con altas capacidades pasa por el sistema educativo sin ser detectado y, por lo tanto, atendido, según datos del Ministerio de Educación. Entre sus causas encontramos la falta de formación de los profesionales educativos, las fallas en el sistema de detección y los sesgos negativos, mitos sobre las altas capacidades en la sociedad, que llevan a muchas familias a esconder y ocultar su condición en lugar de normalizarla. Para mayor desconcierto, cada comunidad autónoma tiene una normativa diferente, ya que, increíblemente, no hay un consenso nacional en la identificación o atención. Por ello, un alumno puede ser censado como altas capacidades o no dependiendo de donde resida. Lo que, además, genera una situación de discriminación entre el alumnado.

P. ¿Por qué es difícil reconocer la necesidad de atención para las altas capacidades?

R. Aunque la normativa reconoce las necesidades del alumnado de altas capacidades como NEAE (necesidades específicas de apoyo educativo), normalmente se ignora y/o relega sus necesidades, priorizando otras dificultades o neurodivergencias que se creen más prioritarias. Influye en esto los prejuicios, como la creencia de que no necesitan apoyo educativo debido a su supuesta mayor inteligencia, o la confusión de las altas capacidades con buen rendimiento académico. En este punto, es importante destacar que no hay NEAE de primera o de segunda, todos los niños tienen el mismo derecho a ser evaluados en cuanto se detectan los primeros indicios. Lo que sí hay son dificultades, discapacidades o neurodivergencias que necesitan más o menos atención y recursos. Pero no es discutible que tengan los mismos derechos que cualquier otro niño.

P. ¿Cómo deberíamos proceder ante la sospecha de que un hijo o hija pueda tener altas capacidades?

R. Lo primero es la recopilación de indicios que verifiquen nuestras sospechas. Los cuestionarios de Luz Pérez y los de Rogers online están disponibles en internet y los pueden realizar las familias —están dirigidos a alumnos con sospechas de altas capacidades como herramienta de apoyo para su detección y sus posibles indicadores proporcionan información que pueden ayudar a decidir si es pertinente una evaluación psicopedagógica—. Si se prefiere, se puede acudir a un profesional que recopile información relevante, realice un pequeño screening y posterior informe. Una vez realizado, debemos hacerlo llegar al centro escolar de forma oficial para que se tomen las medidas estipuladas en los protocolos de detección, evaluación e intervención.

P. ¿Cómo abordar la situación si el maestro no comparte las inquietudes y sospechas de los padres?

R. En realidad, no se trata de estar de acuerdo o no. Hasta que no se realicen las pruebas no se conocerá el diagnóstico real. Lo que corresponde a docentes, dentro del marco legal, es observar indicios y escuchar lo que pueda aportar la familia para, en caso de ser necesario, poder solicitar una evaluación con un criterio profesional. En estos casos, el “a mí no me parece” o el “yo no lo veo” no está basado en pruebas o evidencias y no ayuda a la identificación temprana y atención de sus necesidades, como marca la normativa actual.

P. ¿Y en caso de no llegar a acuerdo?

R. Si el maestro no está de acuerdo con nuestras sospechas es importante recopilar evidencias sólidas que respalden las observaciones sobre las altas capacidades del niño y enviar nuestras sospechas o un informe al centro de forma oficial. Es fundamental abordar cualquier discrepancia con el personal educativo de manera constructiva y colaborativa, para garantizar el bienestar del niño. Si no hay acuerdo, se puede solicitar una reunión conjunta con el tutor y orientador y/o el equipo especializado en altas capacidades de la comunidad o provincia para que ofrezcan una visión experta.

P. ¿Cuál es la importancia de recibir un diagnóstico?

R. No se debe dudar de la importancia de encontrar cualquier diagnóstico para, así, poder eliminar las barreras en la educación de cualquier niño. Este, además, permite el autoconocimiento, la autorrealización, la identificación de fortalezas y debilidades, así como la comprensión de la forma única de aprender y percibir el mundo. Es crucial para proporcionar el apoyo y los recursos necesarios. Para muchos niños y sus familias conocerse y entender que no son raros es liberador. Además, el diagnóstico puede facilitar el acceso a programas y servicios especializados que ayuden al niño.

P. ¿Cuáles son las dificultades más frecuentes a las que se enfrentan estos niños?

R. A pesar de que no existe un perfil único de altas capacidades, ya que influye el carácter, la personalidad y el perfil específico de cada uno, se puede decir que, de forma general, las mayores dificultades son la desmotivación, el desajuste emocional y social, la disincronía, la baja tolerancia a la frustración, las somatizaciones, la falta de herramientas o estrategias y organización propias de su nivel. Todo ello derivado de la simplicidad de los aprendizajes escolares, la falta de ajuste académico, de opcionalidad y retos/desafíos adecuados en el entorno educativo, así como, en algunos casos, a la dificultad para encontrar compañeros con intereses similares

P. ¿Cómo se deberían abordar esas dificultades?

R. Es importante abordar estas dificultades de manera integral, proporcionando apoyo académico, emocional y social para garantizar el bienestar y el éxito del niño.

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