La educación afectivo-sexual, la asignatura pendiente de los colegios en España
La prevención es una cuestión fundamental cuando tratamos estos temas. Una mala educación sexual aumenta la probabilidad de que los niños recurran al aprendizaje a través de la pornografía
La educación sexual en España es una asignatura pendiente en los colegios. Combinar el despertar sexual con la falta de educación provoca que muchos jóvenes acaben buscando respuestas en internet, en la pornografía o preguntando a sus amigos. Hasta ahora, la educación sexual de manera general en centros escolares, suele llegar a través de talleres que se incorporan a otras asignaturas y que suelen ser impartidos por organizaciones externas o determinados profesores durante las tutorías, las cuales no tienen una continuidad a lo largo de los años.
Sin embargo, con la aprobación de la reforma de la Ley de Educación, así como de la Ley de protección de la infancia y adolescencia, se ha abierto una puerta para integrar este contenido. En esta regulación, se establece que la educación afectiva sexual como principio educativo y forma parte del currículo en Primaria, ESO y Bachillerato, e incluye en la etapa infantil, cuestiones tan importantes como el apego seguro. “Estas leyes son una oportunidad perfecta para brindar un modelo de educación sexual reglada, desde edades tempranas y adaptada a la etapa educativa de los menores”, afirma Cristina Sanjuán, responsable de violencia hacia la infancia de Save The Children.
Sanjuán explica que: “la educación afectivo-sexual es una herramienta clave para prevenir la exposición de la infancia ante distintos riesgos y formas de violencia, que permite a cada individuo ser capaz de prevenir, detectar y reaccionar ante situaciones de riesgo, por ello es necesario que se imparta de forma reglada y adaptada desde edades tempranas”.
Una de las personas que dicta estos talleres en Madrid es la directora de Sexcuela, Beatriz Guerrero del Palacio, de 38 años. Y lo hace desde hace ocho años. También desde su asociación se dedica a formar profesionales para impartir los talleres de educación sexual que reciben algunos de los colegios de esta comunidad autónoma. “Estos talleres han cambiado mucho, en mi época solo se repartían condones y tampones, ahora los talleres que se dictan están basados en que los niños se conozcan, que aprendan a saber cómo se identifican y cómo se relacionan con su cuerpo y con el otro”, afirma Guerrero.
No obstante, falta mucho para tener una buena educación sexual en España. Así se afirma en el estudio realizado por Ketting, Brockschmidt e Ivanova, en 2020, que pretendía evaluar cómo se lleva a cabo la educación sexual integral en los países de la región europea de la Organización Mundial de la Salud. Los resultados del estudio indicaron que España se ubica dentro del grupo de países con una educación sexual no integral.
“La educación sexual es definitivamente una de las asignaturas pendientes de las escuelas y colegios de España. La educación sexual se ha centrado principalmente en la prevención de enfermedades de transmisión sexual, es necesario hablar sobre una sexualidad más amplia, que incluya la pornografía como tema de debate, tanto en los centros educativos como en las propias familias”, afirma Sonia Castro, psicóloga del Instituto Europeo de Psicología.
Los datos lo confirman. Un informe elaborado por Save the Children titulado Desinformación sexual, indica que, de media, los jóvenes acceden por primera vez a material pornográfico con 12 años y casi siete de cada 10, el 68,2%, lo consumen de forma frecuente. Esto se produce mayoritariamente en la intimidad 93,9% y mediante sus teléfonos móviles, con los que suelen acceder a contenidos gratuitos online 98,5%, y que suelen estar asociados a la violencia.
Según el sexólogo de Myhixel Jesús Rodríguez estos datos son alarmantes. Sobre todo, por el impacto que estos hábitos tienen después en la manera en la que entienden, no solo las relaciones sexuales, sino en su forma de socializar con otras personas y su propio desarrollo sexual. “Además, si se tiene en cuenta la poca formación en educación sexual que se imparte en los centros escolares o lo poco o nada que se habla de estos temas en las familias, la situación empeora. Porque así estamos, dejamos todo el contacto con el mundo de la sexualidad a vídeos que se intercambian por WhatsApp o páginas de pornografía”, lamenta.
Comunidades como Navarra están implementando desde hace varios años un programa premiado por la UNESCO desde la etapa de cero a tres años y que continúa hasta los 18 años en el que se aborda la educación sexual mucho más allá del modelo biologicista tradicional. No obstante, en comunidades como la Región de Murcia se discute la idoneidad de desarrollar charlas y talleres de dos horas de duración sobre diversidad afectiva sexual e identidad de género en institutos y colegios de primaria.
La prevención es una cuestión fundamental cuando tratamos estos temas. Una mala educación sexual aumenta la probabilidad de que los niños recurran al aprendizaje a través de la pornografía y que se expongan a peligros sin saber identificarlos. Además, sin una educación afectivo-sexual que enseñe a distinguir relaciones sanas y libres de aquellas que no lo son.
La sexualidad es parte una parte inevitable de la vida y para poder combatir los tabús alrededor del sexo lo fundamental es hablar de ello con naturalidad. “Para poder romper el tabú, especialmente en el ámbito de la familia, es necesario construir un clima y diálogo basado en la confianza entre los niños y las personas adultas”, afirman desde Save the Children.
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