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Una de cada cuatro mujeres abandona la lactancia por mastitis, descubre cómo prevenirla

La inflamación de los pechos es dolorosa y debilitante, por lo que muchas madres, sobre todo primerizas, dejan de amamantar. Coincidiendo con la Semana Mundial de la Lactancia Materna, Guillermo Álvarez-Calatayud, experto del Consenso Nacional sobre Mastitis, hace un llamamiento para que el asesoramiento sea una realidad

La matrona juega un papel fundamental para prevenir las mastitis tras el parto, supervisando los cuidados de la mujer y lactante.
La matrona juega un papel fundamental para prevenir las mastitis tras el parto, supervisando los cuidados de la mujer y lactante.thianchai sitthikongsak (Getty Images)
Carolina García

Las noticias en torno a los beneficios de la lactancia materna hacen que muchas mujeres se sientan presionadas a hacerlo, a pesar de que a veces padecen dolor, terminando por abandonarla por el sufrimiento que sienten y el malestar del recién nacido al estar incómodo y no poder mamar. Este es el caso de las madres que padecen mastitis. “Es una de las principales causas de abandono no deseado y, en ocasiones evitable, de dar el pecho. Se trata de la inflamación de la mama durante la lactancia que puede estar o no acompañada de infección”, explica el doctor Guillermo Álvarez-Calatayud, pediatra del hospital Gregorio Marañón de Madrid y uno de los coordinadores del comité científico del Consenso Nacional sobre Mastitis. Exactamente, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), esta afección es la inflamación de uno o varios lóbulos de la glándula mamaria que ocasiona dolor, hinchazón, calor y enrojecimiento en los pechos, acompañada o no de infección, generalmente es unilateral, aunque puede darse bilateral, y además del tejido glandular suelen afectarse otras estructuras de la mama.

Este experto explica que una de cada cuatro mujeres padece esta inflamación, y añade: “Es la primera causa de tipo médico para un destete precoz o indeseado”. De media, entre un 20 y un 25% de las madres está en riesgo de desarrollar mastitis, patología cuya incidencia alcanza el 10% entre las mujeres que dan el pecho, según la AEP. Un dato relevante que puede ser prevenido y que merece visibilidad durante la Semana Mundial de La Lactancia Materna, que cada año se celebra del 1 al 7 de agosto.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna como alimentación exclusiva hasta los seis meses de vida del bebé, y hasta los dos años como complementaria a la ingesta diaria del pequeño. Y la OMS es rotunda con sus beneficios tanto en la esfera psicológica como física (menor número de enfermedades digestivas, dentales, etcétera). Pero no todas las mujeres pueden cumplir estas expectativas. “Se calcula que hasta un tercio de las madres lactantes pueden sufrir mastitis, sobre todo las primerizas, en la segunda semana tras el parto”, añade Álvarez-Calatayud. “A pesar de que la leche materna es el alimento ideal para el recién nacido, desgraciadamente, la principal causa de abandono es la decisión materna, generalmente por motivos laborales, aunque puede haber otros factores implicados: cesáreas, niños prematuros, gemelos, obesidad materna, medicamentos por parte de la madre, enfermedades del bebé, etcétera”, matiza.

Según el estudio Lactancia materna en España y factores relacionados con su instauración y mantenimiento: estudio LAyDI (PAPenRed), realizado este 2024, de la muestra inicial de 1.946 sujetos, el 90,7% decidió iniciar la lactancia materna al nacimiento. La cifra del amamantamiento exclusivo fue del 66,4% a los 15 días y del 35,2% a los 6 meses del bebé. Y los expertos señalan en sus conclusiones que las variables relacionadas con mayor duración de dar el pecho son la relación mayor de cinco años de los padres, no usar de chupete, colecho al mes de vida, decidir lactancia materna antes del embarazo, recibir información sobre lactancia durante la gestación y utilizar apoyo de asociaciones.

Cómo prevenir la mastitis

“Hay que distinguir entre una mastitis aguda con fiebre e inflamación local que precisará antibióticos y antiinflamatorios y, quizás el tipo más frecuente, las mastitis subagudas, donde la madre presenta dolor en el pecho (como un pinchazo) y con la sensación de no tener leche, lo que, a veces, provoca irritabilidad en el bebé”, explica el pediatra. “Este último tipo de mastitis a veces pasa desapercibido y conlleva el abandono prematuro del amamantamiento”, recalca.

Hay que distinguir entre una mastitis aguda con fiebre e inflamación local que precisará antibióticos y antiinflamatorios y, quizás el tipo más frecuente, las mastitis subagudas,
Hay que distinguir entre una mastitis aguda con fiebre e inflamación local que precisará antibióticos y antiinflamatorios y, quizás el tipo más frecuente, las mastitis subagudas,Peter Dazeley (Getty Images)

La prevención de la mastitis es clave para reducir la probabilidad de interrupción de la lactancia materna. Para ello, Álvarez-Calatayud destaca el asesoramiento sobre la lactancia (amamantar en función de la demanda del bebé y minimizar el uso de extractores de leche y pezoneras), tratar el dolor, tener una hidratación y descanso suficientes, evitar el masaje profundo y utilizar sujetadores de lactancia adecuados. “La retención de leche en los conductos mamarios con congestión del pecho puede desequilibrar el ecosistema microbiano de la mama. El uso de probióticos podría prevenir dicha alteración”, añade. Aunque hasta ahora no había acuerdo científico sobre su uso, algunos últimos estudios coinciden con las afirmaciones del doctor, como el elaborado en 2021, publicado por los Institutos Nacionales de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) y titulado La suplementación con Ligilactobacillus salivarius PS2 durante el embarazo y la lactancia previene la mastitis: un ensayo controlado aleatorio. Este concluye que las mujeres que estaban en el grupo que ingirió probióticos tenían un 58% menos de probabilidades de experimentar mastitis. Según esta investigación, la suplementación con L. salivarius PS2 —bacteria con potencial probiótico, que se encuentra en el tracto digestivo de los animales de interés zootécnico― durante el final del embarazo y el inicio de la lactancia fue segura y eficaz para prevenir la inflamación de las mamas y así evitar que las mujeres abandonaran la lactancia.

Para Álvarez-Calatayud, además, la matrona juega un papel fundamental para prevenir este tipo de afecciones tras el parto, “supervisando los cuidados de la mujer embarazada y lactante”. Sin embargo, según señala, no hay que olvidar que otros profesionales sanitarios (pediatras, ginecólogos, médicos generales, farmacéuticos) también deberían tener los conocimientos necesarios para detectar este tipo de mastitis: “Y así evitar que nuestros niños no se puedan beneficiar del mejor alimento”.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.
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