‘La burrita Baldomera’: de emocionante video viral a cuento infantil de éxito

En la primavera de 2020, cuando España comenzaba la desescalada, un vídeo empezó a romper récords. Aquellos días del mes de mayo las emocionantes imágenes del reencuentro de Ismael Fernández con la burra Baldomera se hicieron virales. Y no han dejado prácticamente de serlo porque el vídeo volvía una y otra vez a la actualidad de numerosos países a medida que cada uno salía de su propio confinamiento. Más de 50 millones de personas se han emocionado con los rebuznos del animal y las palabras entrecortadas de su amigo. En otoño, la historia se convirtió en libro infantil, titulado La burrita Baldomera. Y un año después, recién desembarcado en Estados Unidos en su edición en inglés, la obra ha sido elegida como uno de los tres mejores libros ilustrados de ficción para niños en 2021 en los Latino Book Awards, con sede en Los Ángeles. “Baldomera está imparable”, resume Fernández, tan sorprendido como feliz de que la historia de amistad y sensibilización medioambiental haya derribado fronteras mientras las redes sociales del equino acumulan más de 40.000 seguidores.

Baldomera llevaba dos meses sin ver a Ismael debido al estado de alarma que confinó a toda España. El animal estuvo cuidado durante todo ese tiempo por el hermano del comunicador malagueño, que no pudo desplazarse hasta El Borge -su pueblo natal, en la comarca de la Axarquía- hasta el 18 de mayo, día en el que Málaga arrancaba la fase 1 de la desescalada. Tras saludar a sus padres fue a ver a la burra, que entonces tenía cinco años. Al principio no encontró mucha respuesta, pero de repente el equino corrió a su encuentro y mientras a él se le saltaban las lágrimas ella comenzaba a rebuznar en un tono que Ismael jamás había escuchado y que, según los expertos, expresaba emoción. Su buena memoria le permitió reconocer a Ismael y descubrir que, pese a su ausencia, se encontraba bien y había vuelto a encontrarse con ella. Eso le hizo feliz. “Es toda una Platera del siglo XXI”, dice Ismael.

Tras colgar el vídeo en redes sociales, se hizo viral de inmediato. Ismael pasó entonces meses atendiendo a medios de comunicación de todo el planeta: BBC, CNN, el canal público japonés y decenas de televisiones, periódicos y páginas web de Rusia, India, Sudáfrica, Australia “y mucho más”. De hecho, aún recibe llamadas casi diarias. Una de ellas llegó con una inesperada oferta para que el animal protagonizara una película, pero él la rechazó para respetar su bienestar, no modificar el modo de vida al que está acostumbrada en la finca familiar y “porque iba a sufrir un estrés innecesario”. La propuesta que sí le gusto fue convertir la historia en un cuento infantil. Con texto firmado junto al docente Enrique G. Ballesteros e ilustraciones de Ayesha L. Rubio, la editorial NubeOCHO la sacó al mercado en el mes de octubre del pasado año. Desde entonces cuenta con ediciones en seis idiomas: español, catalán, euskera, inglés, italiano y, recientemente, portugués después de que una compañía comprara los derechos para su publicación en Brasil.

“La burrita Baldomera llevaba una vida tranquila, pero un poco aburrida”, así arranca el libro infantil que describe el día a día del equino hasta que ocurre lo inesperado. “Una mañana, Ismael se fue y no volvió. Pasó un día y otro día y otro día…” sigue la historia, que luego permite a los padres jugar con las diferentes consecuencias del cambio climático y fomentar la sensibilización ambiental. “Es un libro pandémico, pero no habla de la pandemia, porque lo que le ocurre al protagonista permite muchas interpretaciones”, dice el autor, que agradece los numerosos correos electrónicos y mensajes que recibe de padres y madres o los dibujos que le envían niños y niñas. “Cuando alguien te dice que es el cuento infantil de su hija… poco más se puede pedir”, subraya el malagueño, que también ha recibido propuestas para presentar la obra en numerosos ayuntamientos -su plan inicial es acudir a todos y cada uno de los municipios de su comarca, la Axarquía- pero que incluso dará una charla en los próximos días a un centro educativo de Oregón, en Estados Unidos, desde donde le contactaron tras recibir el galardón. “Ojalá pudiera ir en todos los lugares desde donde nos llaman, pero es imposible”, asegura el periodista.

El cuento se ha paseado ya por las ferias del libro de Madrid, Sevilla, Almería y Torremolinos, para llegar en los próximos días a la de Málaga, que se celebra entre el 5 y el 14 de noviembre en la plaza de la Marina. La Diputación de Málaga también repartió álbumes ilustrados en los colegios rurales de la provincia. La obra sirvió igualmente para el impulso del Alpaca Fest, un pequeño festival dirigido al público infantil cuya primera edición ya se celebró en El Borge el pasado mes de junio e incluyó cuentacuentos, títeres y actividades para fomentar los valores de nacer y vivir en pequeñas localidades rurales. También para subrayar el papel de los burros junto al ser humano. “Son medio de transporte, a veces tienda ambulante, herramienta de trabajo… y su abandono es la imagen viva de lo que ocurre en los pueblos y la despoblación”, afirma Ismael, que anuncia que el festival será anual.

Mientras tanto, casi ajena a todo su éxito, Baldomera continúa en su casa de El Borge camino de cumplir los siete años y disfrutando de manzanas, zanahorias y maíz que devora como chucherías. Y, sin saberlo, acumula además seguidores en redes sociales: más de 26.000 en TikTok, 13.800 en Instagram y más de 2.000 en Facebook. Y más allá de todos esos fans virtuales, la burra se encuentra desde hace apenas unos días más acompañada que nunca. Tras una compleja búsqueda, la familia de Ismael ha adoptado ahora a una burrita enana, de raza moruna, en peligro de extinción. Su anterior propietario la envío al matadero junto a otros ocho ejemplares, pero desde El Refugio de Cuqui -un hogar para animales en situación de emergencia- los consiguieron salvar y ahora ya reside en la casa familiar de El Borge. “Llevan apenas unos días juntas y se han hecho inseparables. Han creado unos vínculos muy fuertes en muy poco tiempo”, cuenta Fernández. Ruperta, de 17 años, acompaña ahora las correrías de Baldomera para que ya jamás vuelva a pasar tanto tiempo sola.

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