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embarazo
Crónica
Texto informativo con interpretación

TEAF: no existe ninguna cantidad segura de alcohol durante el embarazo

El Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal es totalmente evitable, según los expertos. Sus síntomas en los niños que lo padecen se parecen a los del TDAH y el autismo

Una mujer embarazada rechaza una copa de vino.
Una mujer embarazada rechaza una copa de vino.getty

“Durante muchos años pensé que era una mala madre: siempre tenía quejas del colegio, mi hija siempre se portaba mal. Quizás no ponía suficientes límites, quizás no castigaba suficiente, quizás consentía mucho… Ahora sé que el cerebro de mi hija funciona de forma diferente”. Estas palabras que acabáis de leer no son mías, son de Mercedes del Valle, Presidenta de Visual TEAF. Aunque el trastorno que afecta a su hija es aún poco conocido, el sentimiento que describe es exactamente el mismo con el que han vivido otras familias de niños caracterizados por alguna diferencia que les provocaba ese desencaje con la escuela que ella pone de manifiesto. Hasta que se descubre qué le pasa al niño, las familias se sienten muy perdidas, y también culpables, en multitud de ocasiones. Frecuentemente, todo empieza porque en el colegio se quejan de ellos, y los padres muchas veces responden tratando de imponer más límites o más castigos, como dice Mercedes. Pero es evidente que no sirven para nada.

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En estos contextos, es habitual que a los padres se les acuse de querer encontrar una etiqueta para sus hijos que resuelva sus problemas. Y aunque es cierto que etiquetar no es la solución, no podemos olvidar que no se van a buscar soluciones ni se van a ofrecer apoyos hasta que se tenga la dichosa etiqueta. Ni el sistema educativo ni el sanitario van a proporcionar ayuda a una familia de un niño por el mero hecho de que se organiza mal, pierde sus cuadernos, suspende, o no sabe controlar sus impulsos.

Sin embargo, cuando detrás de estos hechos lo que hay no es una mala educación, sino que se traducen en síntomas claros y existe una justificación a nivel cerebral, todo cambia radicalmente. Aunque a veces, incluso cuando existe una explicación científica, se puede acabar frivolizando sobre ciertos trastornos o negando su existencia.

TEAF son las siglas de Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal. Lo más lamentable de este trastorno, que tal y como dicen las familias de los afectados presenta rasgos comunes con el TDAH y el Trastorno del Espectro Autista, es que es totalmente evitable. La asociación que preside Mercedes, Visual TEAF, trata de informar y concienciar, entre otras cosas, de que durante el embarazo no existe ninguna cantidad de alcohol segura, y es que, aunque no se haya demostrado que una copita de vez en cuando pueda perjudicar al feto, esto no significa que haya una cantidad permitida o exenta de riesgo.

Mientras tanto, las cifras indican que un porcentaje considerable de mujeres beben durante el embarazo, seguramente sin ser conscientes de los efectos que puede tener el alcohol en sus bebés. Y los efectos tienen diagnósticos claros, porque bajo el paraguas del TEAF hay cuatro categorías diagnósticas: Síndrome Alcohólico Fetal completo (SAF), Síndrome Alcohólico Fetal parcial (SAFp), defectos del nacimiento relacionados con el alcohol (DNRA) y trastornos del neurodesarrollo relacionados con el alcohol (TNRA), siendo el SAF la manifestación más grave, la cual incluye retraso de crecimiento, dismorfismo facial, y malformaciones del sistema nervioso central.

A veces se olvida que algo tan cotidiano como una cerveza contiene una cantidad de alcohol que para un feto en desarrollo puede ser perjudicial. Lo que reclama la plataforma en este sentido es más concienciación e información, y para ello pone sobre la mesa la cifra nada despreciable que eleva hasta un 40% los casos de mujeres embarazadas que consumen alguna cantidad de alcohol durante el embarazo,

Actualmente, se están identificando numerosos casos de TEAF entre niños adoptados. Las cifras que proporcionan las plataformas de afectados estiman que existe un 50% de casos entre niños adoptados de Europa del Este. A los que se les complica más aún la situación por otros síntomas añadidos derivados del abandono y la adversidad temprana. Pero si hablamos de la población en general, se cree que entre el 1% y el 5% de la población puede estar afectada. Lo cual nos lleva de nuevo a un viejo debate: la permisividad hacia el consumo de alcohol, desde el momento de la más temprana adolescencia, deriva en problemas como este que son totalmente evitables.

El día que conocí a Mercedes y escuché todo lo que contaba, con base en lo mucho que ha aprendido sobre este trastorno, una de las cosas que más me impactó fue conocer la evolución de estos niños hacia la etapa adulta cuando no son identificados y tratados. Al crecer sin haber recibido los apoyos necesarios, muchos de ellos acaban excluidos socialmente, viviendo en la calle, cometiendo delitos, o siendo estafados y sin posibilidad de llegar a tener una vida independiente y aceptable.

Cuando piensas en que todo ese daño, con tan alto coste social, se podría haber evitado o al menos se podría haber mitigado con una detección temprana y la atención necesaria, te sientes impotente. Por eso, con motivo del día mundial del TEAF me gustaría mostrar mi apoyo y contribuir a visibilizar este terrible trastorno que, como he dicho, es 100% evitable, y ayudar de alguna manera a concienciar sobre la importancia que tiene una correcta intervención para mejorar la evolución de estos niños y adolescentes hacia la edad adulta.

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