Cataluña lidera el parto en casa
La revista científica ‘Midwifery’ ha publicado el primer informe sobre los nacimientos planificados en el hogar y atendidos por comadronas en España. Esta comunidad es la única que recopila datos
La revista científica de alto impacto Midwifery ha publicado el primer estudio sobre el parto en casa planificado y atendido por comadronas en España: Planned homebirth in Catalonia (Spain): A descriptive study. El artículo analiza 750 partos entre 2016 y 2018 en Cataluña, la única comunidad en la que se recopilan estos datos a través de la Associació de Llevadores del Part a Casa de Catalunya (Alpacc). Según las conclusiones del texto, la opción de nacer en casa “muestra un alto grado de seguridad” siempre que sea en embarazos de bajo riesgo y cuente con comadronas, cuya atención “está basada en la evidencia científica”. Este miércoles se celebra el Día Internacional de la Matrona 2021.
El estudio lo firman, entre otros, Lucía Alcaraz, miembro de Alpacc y coordinadora del Centro de Nacimientos del Hospital Can Ruti de Badalona, y Ramón Escuriet, coordinador del área sanitaria de Salud Sexual y Reproductiva del Servei Català de Salut de la Generalitat. Que el foco de la publicación sea Cataluña no es casual. La comunidad acoge cerca del 50% de los nacimientos planificados en casa de toda España y trabajan asociadas a Alpacc 64 del centenar de matronas de parto domiciliario que ejerce en el país. La publicación supone un paso más para las comadronas catalanas, que hace diez años crearon la primera y única formación sanitaria del sector de España, a la que a día de hoy acuden profesionales de todo el país. En 2018, presentaron la ‘Guía de asistencia del parto en casa’, que por primera vez contó con el apoyo de la Federación de Asociación de Matronas Española y el Consejo de Colegios de Enfermeras y Enfermeros de Cataluña.
La formación impulsada por Alpacc ha sido una de las claves para crear cantera en Cataluña, aunque también es referente para matronas del resto del país. La comadrona valenciana Carina López estudió, como muchas otras compañeras, en Reino Unido, donde el parto en casa está cubierto por el sistema nacional de salud. Allí ejerció de comadrona domiciliaria del Saint Mary’s Hospital de Londres y hoy forma con Carolina Gimeno el equipo valenciano de parto en casa Bruixetes del Naixement, labor que compagina con la asistencia hospitalaria. “Cuando empecé en Valencia hace más de 10 años, había bastante demanda, pero solo éramos dos equipos atendiendo en la comunidad. Con la formación de Alpacc, en cambio, el número de equipos de matronas en Valencia ha aumentado”, explica.
Mireia Marcos, presidenta de Alpacc, dice que Cataluña siempre ha contado con una gran demanda y las pocas profesionales que se dedicaban a ello hace 20 años tenían que rechazar buena parte de las peticiones. Su hermana mayor Inma Marcos, también comadrona independiente y una de las pioneras del parto en casa en Cataluña, creó junto a varias compañeras el equipo Néixer a casa tras años de trabajar sola para dar respuesta a esas “siete u ocho madres al mes” a las que tenía que decir que no por “exceso de cupo”. “Llegamos a ser seis matronas atendiendo unos 100 partos al año”. Y, sin embargo, siguen sin poder cubrir todas las peticiones: “Aunque hemos formado a muchas comadronas de parto en casa, sigue habiendo más demanda que oferta. A mí se me llena la agenda en seguida. Si no me avisan antes de las seis semanas de embarazo, ya no llego”. “Todo ha ido de la mano. Las nuevas generaciones que trabajan en hospitales ven más positivo el parto en casa y esto se refleja en su actitud cuando nos reciben en algún traslado, lo que ha mejorado mucho nuestro trabajo. En otras comunidades todavía se encuentran con la hostilidad que teníamos aquí hace 20 años”, resalta Mireia Marcos.
Esta relación tensa con el sistema es uno de los motivos por los que Naza Olivera decidió dejar de atender partos en casa en Madrid. Ahora trabaja a media jornada en un hospital de la ciudad y divulga sobre parto respetado desde las redes. “El trato que nos daban en los hospitales cuando trasladábamos a alguna mujer que había comenzado su parto en casa era nefasto. No querían escuchar nada de cómo había ido el parto. A mí me generaba mucha ansiedad y llegó un momento en el que me dije que no era feliz”, recuerda sobre los tres años que se dedicó a partos domiciliarios.
Olivera lamenta que en Madrid ya no queda ningún equipo totalmente activo -aunque alguna matrona atiende algún parto puntual-, cuando hace siete años eran cuatro o cinco los grupos de matronas que operaban en la zona, más otras profesionales que trabajaban solas y un ginecólogo que atendía a domicilio. “Hay matronas que se han jubilado y otras lo han dejado por la dificultad de conciliación que supone estar siempre de guardia, pero el detonante de todo es que en Madrid no está nada bien visto, ni por Sanidad ni por la población”, lamenta.
Algunas de las últimas profesionales que trabajaban en la zona, además, tuvieron que hacer frente a importantes multas por parte de la Comunidad a causa de cuestiones burocráticas. “Tengo la sensación de que, en esto, Cataluña tiene otra visión, más europea. Aunque allí el parto en casa tampoco esté bien visto por todos los sanitarios, los hospitales han ido aceptándolo”, dice Olivera. En Madrid ha faltado también unión entre profesionales: “No ha habido esa cohesión que han conseguido en Alpacc al asociarse, con un trabajo excepcional que ha generado mucho apoyo entre ellas”.
Escuriet, desde el área de Salud Sexual y Reproductiva de la Generalitat, cree que en la comunidad catalana ha habido un cambio de paradigma progresivo que ha impregnado el ámbito sanitario. “Todo se debe basar en el respeto a las decisiones de la mujer. Y el parto en casa, aunque no entre en el sistema, cuando tiene necesidad de entrar se debe atender con la misma filosofía”. Escuriet cree también que la unión de las matronas catalanas supone un punto de inflexión: “Elaborar un protocolo avalado por la evidencia científica las ha situado en otra perspectiva, en la seriedad de que todas trabajan bajo los mismos criterios. Y recopilar y publicar sus resultados supone un ejercicio de transparencia necesario que marca un antes y un después y las equipara con otros países, en los que los estudios ya habían demostrado que es algo seguro”.
La matrona independiente Laia Casadevall coincide en que este ha sido otro de los factores clave para las profesionales del sector en Cataluña: “Unir fuerzas y trabajar a la una es importante para poder crecer y para velar por la excelencia profesional”, reflexiona. Formada en Reino Unido, con 35 años, casi 50.000 seguidores en Instagram y un libro recién publicado en una gran editorial, ‘Guía para un embarazo consciente’, Casadevall es una de las nuevas voces que contribuyen divulgar sobre la evidencia científica del parto domiciliario.
Tras 20 años atendiendo partos en casa, Inma Marcos reclama ver más allá del “prejuicio”. “Parece que las mujeres que paren en casa son unas hippies alternativas cuando la mayoría son gente normal, que vacuna a sus hijos, come de todo y compra en Mercadona. El 95% tienen estudios universitarios y son mujeres con mucha capacidad para estar bien informadas y saber lo que quieren”.
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