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Por qué es importante que los niños escriban a mano en un mundo virtual

La pandemia ha fomentado el uso de los dispositivos tecnológicos. Los expertos inciden en que usar lápiz y papel ayuda a los menores a desarrollar mejores habilidades en el aula

Un niño escribe en una pizarra.
Un niño escribe en una pizarra.Europa Press
Lucía Franco

El coronavirus nos ha obligado a hacer todo, o casi todo, a través de una pantalla cosas tan simples como escribir a mano se han ido dejando de lado.  Rodeados de ordenadores, teléfonos y tabletas pensar en la última vez que cogimos un bolígrafo puede ser todo un reto. La escritura manual ha ido quedando a un lado, hasta el punto de que hay quienes ya se sienten torpes al momento de volver a tener, después de tanto tiempo, un lápiz entre el índice y el pulgar.

Los expertos creen que escribir a mano puede ayudar a los niños a desarrollar mejores habilidades en el aula, así lo demuestra un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology, titulado La importancia de la escritura cursiva sobre la mecanografía para el aprendizaje en el aula. La conclusión es que, a causa de la pandemia de la covid-19, este ejercicio se está perdiendo, cada vez más, con las clases virtuales.

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Crear con nuestras manos nos hace responsables del resultado. “Durante la escritura manual, necesitamos una coordinación óculo-manual y un reconocimiento de las letras que estamos escribiendo, y para ello, se activa el lóbulo parietal y occipital”, explica la directora del centro de psicología y psicoterapia Elijo, Sonia Muñoz.

La activación de nuestros sentidos ante el movimiento del lápiz contra el papel hace que haya una estimulación en la creación de conexiones neuronales mucho mayor que lo que ocurre cuando escribimos en un ordenador. “Con las pantallas la coordinación óculo manual se da en pocas ocasiones, puesto que los teclados hacen que miremos y escribamos en espacios diferentes. Lo que se crea es estandarizado, los tipos de letra son limitados”, afirma Muñoz.

Los expertos afirman que la escritura manual fomenta un mayor número de conexiones neuronales y, por lo tanto, un mayor aprendizaje y de mayor calidad. A la vez que nos va dando identidad y nos hace responsable de lo que creamos. El aprendizaje lleva un proceso en el que la prisa no tiene lugar. Esto significa que podemos ir pensando sobre la idea mientras la vamos anotando. Así lo recoge Scientific American, escribir con teclado “ofrece una velocidad que para alguna gente es más cercana al pensamiento que a la escritura”. El ordenador facilita un proceso casi automático en el que se escribe casi al mismo ritmo al que se piensa, cosa que va muy bien si tenemos la idea clara, pero que quizás sea peor si esta idea está en su estadio más inicial.

Los protocolos que se han establecido para dar clases virtuales a millones de estudiantes en España, ante la emergencia de la situación sanitaria, han hecho que la mecanografía en dispositivos digitales reemplace la escritura tradicional. Por lo tanto, la cantidad de tiempo dedicado a escribir a mano se ha reducido a medida que las actividades de aprendizaje dependen cada vez más de los dispositivos digitales. “Estos dispositivos pueden mejorar la capacidad de un estudiante para tomar notas, pero también pueden dificultar el aprendizaje de formas diferentes y desconocidas”, aseguran desde la Academia Americana de Pediatría (AAP).

Si bien la AAP no tiene actualmente una política acerca de la escritura a mano, aseguran que los niños que pueden escribir de forma rápida y legible tienen más probabilidades de demostrar buenas habilidades para expresar lo que piensan mediante la palabra escrita.  El año pasado, en un artículo publicado en el Journal of Early Childhood Literacy, Laura Dinehart, catedrática adjunta de Educación Infantil de la Universidad Internacional de Florida, analizaba varias posibles asociaciones entre la buena caligrafía y los resultados académicos: “los niños con buena letra suelen tener mejores notas porque a los profesores les resulta más agradable leer sus trabajos”, concluyó Dinehart.

Desde Healthy Children, recomiendan a los padres dejar a sus hijos tiempo para hacer garabatos y dibujar así tengan que hacer los deberes en el ordenador. “Incluya algunos proyectos especiales que requieran movimientos lentos y controlados. Por ejemplo, apretar un pomo de pegamento con brillantina sobre una línea, rellenar formas con pintura o usar trazos pequeños y circulares para colorear una imagen”, aconsejan.

También recuerdan la importancia de ejercitar los músculos centrales: “Ayude al niño a desarrollar esta destreza con muchos ejercicios de motricidad gruesa para manos y ojos. Organice juegos con bolsitas de semillas, juegos de lanzar pelota y juegos con pelota y bate lo más que pueda. También puede buscar hojas de trabajo y libros de actividades que tengan laberintos y juegos donde seguir un camino”, aconsejan.

Por último, es importante controlar el tiempo que se usan los medios digitales. Los educadores siguen fomentando el equilibrio entre el uso de medios digitales y el mundo tridimensional. Es aconsejable que los padres alienten a sus hijos a pasar menos tiempo jugando con dispositivos electrónicos y más tiempo realizando actividades de motricidad gruesa y fina para desarrollar esas destrezas.

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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.

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