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Biden y Trump se comprometen en la Casa Blanca a que el traspaso de poderes sea fluido

El presidente trata con su sucesor cuestiones de seguridad nacional y política interior durante una reunión de casi dos horas a la que se sumaron los jefes de gabinete

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (a la derecha), estrecha la mano del presidente electo, Donald Trump, en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington.Joe Biden (a la derecha) estrecha la mano de Donald Trump en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington.Foto: KEVIN LAMARQUE (REUTERS) | Vídeo: AP
Miguel Jiménez

Lo más importante de la reunión de este miércoles en el Despacho Oval de la Casa Blanca es que haya tenido lugar. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió con normalidad democrática a quien será su sucesor el próximo 20 de enero al mediodía: Donald Trump. Con ello se retoma una tradición de décadas que simboliza el traspaso pacífico y ordenado del poder, algo que el propio Trump rompió hace cuatro años cuando fue incapaz de aceptar su derrota en las urnas frente al propio Biden. Este miércoles, ambos hicieron votos por una transición fluida y ordenada.

El intercambio de ambos dirigentes ante las cámaras con las frases que pasarán a la historia ha durado menos de un minuto. Ha empezado Biden: “Bueno, señor presidente electo y expresidente y Donald, enhorabuena, y esperamos tener, como dijimos, una transición sin problemas. Vamos a hacer todo lo posible para asegurarnos de que estés acomodado, lo que necesites. Y vamos a tener la oportunidad de hablar de algo de eso hoy. Así que bienvenido, bienvenido de vuelta”, dijo el presidente.

“Muchas gracias. La política es dura y en muchos casos no es un mundo agradable, pero hoy es un mundo agradable. Y agradezco mucho una transición tan suave. Será tan suave como sea posible y lo agradezco mucho, Joe. Gracias”, contestó Trump.

Se veían las caras dos políticos opuestos, que se han descalificado mutuamente. Trump, recurriendo a los insultos; Biden, presentando a su sucesor como una amenaza para la democracia. El actual presidente, sin embargo, no ha dudado en facilitar la transición, aunque en buena medida vaya a suponer revertir muchas de sus políticas y erosionar su legado. Ambos se han dado la mano, se han dirigido el uno al otro por sus nombres de pila y hasta se han dedicado sonrisas cómplices mientras los periodistas presentes lanzaban preguntas a gritos ―que no han contestado― antes de que los dos mandatarios se quedaran a solas.

La reunión se prolongó durante casi dos horas. El actual jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Jeff Zients, y la jefa de Gabinete entrante, Susie Wiles, se unieron a la reunión, según ha explicado en una rueda de prensa la portavoz de Biden, Karine Jean-Pierre, que no aclaró si los dos presidentes estuvieron algún tiempo hablando a solas. Jean-Pierre subrayó que el encuentro fue “grato y cordial” y que su propia duración es una buena señal y muestra que abordaron los temas candentes con cierto detalle.

“Fue una reunión sustantiva y un intercambio de puntos de vista. Debatieron importantes cuestiones de seguridad nacional y política interior a las que se enfrentan la nación y el mundo. El presidente Biden también planteó cuestiones importantes de la lista de tareas del Congreso para la sesión de pato cojo [la de final de legislatura], incluida la financiación del Gobierno y la provisión de la financiación suplementaria para catástrofes que solicitó”, señaló Jean-Pierre. Por último, el mandatario reiteró “lo que dijo al presidente electo el día después de las elecciones, y al pueblo estadounidense en la rosaleda [de la Casa Blanca] la semana pasada: tendremos una transición ordenada y una transición pacífica del poder”, añadió.

Donald Trump (a la izquierda) y Joe Biden, al comienzo de su reunión.
Donald Trump (a la izquierda) y Joe Biden, al comienzo de su reunión.Evan Vucci (AP)

El consejero de seguridad nacional, Jake Sullivan, señaló también en la rueda de prensa que entre los temas que se trataron en la reunión estuvo la ayuda a Ucrania y la situación de los rehenes estadounidenses en manos de Hamás. Biden reafirmó su opinión de que el apoyo continuado de Estados Unidos a Ucrania redunda en interés de la propia seguridad nacional. “Una Europa fuerte, una Europa estable, que haga frente a los agresores y a los dictadores y que se oponga a sus agresiones, es vital para garantizar que no nos veamos arrastrados directamente a una guerra, como ocurrió, obviamente, dos veces en el siglo XX en el continente europeo”, dijo Sullivan.

Según Sullivan, el presidente destacó que los fondos destinados por el Congreso a Ucrania no son solo dinero que se envía a otro país. “Son dólares que estamos invirtiendo aquí, en Estados Unidos, en puestos de trabajo estadounidenses que producen armas estadounidenses que enviamos a Ucrania y armas estadounidenses que estamos construyendo para ampliar nuestra propia base industrial y nuestra propia capacidad militar para disuadir a otros adversarios en todo el mundo. Así lo expuso”, añadió Sullivan.

Trump planteó una serie de cuestiones a Biden y hubo un toma y daca en profundidad sobre diferentes asuntos, aseguró Jean-Pierre, que no quiso entrar en detalles. La portavoz de la Casa Blanca ha señalado que la preocupación de Biden por el hecho de que Trump pueda ser una amenaza para la democracia se mantiene. No hubo en la reunión entrega de documentos clasificados.

La que no acudió a la Casa Blanca fue Melania Trump. También es costumbre que la primera dama, en este caso Jill Biden, reciba a su sucesora en paralelo a la reunión de traspaso de poderes. No fue el caso. La primera dama sí se unió al presidente para saludar a Trump a su llegada a la Casa Blanca. Le entregó una carta manuscrita de felicitación para su mujer, en la que también expresaba la disposición de su equipo a ayudar en la transición, según informó la Casa Blanca.

Parada en el Capitolio

Antes de llegar a la Casa Blanca, Trump fue al Capitolio para dirigirse de forma triunfal a los congresistas de la Cámara de Representantes. Allí mostró que sigue reñido con la verdad, incluso cuando gana. Dijo que se impuso en las elecciones a Kamala Harris por 7,1 millones de votos, cuando en realidad la diferencia ―aún no definitiva― está en el entorno de los tres millones de sufragios.

El Congreso es clave para que el presidente electo pueda sacar adelante buena parte de sus promesas electorales, entre ellas las bajadas de impuestos. Sus nombramientos, además, dependen de la confirmación del Senado, donde el proceso a veces se convierte en engorroso. El presidente electo ha pedido que la Cámara alta se pliegue a un atajo legal para agilizar la toma de posesión de los nuevos altos cargos.

Los republicanos se han hecho con el control del Senado, con 53 de los 100 escaños. En la Cámara de Representantes están a solo dos escaños de certificar su victoria definitiva.

En el Capitolio, Trump recibió una gran ovación de los congresistas republicanos, muchos de los cuales le grababan con sus teléfonos móviles. Trump se ha permitido bromear con la posibilidad de presentarse otra vez, algo vetado por una enmienda constitucional que limita los mandatos a un máximo de dos. “Sospecho que no volveré a presentarme a menos que digáis que es bueno que pensemos en otra cosa”, les ha dicho Trump, aunque en tono de broma.



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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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