La renuncia de Yolanda Díaz agrava la dispersión en la izquierda y siembra incertidumbre en la coalición
El líder de IU, Antonio Maíllo, defiende que se abre una “nueva etapa”, más “horizontal”, y da por superado el proyecto “aglutinador” de todas las formaciones que la vicepresidenta quería liderar. El PSOE confía en que la recomposición interna de sus socios no perjudique al Gobierno
Sumar atraviesa su momento más delicado. La renuncia de Yolanda Díaz a la dirección del partido, anunciada este lunes en una intervención sin preguntas ni medios presentes tras obtener tan solo tres escaños en las europeas, obliga a replantear el futuro de un proyecto construido en torno a su figura y que queda ahora descabezado. Aunque Díaz se centrará en su labor como vicepresidenta segunda y continuará al frente del grupo parlamentario, la dimisión siembra dudas sobre el futuro político del espacio a la izquierda del PSOE y la estabilidad del Gobierno de coalición, sin Presupuestos y condicionado por las fuerzas independentistas en el Congreso. El paso se produce tan solo dos meses y medio después de que la titular de Trabajo accediera formalmente al cargo de coordinadora general en la primera asamblea de la formación y cuando se han cumplido tan solo 14 meses desde que lanzó Sumar como plataforma electoral. Su paso a un lado abre el debate sobre la reorganización del espacio, con los partidos que lo integran exigiendo desde el domingo una reflexión profunda. Antonio Maíllo, coordinador federal de IU, dio por superado anoche en la Cadena SER el proyecto “aglutinador” de las izquierdas tal y como ha sido concebido hasta ahora y ha defendido uno más “horizontal” y de “igualdad” entre las partes.
“He decidido dejar mi cargo como coordinadora de Sumar. Es necesario que haya un debate y con esta decisión abro el camino”, comunicaba con gesto muy serio en una comparecencia emitida tras una reunión de su Ejecutiva que ha durado dos horas y media. Según fuentes de su entorno, la vicepresidenta llevaba meditando este movimiento un tiempo, influida también por los fiascos en las autonómicas de Galicia (donde Sumar quedó fuera del Parlamento) y Euskadi (al obtener un único diputado). “Siento que no he hecho las cosas que debía hacer (…) La ciudadanía lo ha percibido”, ha reconocido en un discurso en el que ha subrayado el grave desafío que atraviesan la UE y también España con el auge de la extrema derecha, un asunto que le preocupa sobremanera y al que siempre ha querido hacer frente desde su posición política.
Este martes, la exlíder de Sumar ha matizado las consecuencias de su dimisión como coordinadora de la formación. “Yolanda Díaz no se va”, ha asegurado sobre ella misma la vicepresidenta segunda del Gobierno, que ha recalcado que sigue formando parte de la ejecutiva y la coordinadora de Sumar. Díaz ha defendido su decisión de dejar el liderazgo, tras los “malos resultados” en las europeas del domingo (tres eurodiputados), como “política de la buena” y como medida de protección del Ejecutivo de coalición con el PSOE, que, ha asegurado, va “a preservar por encima de todo”. “Tenemos cinco ministerios en el Gobierno de España. Los voy a seguir coordinando”, ha enfatizado.
El día de las elecciones Díaz había permanecido en casa para seguir los resultados y el núcleo duro de su partido —entre ellos el ministro de Cultura y portavoz, Ernest Urtasun, y la responsable de Organización, Lara Hernández—, se había desplazado a mitad de la noche desde la sede de Sumar para reunirse con ella. La vicepresidenta tomó la decisión de madrugada, después de ratificarse el 4,65% de apoyos y los tres escaños obtenidos, tan solo uno más que Podemos. El lunes por la mañana se reunió con su equipo para comunicarle el paso y finalmente lo debatió con la dirección de Sumar. A primera hora de la tarde, antes de hacer pública la renuncia en una alocución emitida desde el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Díaz habló con el presidente Pedro Sánchez y el resto de partidos.
El sector socialista del Gobierno ha vivido con cierto desconcierto el movimiento de Yolanda Díaz. La vicepresidenta informó brevemente al jefe del Ejecutivo justo antes de que este viajara a Jordania, pero en La Moncloa se movían con mucha cautela ante una cuestión que consideran interna de Sumar. Lo más importante para ellos, según varios miembros del Gobierno del sector socialista consultados, es que ella sigue de vicepresidenta segunda y líder de este espacio en el Ejecutivo y, por tanto, principal interlocutora de Sánchez, algo que nadie ha puesto en cuestión. En el Gobierno quieren ver así esta crisis como un asunto interno de la organización de Sumar, que deberá recomponer el espacio después de un mal resultado, pero no algo que pueda complicar la gestión del Gobierno o la estabilidad de la coalición. En La Moncloa están siguiendo con detalle las reacciones públicas de dirigentes de los distintos partidos que conforman el grupo izquierdista y no ven a nadie cuestionando la coalición ni la participación en el Gobierno y ni siquiera planteando un liderazgo alternativo al de Díaz.
Evidentemente, la crisis es su socio es una mala noticia para el PSOE, que estaba convencido de que las europeas podían servir como acicate para el Gobierno porque el PP no ha logrado la victoria aplastante que esperaba, pero confían en que con el tiempo se encuentre una recomposición y un acuerdo interno que permita calmarlo. Sánchez está decidido a intentar agotar la legislatura, y eso supondría que Sumar tendría tres largos años por delante y desde el Gobierno para intentar recomponer sus equilibrios internos y montar una reorganización. Incluso algunos hablan del modelo PNV, con una estructura en el partido y otra en el Gobierno, algo que ya en su momento planteó Pablo Iglesias cuando quería mantener el control del partido y que Díaz fuera solo la candidata. Ella lo rechazó de plano, acabaron rompiendo y la vicepresidenta formó su propia fuerza política. En el PSOE ahora confían en que todo quede en una batalla de reorganización interna pero no afecte al Gobierno.
Fuentes del entorno de Díaz explican que parte de la decisión ha venido motivada por la disputa con las formaciones estos meses, que siempre han querido tener un mayor peso en Sumar. A ellas también lanzó algún dardo en su intervención. “Tenemos que estar para solucionar los problemas de la gente. No los problemas de los partidos o de los políticos”, reivindicó después de la última trifulca por la elaboración de la lista de las europeas, que acabó con Izquierda Unida en el cuarto puesto.
Los partidos piden que se les reconozca su peso
El partido que coordina Antonio Maíllo, que este lunes por la tarde evaluó los resultados en una reunión extraordinaria de su dirección tras haber perdido toda representación en el Parlamento Europeo, mostraba desde el domingo su malestar. En su entrevista en la SER, el líder de IU ha señalado que están ya en una etapa “post Sumar“, en la que el partido hasta ahora dirigido por Díaz, Movimiento Sumar, será “un actor más”. “Entramos en una fase en la que las formaciones políticas vamos a tener el protagonismo”, reflexionó el coordinador, para quien la personalidad de la dirigente “ha condicionado el desempeño del proyecto”. Maíllo ha elogiado su labor como ministra de Trabajo pero señaló también que “uno no tiene que ser inmejorable y excelente para todo”, en referencia a su papel al frente de la organización. “IU piensa estar como IU en la construcción de un frente amplio se llame como se llame, pero es evidente que entramos en una nueva etapa”, ha subrayado dando por hecho que la plataforma no irá más allá de una coalición o federación de partidos.
“Los sitios en los que Sumar ha resistido (Madrid, Valencia, Asturias o Andalucía) es porque son territorios en los que están Más Madrid, Compromís o IU”, apunta otro miembro de la dirección. “Sin un liderazgo claro, Sumar solo tiene dos opciones: o se asienta como coalición y reconoce el espacio de cada uno de los partidos o compite con ellos y se va a la enésima división de la izquierda”, señala una fuente cercana a las formaciones que integran la papeleta.
En la organización que dirige la ministra Mónica García piden también que se otorgue un mayor peso a los partidos. “Quienes han tomado las decisiones estratégicas de esta campaña sin contar con las organizaciones de ámbito territorial han perdido más de la mitad de los apoyos que obtuvieron hace un año”, afeaba Manuela Bergerot, la portavoz de MM en la Asamblea regional, a primera hora del día.
“Ante los malos resultados, Verdes Equo ha decidido iniciar un proceso de reflexión sobre su papel en Sumar y el futuro del espacio político verde en España, que culminará en su Asamblea Federal de octubre”, anunciaba también en un comunicado esta organización.
Sin que haya claridad sobre la sucesión, el proyecto, que fuentes de la cúpula del partido reconocen que ha sido construido de una forma “personalista” y referenciado en la buena gestión de la vicepresidenta al frente del Ministerio de Trabajo, afronta su crisis más profunda. “La dimisión de Díaz es el fin de Sumar, porque Sumar solo tenía sentido bajo el liderazgo de Díaz”, sentenciaba Pablo Iglesias este lunes. En Podemos, satisfechos con los dos eurodiputados de la candidatura de Irene Montero, no quieren hablar por ahora de una futura reunificación de la izquierda, aunque por separado han demostrado cuál es su techo en unos comicios en los que votar a opciones minoritarias salía gratis por ser España circunscripción única. Maíllo ha abogado por el entendimiento entre formaciones. “Existimos como una suma de debilidades, aquí no está nadie para tirar cohetes. Sumamos [el domingo] un 8%. En 2014, el 18%. Algo no hemos hecho bien”, concluía.
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