Ir al contenido
_
_
_
_

Ucrania batalla para mantener su economía con vida

Washington había sido el mayor contribuyente nacional en asistencia para Kiev. La UE debe asumir ahora una mayor carga para salvar sus cuentas

A Volodímir Zelenski no le salen las cuentas para mantener Ucrania a flote sin que Europa multiplique su ayuda. La principal razón de ello es sencilla: Estados Unidos, desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, ha cortado el grifo para la nación invadida. Washington representaba un 30% del total de la asistencia militar, financiera y humanitaria recibida por Ucrania entre febrero de 2022, inicio de la invasión, y diciembre de 2024, cuando terminó la presidencia de Joe Biden. Estados Unidos aportó en ese periodo 110.000 millones de euros frente a los 227.000 millones de todos los aliados europeos, según estadísticas del Consejo en Relaciones Exteriores, grupo de estudios estadounidense.

A Ucrania le falta ese 30% y los presupuestos del Estado para 2026 firmados por el presidente el 10 de diciembre son la prueba: el documento prevé que el déficit público aumente en 48.726 millones de euros, un endeudamiento adicional récord equivalente al 18% del PIB. A modo de comparación, el déficit público en los presupuestos de 2021, antes de la guerra, era del 5,5%.

El Gobierno ucranio admite que no sabe de dónde sacar por lo menos 15.400 millones de euros para redondear las cuentas. Otras fuentes, como el Centro para la Estrategia Económica (CES), instituto académico de referencia en Ucrania, elevan el montante sin cubrir a más de 35.000 millones de euros. El CES ha informado este diciembre de que la ayuda financiera exterior cubrió en 2024 el 74% del gasto público adicional del país debido a la guerra; este 2025, según sus estimaciones, el porcentaje caerá al 57%. Y si la Unión Europea no pone remedio, la tendencia es a menos.

La mayor parte de esta ayuda, según el CES, forma parte de los 50.000 millones de euros del plan de emergencia iniciado en 2024 por la UE. Este montante va destinado a los presupuestos del Estado, y el Gobierno puede utilizarlos para lo que considere oportuno.

Lo que Kiev y la Comisión Europea quieren es que los activos rusos confiscados sirvan para avalar un préstamo a las arcas del país invadido de unos 130.000 millones de euros, a recibir entre 2026 y 2027. Esta es la cifra aproximada que el Fondo Monetario Internacional calcula que necesita Ucrania para tirar adelante. Y esta es, según los principales aliados occidentales de Zelenski, la manera más pragmática de salvar a Ucrania en el medio plazo. El debate sobre los riesgos legales de la operación, impulsado por Bélgica, ha frenado la iniciativa.

PIB, un 20% inferior

La fortaleza económica de cada bando decide con frecuencia el devenir de un conflicto armado, y lo que se juega ahora Europa no es reactivar la economía ucrania, es mantenerla en vida: el PIB ucranio es a finales de 2025 un 20% inferior al previo a la guerra, según el CES.

Andrii Pishnii, gobernador del Banco Nacional de Ucrania, avanzó en una conferencia en Kiev del pasado noviembre que sus previsiones son que la economía crezca en 2025 un 1,9% y en 2026, un 2%. Volodímir Vlasiuk, economista y asesor del Gobierno, calculó el pasado octubre en un encuentro con periodistas que la industria ucrania necesita para ser competitiva y funcionar como antes de la guerra por lo mínimo inversiones exteriores de 77.000 millones de euros.

La recuperación económica es inevitablemente lenta porque la maquinaria de guerra es la prioridad: un 60% de los gastos del Estado, 66.000 millones de euros, irán en 2026 al Ministerio de Defensa y al de Interior, las dos carteras de las que depende el Ejército. Pero no todo es cuestión de la cantidad de armas que lleguen a los regimientos; igual de importante es que los soldados sean tratados médicamente o que cobren a fin de mes. La mayor parte del presupuesto del Ministerio de Defensa va dirigida precisamente a los sueldos de la tropa, compuesta por entre 800.000 y un millón de militares.

El presupuesto de Defensa para 2026 equivaldrá al 26% del PIB y es 6.000 millones de euros menor que en 2025. La razón, otra vez, es Estados Unidos. El Instituto de la Economía Mundial de Kiel, referente en el cálculo de las transferencias internacionales a Ucrania, indicaba este diciembre que la ayuda militar total en 2025 es de 32.500 millones de euros, 9.000 millones menos que en el año anterior.

“No estoy dando nada a Ucrania”, afirmó orgulloso Trump el 9 de diciembre ante los medios, “y las armas que nos compran los miembros en la OTAN son a precio completo”. Países de la Alianza Atlántica, incluido España, han creado un mecanismo de compra de armas estadounidenses para Ucrania. Los cálculos del Instituto de Kiel indican que para conseguir cubrir el vacío dejado por Trump, este mecanismo debería tener el doble de recursos.

Catástrofe demográfica

Los presupuestos del Estado ucranio para 2026 también señalan otras necesidades acuciantes. El país sufre una catástrofe demográfica única en Europa. Desde el inicio de la guerra ha perdido cerca del 25% de la población, que ha emigrado o que está en los territorios ocupados por Rusia, y la natalidad está por los suelos. Por eso, la partida presupuestaria que más crece, casi se duplica, es la de los subsidios a la maternidad.

La siguiente partida que crece más, un 30%, es la de educación y ciencia. Sobre todo es la red de educación superior la que está bajo mínimos. Zelenski autorizó en agosto que los hombres de 18 a 22 años pudieran abandonar Ucrania para realizar estudios en el extranjero. Durante la ley marcial, los varones adultos hasta los 60 años no pueden salir del país. El resultado ha sido una fuga masiva de jóvenes.

El Gobierno ha aprobado que el salario mínimo aumente en 2026 un 8%, de 8.000 a 8.647 grivnas mensuales, es decir, de los 161 a los 174 euros. Esto es por encima de la inflación que, según el Banco Nacional, el año que viene será del 6,6%. El encarecimiento de la vida en Ucrania en 2025, según el Fondo Monetario Internacional, ha sido del 12,6%.

La supervivencia de Ucrania no solo se disputa en primera línea de combate, con recursos que mantengan el frente sin desmoronarse, también es necesario que el Estado siga funcionando, que la sociedad resista y así contener el cansancio y el descontento ciudadano. Por eso el Ministerio de Sanidad planea aumentar en un 14,5% sus recursos mientras que el de Seguridad Social tendrá para subsidios a personas sin recursos un 10% más.

Estos recursos para sobrevivir, según avisó Zelenski el 8 de diciembre en un encuentro con periodistas en Londres, dependen de que la Unión Europea apruebe el préstamo a partir de los fondos rusos congelados. “Sin el dinero de estos fondos, Ucrania no podrá seguir. Los líderes europeos lo entienden y me prometieron que se solucionaría”, señaló el presidente ucranio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa y en 2025, el premio internacional de periodismo Julio Anguita Parrado.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_