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Guerra de Rusia en Ucrania
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Morir por Ucrania

Las encuestas muestran que los jóvenes no están entusiasmados con ser llamados a filas, pero sí crece en Europa la certeza de que habrá que defenderse de Rusia

Ucrania

“En este mundo de hoy, para ser temido hay que ser y parecer fuerte”. El presidente francés, Emmanuel Macron, sabe perfectamente que Europa no inspira miedo. Y que, según afirman fuentes militares más o menos sotto voce, no se trata de saber si habrá o no una guerra con Rusia, sino cuándo comenzará. El Elíseo da a entender que será de aquí a 2030, y por eso ha lanzado ya, al igual que Alemania, el proyecto de un servicio militar voluntario que cree un clima de opinión (y de afición a las armas) entre los jóvenes y que haga posible su reenganche si las cosas se ponen realmente feas.

El ambiente en París estaba ya caldeado porque hace unos días, el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Fabien Mandon, aseguró: “Francia debe recuperar el espíritu que acepta que estamos dispuestos a sufrir... incluso a perder a nuestros hijos, para proteger lo que somos”.

La cuestión —realmente de vida o muerte— está sobre la mesa. Las encuestas demuestran que los jóvenes no están entusiasmados con la idea de ser llamados a filas, pero sí está creciendo en la conciencia europea la certeza de que, querámoslo o no, habrá que defenderse contra los rusos, que llevan meses provocando con sus drones. Casi la mitad de los ciudadanos europeos ve claro el peligro y la necesidad de tomar medidas, incluido el retomar la mili obligatoria, cosa que no entusiasma en absoluto ni a los menores de 30 años ni a las mujeres.

Se ha abierto un proceso, unido a las llamadas al rearme en la OTAN, que podría verse precipitado por la realidad sobre el terreno, especialmente si Moscú pasa de las provocaciones a los hechos. La nueva “Gran Guerra Patriótica” de Putin no ha hecho más que insinuarse. Hay que actuar, pero la mili voluntaria no va a ser de aplicación inmediata.

En Francia, empezará el próximo verano. Y en Alemania, en julio del 2027. Otros países europeos, mucho más próximos a Rusia, nunca han abandonado el servicio militar obligatorio (los bálticos, Suecia); otros lo han relanzado en modo voluntario, como Bélgica y Polonia, país este último donde, desde la invasión de Ucrania, hay civiles que están haciendo cursos reforzados de defensa territorial y de formación militar. En España el tema no existe, de momento...

¿Están los jóvenes de hoy más preparados que en 1939 para combatir al Mal? Se acaba de publicar en España Historia total de la Segunda Guerra Mundial, del historiador francés Olivier Wieviorka. Él subraya que “las democracias de entonces debían transformar millones de ciudadanos pacíficos, si no pacifistas, en asesinos”. Y cita la opinión de un psiquiatra militar norteamericano: “Nuestros hombres, en general, no odian... pero deben odiar, porque así son mejores soldados”.

Vivimos momentos de odio, en las redes sociales y entre aquellos que juegan a ser paramilitares y que sacan del baúl las camisas azules o las pardas. Aquellos a quienes los desfiles, las banderas y las cartucheras les atraen de manera irresistible para atacar al “enemigo”, sea un indigente, un inmigrante o un “rojo”. Para algunos, estos vientos de guerra suponen la respuesta a una búsqueda de identidad o de pertenencia de grupo.

¿Estarían dispuestos a ir a primera línea para luchar contra un avance ruso? ¿O les echarían una mano, como los colaboracionistas nazis, habida cuenta de que la extrema derecha no ve a Moscú como una amenaza, sino como un país respetable con un auténtico líder nacionalista? Lo sabremos de aquí al 2030.

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