Francia reconoce a Palestina en una sesión de la ONU convertida en un clamor por la solución de los dos Estados
El anuncio de Macron se suma al paso similar que han dado el Reino Unido, Canadá y Australia y se produce en una reunión de Naciones Unidas convertida en un clamor por la solución de los dos Estados

Francia ha reconocido oficialmente el Estado Palestino este lunes en la ONU como respuesta rotunda a la masacre de Israel en Gaza. “Ha llegado el momento de la paz”, ha asegurado el presidente de la República, que ha añadido: “Estamos muy cerca de no poder conseguirla. No podemos esperar más”. Tras las palabras de Emmanuel Macron, un aplauso se ha escuchado en la sala donde se reúne habitualmente la Asamblea General de la ONU, en una reunión convertida en un clamor global por la solución de los dos Estados.
“Este reconocimiento es una forma de afirmar que el pueblo palestino no es un pueblo de más. Al contrario, es un pueblo que nunca dice adiós a nada”, ha justificado su decisión citando unos versos del poeta palestino Mahmud Darwish. “El reconocimiento de los derechos legítimos del pueblo palestino no resta nada a los derechos del pueblo israelí, que Francia ha apoyado desde el primer día”, ha continuado. El reconocimiento francés, punta de lanza de los 142 países que en julio firmaron la llamada declaración de Nueva York en apoyo de la solución de dos Estados, es también “una derrota para Hamás”, ha subrayado el mandatario francés, en contraposición a lo que sostienen las autoridades israelíes, que consideran que el apoyo global a Palestina “es una gran recompensa” para la milicia islamista.
En un discurso equilibrado al milímetro, con continuos guiños a Israel, pero también agudas exhortaciones —en especial, a poner fin a sus operaciones militares en la Franja—, Macron ha citado con nombres y apellidos a rehenes franco-israelíes, pero también a víctimas palestinas, en un ejercicio de pretendida neutralidad que los asientos vacíos de la delegación israelí han pretendido cuestionar.
“Es hora de liberar a los 48 rehenes que siguen en poder de Hamás y de poner fin a la guerra, las masacres y la población [palestina] que huye”, ha dicho Macron, haciendo responsable a la comunidad internacional, Francia incluida, del fracaso que supone no haber sido capaces de lograr la paz en Oriente Próximo en décadas, algo que pusieron en evidencia “los ataques terroristas de Hamás el 7 de octubre de 2023″.
“El derecho debe imperar sobre la fuerza (...) Nunca hemos fallado a Israel en nuestro compromiso, pero nada justifica que continúe la guerra en Gaza”, pues Hamás “ha sido debilitado de manera considerable”. De nuevo, otra refutación de lo que asegura el Gobierno israelí, quien asegura que no se detendrá hasta aniquilar a la milicia islamista.
La decisión de reconocer a Palestina, largamente debatida y amasada políticamente durante meses, ha sido una batalla de Macron, que ha arrastrado a una decena de países más —con el Reino Unido como el más destacado— a emprender el mismo camino, y a los que este lunes ha citado uno por uno, con especial referencia a la senda iniciada en 2024 “por España, Irlanda, Noruega y Eslovenia”. En total, “142 países [los firmantes de la llamada declaración de Nueva York, emitida en julio por la conferencia de dos Estados] optan por la paz” y no por la guerra, aunque, dijo Macron para terminar su alocución tras recordar el asesinato del primer ministro Isaac Rabin, uno de los artífices de los Acuerdos de Oslo de 1993, “la paz es mucho más exigente y difícil que todas las guerras, pero ha llegado el momento”.
Con esta oleada de reconocimientos, son cuatro de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad los que están a favor de crear un Estado palestino. Los otros dos son China y Rusia, con Estados Unidos como único miembro en contra de ese paso simbólico. Más allá del Consejo de Seguridad, y de los 142 firmantes de la declaración de Nueva York en apoyo de los dos Estados, casi 160 de los 193 países que integran de la ONU consideran a Palestina un Estado.
La proclamación de Macron ha tenido lugar en la Conferencia de Alto Nivel para la Solución Pacífica de la Cuestión de Palestina y la Aplicación de la Solución de Dos Estados, una iniciativa de la ONU copatrocinada por Francia y Arabia Saudí que se lanzó en julio y en la que, por primera vez, el bloque árabe pidió a la milicia islamista Hamás que deje las armas y abandone el poder en Gaza. Este es uno de los puntos de la hoja de ruta que la comunidad internacional desearía aplicar tras la guerra de Gaza.
En su mensaje, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha subrayado la sensación de urgencia que rodea a la conferencia por la evolución de la ofensiva israelí en Ciudad de Gaza y el desplazamiento forzado de la población palestina. “La situación es moral, jurídica y políticamente intolerable. [Por eso] Debemos volver a comprometernos con la solución de dos Estados antes de que sea demasiado tarde”, ha dicho. Mientras, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha utilizado el término genocidio para definir la ofensiva israelí contra Gaza. “Si el reconocimiento del Estado de Palestina es urgente, lo es aún más que exista un pueblo palestino en el Estado que pretendemos reconocer, y lamentablemente el pueblo palestino está siendo aniquilado. Por eso, en nombre de la razón, en nombre del derecho internacional y en nombre de la dignidad humana, tenemos que parar esta matanza ya”, ha dicho. “En este preciso momento las bombas siguen cayendo indiscriminadamente sobre la población gazatí y el hambre mata a mujeres, a ancianos y a niños. Hoy damos un paso crucial al reivindicar la solución de los dos Estados en esta conferencia. Pero seamos claros, no hay una solución posible cuando la población de uno de esos dos estados es víctima de un genocidio. Todos sabemos que la única esperanza de los civiles en Gaza es saber que el mundo no les olvida, y esta conferencia alimenta esa esperanza. Es un acto de rebeldía moral ante la indiferencia y ante el olvido”. El jefe del Ejecutivo español propuso que Palestina sea miembro de pleno derecho de la ONU —es desde 2012 Estado observador— y la adopción inmediata de medidas “para frenar la barbarie y hacer posible la paz”.
La iniciativa de Macron es un claro tanto de la diplomacia francesa y su papel en el mundo; a la hora de escenificarla, el presidente presidió incluso la sesión, sentado entre los representantes de su país y Arabia Saudí, copatrocinadores de la conferencia, y bajó al atril para pronunciar su discurso, aplaudido en varias ocasiones. Un gesto muy significativo en una convocatoria especial, la del 80º aniversario de Naciones Unidas.
El presidente francés ha estado preparando la declaración en los últimos meses. Desde que anunció su intención a mediados de julio ha conseguido sumar a otros países. Su presencia en la sala de la Asamblea General, apenas distinguible entre un enjambre de cámaras, contrastaba con el vacío de los asientos de la delegación israelí. El secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, manifestó que su país “rechaza enérgicamente” la decisión francesa, que califica de “irresponsable”.
Tres importantes socios y aliados de EE UU (Canadá, el Reino Unido y Australia) reconocieron el domingo a Palestina como Estado, una declaración a la que se sumó Portugal. La iniciativa anglosajona incomoda más a Washington que la francesa, por los estrechos lazos —desde los intercambios comerciales a la cooperación en seguridad— que tradicionalmente mantiene con esos tres socios. España ya había tomado esa decisión en mayo de 2024.
Junto con Francia, a la que este lunes se han sumado cinco países (Bélgica, Malta, Andorra, Luxemburgo y San Marino), el paso al frente dado por Canadá y el Reino Unido es especialmente significativo, al producirse en el seno del G-7, el grupo de las economías más desarrolladas del mundo.
En Francia, el rechazo a la iniciativa se ha hecho notar entre las filas de la derecha y la ultraderecha. Pero también en algunos sectores de la izquierda socialista cercanos a la comunidad judía, muy influyente en Francia.
La paradoja es que entre los mayores defensores de Israel y de las políticas de su primer ministro, Benjamín Netanyahu se encuentra el Reagrupamiento Nacional (RN). El partido de Marine Le Pen fue fundado por exmiembros de la SS y su primer líder (Jean-Marie Le Pen, padre de su actual jefa) fue condenado varias veces por antisemitismo. Sin embargo, la ultraderecha ha creído encontrar en la matanza de Gaza un relato común al de Israel, aunque en su caso el apoyo al Estado judío se explica más por cuestiones próximas al rechazo de los inmigrantes musulmanes en Francia que por cercanía a Netanyahu.
El ministro de Asuntos Exteriores dimisionario, Jean-Noël Barrot, consideró, horas antes de la formalización de la decisión, que este lunes es “un gran día para la paz” y que el reconocimiento de Palestina supone “una victoria diplomática mayor para Francia”. “La decisión es simbólica, inmediata, política, y demuestra el apego de Francia a la solución de dos Estados. Su aplicación será progresiva y estará condicionada a elementos sobre el terreno, entre ellos la liberación de los rehenes”, detalló Barrot.
Uno de los dos principales cambios en estos dos años que justifican el reconocimiento del Estado palestino, según el Elíseo, es que han variado “los objetivos declarados por Israel” con su ofensiva en Gaza, pero también el salto que ha dado el Gobierno de Netanyahu en la colonización de Cisjordania. En el entorno de Macron creen que “la anexión de Cisjordania es una línea roja clara” porque sería “una de las medidas que más gravemente comprometería la perspectiva de una solución de dos Estados”.
Este gesto simbólico y político también encuentra su origen en la respuesta a la carta que Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, envió el 10 de junio a Macron y a Mohamed Bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. En dicha misiva, el dirigente palestino denunció la masacre del 7 de octubre de 2023 cometida por Hamás, defendió la desmilitarización de esa milicia islamista y prometió renovar la gobernanza de la Autoridad Palestina.
En Francia, decenas de Ayuntamientos gobernados por los socialistas han izado este lunes la bandera palestina. La iniciativa ha vuelto a levantar ampollas en un país muy dividido por la cuestión, que a menudo se interpreta como un apoyo a Hamás. “Reconocer a un Estado de Palestina no constituye un gesto que favorezca a Hamás”, señaló el secretario general del Partido Socialista, Olivier Faure. “Recuerda que no estamos dispuestos a aceptar la idea de que exista un Gran Israel” desde “el Mediterráneo hasta el río Jordán”, insistió. “Esa bandera no es la bandera de Hamás, es la bandera de mujeres y hombres que también tienen derecho a la libertad y a la autodeterminación”, insistió.
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