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Trump y Netanyahu sondean a tres países africanos para que acojan a palestinos deportados de Gaza, según la agencia AP

Hamás acepta liberar a un rehén militar israelo-estadounidense y entregar los cuerpos de cuatro cautivos de esa misma doble nacionalidad para avanzar en el proceso de alto el fuego

Guerra entre Israel y Gaza
Palestinos, durante la ruptura del ayuno en Ramadán, el pasado 13 de marzo, sobre los escombros de una mezquita en Beit Lahia (Gaza).Ali Jadallah (Anadolu/Getty Images)
Luis de Vega

Estados Unidos e Israel están sondeando la posibilidad de que tres países africanos (Sudán, Somalia y la autoproclamada república de Somalilandia) acepten en sus territorios a los ciudadanos palestinos que el presidente Donald Trump y el primer ministro Benjamín Netanyahu proponen expulsar de Gaza, según ha avanzado en exclusiva la agencia Associated Press, que cita fuentes oficiales de las dos Administraciones. La propuesta llega tras el portazo recibido de Egipto y Jordania para acoger a cientos de miles de palestinos deportados fuera de la Franja (en el enclave viven 2,3 millones de personas). De forma paralela, Qatar sigue acogiendo las negociaciones para avanzar en el alto el fuego en Gaza. Hamás acepta la propuesta de los mediadores de liberar a cinco rehenes —uno vivo y cuatro muertos— de doble nacionalidad estadounidense-israelí. Netanyahu ha criticado al movimiento islamista y no reunirá a su equipo hasta la tarde noche del sábado para anunciar si aceptan o no.

Esta propuesta para enviar a los gazatíes desde la Franja a África no detalla cómo se llevaría a cabo. Ni siquiera ha recibido el respaldo de los aludidos, que, en algunos casos, han dado por cerrada también la puerta al plan. El argumento esgrimido por Trump —y que Israel disfraza bajo el eufemismo de emigración voluntaria— es que Gaza no es un lugar habitable tras 17 meses de guerra y, por eso, sus vecinos necesitan un mejor lugar para vivir, un “sitio hermoso”, llegó a sugerir. Pero los tres emplazamientos a los que se intenta ahora deportarlos tras la destrucción causada por los bombardeos de las tropas de ocupación israelíes en el enclave palestino se hallan en una región, la del Cuerno de África, dominada por la pobreza y la violencia.

En todo caso, funcionarios de Sudán han rechazado la propuesta y los de Somalia y Somalilandia aseguraron no estar al tanto, según Associated Press. Horas después, el ministro de Exteriores de esa región escindida de facto, pero sin reconocimiento legal, negaba que estén implicados en la nueva iniciativa. “No he recibido tal propuesta y no hay conversaciones con nadie en torno a los palestinos”, ha señalado Abdirahman Dahir Adan a la agencia Reuters.

La guerra civil empantanó el camino de Sudán como uno de los cuatro firmantes, junto a Baréin, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Marruecos, de los conocidos como Acuerdos de Abraham, con los que Washington busca desde 2020, bajo el patrocinio de Trump, que países árabes establezcan relaciones con Israel. Jartum lo hizo a cambio de ser eliminado de la lista de Estados que apoyan el terrorismo y el levantamiento de sanciones. La Administración del presidente Joe Biden, predecesor de Trump, acusó de genocidio a la milicia de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) enfrentada al ejército. El actual ofrecimiento a Sudán para que acoja a palestinos podría abrir una nueva vía en las relaciones con EE UU e Israel y podría concretarse en ayudas al Gobierno para hacer frente a esos rebeldes.

Somalia es tradicionalmente un férreo aliado de la causa palestina. Por eso, Sambu Chepkorir, abogado e investigador de conflictos en Nairobi (Kenia), señala que es difícil entender por qué este país querría albergar a los expulsados de Gaza, explica a Associated Press. En cuanto a Somalilandia, territorio de cerca de cuatro millones de habitantes sin reconocimiento internacional, podría acceder a negociar la llegada de gazatíes a cambio de reconocimiento en la esfera internacional, según un funcionario consultado por esa misma agencia de noticias. La autoproclamada república se encuentra ubicada además en el estratégico golfo de Adén, desde donde, al otro lado, los rebeldes hutíes de Yemen siguen suponiendo una amenaza para Israel y para los buques que se adentran por el mar Rojo hacia el canal de Suez y que representan en torno a un 15% del comercio mundial.

Rechazo internacional

La idea de limpiar Gaza de su población autóctona es vista como ilegal, inmoral e irrealizable por la comunidad internacional y por las diferentes facciones palestinas. Encaja, sin embargo, muy bien con el anhelo del entorno ultranacionalista de la coalición que sostiene a Netanyahu en el poder y que propugna vaciar Gaza y su recolonización con judíos. El movimiento forzoso de población, algo que lleva imponiendo el ejército de Israel a cientos de miles de palestinos a lo largo de la contienda dentro de la propia Franja, supone un crimen de guerra, según han denunciado diferentes grupos de derechos humanos.

La vía africana del plan Trump para Gaza ha salido a la luz por vez primera este viernes, mientras el alto el fuego en la Franja renquea tras más de dos semanas sin que se efectúen intercambios de rehenes por prisioneros palestinos. Hamás se ha mostrado este viernes dispuesto a liberar al militar israelí Edan Alexander, que cuenta también con nacionalidad estadounidense, junto a los restos de otros cuatro cautivos también de esa doble nacionalidad: los soldados Itay Chen y Omer Neutra y el matrimonio formado Judith Weinstein, de 70 años, y Gadi Haggai, de 73. Todos perdieron la vida —y sus cuerpos fueron trasladados a Gaza— durante la matanza liderada por Hamás el 7 de octubre de 2023, en la que fueron asesinadas unas 1.200 personas y secuestradas unas 250.

La entrega del militar israelí y los restos de los cuatro cautivos es la respuesta, según un comunicado del grupo islamista palestino, a la propuesta de los mediadores (Qatar, Egipto y Estados Unidos) para avanzar en la senda del final de la contienda en los contactos que mantienen las delegaciones desplazadas a Doha, la capital catarí. Hamás insiste en que su objetivo es que Israel retome la hoja de ruta acordada, que preveía que se pasara a la segunda etapa del alto el fuego a primeros de marzo. Para el enviado estadounidense Steve Witkoff, que pivota entre los conflictos de Oriente Próximo y Ucrania, la liberación de Alexander, de 21 años, supone una “prioridad máxima”. Dentro de los contactos que se están llevando a cabo, una delegación estadounidense se ha reunido en los últimos días con miembros de Hamás.

La respuesta israelí no ha tardado en llegar. El primer ministro critica a Hamás, pero no rechaza la oferta de este viernes. “Hamás se mantiene firme en su negativa y no ha cedido ni un milímetro”, denuncia Netanyahu a través de un comunicado en el que acusa a los islamistas de “manipulación y guerra psicológica” contra las familias de los rehenes. El primer ministro, sin embargo, no ha convocado una reunión hasta el sábado por la tarde. En ella se van a “decidir las medidas necesarias para liberar a los rehenes” y lograr todos sus “objetivos de guerra”, añade el texto, una vez que haya regresado de Qatar la delegación del Estado judío.

En la calle israelí, la opción bélica no prevalece de forma clara sobre la de acordar con Hamás la liberación de los secuestrados en Gaza, según el último sondeo publicado este viernes por el diario Maariv. El 53% de votantes favorables a la coalición del Ejecutivo de Netanyahu defiende que Israel retome la guerra en Gaza por delante de las negociaciones para traer de vuelta a los rehenes. Desde el lado de la oposición, el 82% de ciudadanos favorables a otras fuerzas políticas prefieren que se priorice el regreso a casa de los cautivos que quedan en Gaza, un total de 59, de los que solo 24 estarían con vida.

El foro que agrupa a la mayoría de familias de los secuestrados, contrario a retomar los ataques sobre Gaza, ha dado la bienvenida al ofrecimiento de Hamás y critica el inmovilismo de Netanyahu mientras sigue tomando las calles con constantes manifestaciones y protestas para presionar por la vía de la negociación. “Las familias de los rehenes se disculpan por molestar en Shabat, [festividad religiosa de fin de semana entre el viernes y el sábado], ¡pero nuestros seres queridos no tienen tiempo para seguir esperando!”, alertan en una queja directa al primer ministro.

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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