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Líbano subraya su derecho a usar “todos los medios” para lograr la retirada completa de las tropas israelíes

El ejército israelí se repliega de la mayoría del país, aunque permanece en puntos clave, mientras las Fuerzas Armadas nacionales toman el relevo y algunos vecinos regresan a sus localidades

Líbano tropas Israel
Soldados israelíes patrullaban el pasado lunes cerca de Kfar Shuba, en la víspera de la retirada prevista de las tropas del sur de Líbano.Anadolu (Anadolu via Getty Images)

Mientras el ejército israelí se retira de la mayoría del sur de Líbano, pero se queda por tiempo indefinido en cinco puntos estratégicos (vulnerando los términos del alto el fuego que puso fin a la guerra entre Israel y Hezbolá del año pasado), Beirut ha subrayado que considera una ocupación “cada centímetro” de presencia israelí en su territorio y que tiene derecho a usar “todos los medios” para lograr la retirada completa. Lo ha escenificado la Presidencia con un comunicado conjunto, para transmitir unidad, de los tres principales cargos políticos, reservados a cada una de las confesiones mayoritarias: el presidente, el cristiano Joseph Aoun; el primer ministro, el suní Nawaf Salam; y el presidente del Parlamento, el chií Nabih Berri. La amenaza, no obstante, carece de dientes, con un ejército sin siquiera fuerza aérea y Hezbolá, descabezada y debilitada. De hecho, por primera vez desde el Acuerdo de Taif que puso fin a 15 años de guerra civil (1975-1990), la declaración del Gobierno no menciona “el derecho del pueblo a resistir la ocupación israelí por todos los medios” y sí “el monopolio de las armas” y la “plena responsabilidad” del Estado sobre la defensa nacional.

Las últimas horas de la presencia israelí en buena parte del país transcurren con imágenes de detonaciones, antes de abandonar sus posiciones, y del regreso de los vecinos expulsados. Aún hay explosiones controladas en la aldea de Kafr Shuba, casi tocando con la línea divisoria. Otras localidades han quedado llenas de escombros, tras el paso del ejército israelí, que asegura haber registrado “casi cada estructura y espacio abierto” a ocho kilómetros de la divisoria.

En Kfar Kila (donde algunas imágenes recuerdan a la destrucción en la franja de Gaza), los blindados del ejército libanés ya llegaron de madrugada y montaron un puesto de control a la entrada. El Ayuntamiento recordaba a los vecinos que aún no deben volver, hasta que se compruebe si hay explosivos por detonar, pero algunos se han saltado este martes el control y lo han hecho de todos modos. Algunos han encontrado cadáveres entre los restos de la contienda correspondientes a combatientes de Hezbolá, señaló una residente a la agencia Reuters.

Líbano acudirá al Consejo de Seguridad de la ONU para abordar las vulneraciones del alto el fuego de la otra parte, asegura el comunicado difundido por la Presidencia. El escrito destaca “la necesidad de obligar” a Israel a retirarse por completo y la disposición de las Fuerzas Armadas nacionales a asumir sus funciones en todo el territorio. Eso es lo que establece el acuerdo de alto el fuego rubricado en noviembre, tras más de dos meses de conflicto abierto entre Israel y Hezbolá, y casi un año de guerra de baja intensidad.

También insiste la Presidencia del país en su compromiso con “todas las disposiciones de la Resolución 1701 [del Consejo de Seguridad de la ONU]”, que puso fin a la anterior guerra entre Israel y Hezbolá (2006) y estipula tanto el fin de los bombardeos y sobrevuelos diarios israelíes en el cielo del país, como la presencia de tropas de Israel en suelo libanés y de milicianos armados al sur del río Litani, feudo de Hezbolá.

El domingo, cuando ya se daba por hecho que el ejército de Israel permanecería en cinco colinas de Líbano sin fecha de retirada, el líder de Hezbolá, Naim Qasem, dio un discurso en el que se limitó a pedir al Estado una postura “firme y decisiva” en el tramo final de la negociación. “Israel debe retirarse completamente del territorio libanés. No hay excusa que le permita quedarse. En este contexto, el Estado libanés no debe aceptar que el ejército israelí permanezca, ya sea en cinco puntos estratégicos o en otros lugares”, declaró.

La responsabilidad de EE UU

El presidente del Parlamento libanés, que trasladó las posiciones de Hezbolá en la negociación del alto el fuego, dijo el lunes que se negó a “debatir” con EE UU un nuevo aplazamiento de la fecha de retirada de las tropas (se cumplía inicialmente el 26 de enero y las tropas israelíes mataron a 22 personas que trataban de regresar a sus hogares) y le recordó su “responsabilidad” como garante del pacto en hacer cumplir la retirada completa.

Washington ha dado, sin embargo, luz verde a que Israel, su principal aliado en Oriente Próximo, se quede en las cinco posiciones en suelo libanés. Israel es quien marca en la práctica la línea de los incumplimientos. El pasado noviembre, y desde una posición de fuerza tras semanas de golpes a Hezbolá, el Gobierno de Netanyahu exigió en el diálogo de alto el fuego la creación de un comité para supervisar la aplicación de la resolución 1701, restando peso en la práctica a la misión de la ONU en el sur del país (Unifil), de la que desconfía y a cuyos soldados atacó intencionadamente, según denunció Unifil en su momento. Estados Unidos y Francia copresiden el comité, que incluye asimismo a las partes (Israel y Líbano) y a la misión de la ONU, integrada por unos 10.000 cascos azules al mando de un teniente general español, Aroldo Lázaro.

Vehículos de Unifil, a la entrada del pueblo de Deir Mimas, en el sur de Líbano, este martes.
Vehículos de Unifil, a la entrada del pueblo de Deir Mimas, en el sur de Líbano, este martes.Karamallah Daher (REUTERS)

Ahora, Israel “seguirá aplicando con fuerza y sin concesiones cualquier violación por parte de Hezbolá”, ha señalado este martes su ministro de Defensa, Israel Katz. Pretende “proporcionar plena seguridad” a las localidades israelíes fronterizas, las que más sufrieron los cohetes y drones de Hezbolá durante el año de fuego cruzado y de la que fueron evacuadas unas 60.000 personas. Una parte ha ido regresando. Katz ha dado cuenta asimismo de un despliegue reforzado en torno a la Línea Azul (la frontera no oficial entre ambos territorios que vigila la misión de la ONU) y del establecimiento de “numerosos puestos de avanzada”, ha añadido.

En una rueda de prensa en Jerusalén, el ministro de Exteriores, Gideon Saar, ha justificado el mantenimiento de las tropas en suelo libanés en que Hezbolá no se ha retirado del todo al norte del río Litani, algo de lo que correspondería asegurarse ahora a las Fuerzas Armadas libanesas, según el acuerdo de alto el fuego, que Israel vulnera con frecuencia. “Esperamos que el ejército libanés reconstituido haga el trabajo. Pero si no lo hace, lo haremos nosotros”, amenazó este domingo Netanyahu en la conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses, en Jerusalén.

El titular de Exteriores ha señalado que “no habrá necesidad de mantener” las tropas en cuanto “Líbano aplique plenamente su parte del acuerdo”. “En primer lugar, debemos proteger a nuestros ciudadanos y nuestra seguridad. A continuación, defender el acuerdo. Y el acuerdo colapsará si los terroristas de Hezbolá tienen éxito en su esfuerzo por invadir el territorio israelí. Así que debemos estar en estos puntos altos para evitarlo”, ha añadido.

Saar ha acusado además a Irán de realizar, con la colaboración de Turquía, “grandes esfuerzos” financieros para reflotar a la maltrecha milicia chií. “Si Hezbolá es rehabilitado como la fuerza militar y económica dominante, Líbano seguirá bajo ocupación iraní y sin futuro. El ejército libanés debe ser más fuerte que Hezbolá”, defiende el ministro. El ministro ha asegurado que Hamás tiene un plan en Gaza similar al de Hezbolá en Líbano: transferir de manera falsa el poder a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) o cualquier otro grupo “sin dejar de ser la fuerza dominante” en la Franja y continuando la “guerra contra Israel”, algo que es “inaceptable”.

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