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Trump asegura que tiene un plan para Ucrania y que ya ha hablado con Putin

El presidente de Estados Unidos afirma en una entrevista con un periódico estadounidense que el líder ruso “quiere que deje de morir gente”

Un soldado ucranio en la región de Donetsk.
Un soldado ucranio en la región de Donetsk.Press service of the 24 Mechanized brigade HANDOUT (EFE)

Donald Trump prometió que acabaría la guerra en Ucrania en el primer día de su mandato, al obligar a sentarse a negociar a los presidentes ucranio, Volodímir Zelenski, y de Rusia, Vladímir Putin. Ha descubierto que no era tan sencillo. Tres semanas después de regresar a la Casa Blanca, el conflicto sigue en marcha y está a punto de cumplir tres años, pero él asegura que su intención sigue siendo poner fin a los enfrentamientos y dice que ha hablado con Putin sobre ello.

En una breve entrevista concedida al periódico The New York Post, el presidente estadounidense sostiene que Putin “quiere ver que la gente deja de morir”: “Toda esa gente muerta. Gente joven, gente guapa. Como nuestros hijos, dos millones de ellos. Y porque sí”.

Trump también asegura que cuenta con un plan para acabar esa guerra, aunque en la entrevista no da plazos ni detalles. “Espero que sea rápido. Cada día muere gente. Esta guerra es tan terrible en Ucrania. Quiero acabar esta maldita historia”. Y agrega que quiere poner en marcha las reuniones que prometió durante su campaña electoral: “ellos se quieren reunir”, insiste.

Él revela haber hablado con Putin, con quien declara mantener una buena relación. Pero no precisa si lo ha hecho ya como presidente, después de su investidura el 20 de enero, o se refiere a conversaciones previas. El periodista Bob Woodward revelaba en su último libro, publicado en vísperas de las elecciones estadounidenses, que el republicano se mantuvo en contacto con el presidente ruso y habló con él tras su primer mandato, algo que su campaña negó.

El Kremlin eludió corroborar las afirmaciones de Trump en la entrevista al Post con una respuesta que, sin embargo, sonó a un sí. “No puedo confirmarlo ni desmentirlo”, manifestó el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, este domingo. El alto cargo dejó claro que los contactos entre ambos países existen, pero evitó especificar si también tienen lugar a nivel presidencial.

“A medida que la Administración de Washington se asienta, hay muchas comunicaciones diferentes, y estas comunicaciones se llevan a cabo a través de distintos canales. Debido a su multiplicidad, puede ser que yo, personalmente, no esté al tanto de algo”, agregó Peskov de forma enigmática a la agencia de noticias rusa Interfax.

En declaraciones el viernes durante una reunión en la Casa Blanca con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, Trump indicó que tenía previsto hablar con Zelenski esta semana entrante, y también quiere hacerlo con Putin. Su vicepresidente, J.D. Vance, se reunirá con el líder ucranio durante la Conferencia de Seguridad en Múnich, que se inaugura el próximo viernes.

Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha reconocido que sentar a la mesa a los dos presidentes requerirá más tiempo de lo que él había declarado durante la campaña electoral, y habla ahora de un plazo en torno a los seis meses.

Tal y como están las cosas, Putin no tiene muchos incentivos para negociar: sus tropas se encuentran a la ofensiva, la Administración Trump podría dejar de enviar ayuda a Ucrania, las fuerzas del país invadido están cada vez más agotadas y el presidente ruso confía en que Europa también acabe cansada y dividida ante el conflicto. Pese a una carga sin precedentes de sanciones, la economía rusa no está tan debilitada como habían calculado las potencias occidentales al comienzo de la guerra.

En su intervención en el Foro Económico de Davos, Trump planteó ante los líderes mundiales una propuesta para que los países productores de petróleo aumentaran su volumen de extracción e hicieran caer los precios del crudo, la gran fuente de ingresos rusa. Ello, en su opinión, debilitaría lo suficiente la economía del país invasor como para persuadir al Kremlin de la necesidad de negociar.

La intención del Kremlin es decidir el futuro de Ucrania en unas negociaciones bilaterales con Washington, sin contar ni con Kiev ni con la Unión Europea. Putin se ampara en que el mandato de Zelenski se ha extendido automáticamente debido a la imposibilidad de celebrar unas elecciones normales por la guerra, y lo considera, por tanto, irregular.

“Zelenski tiene grandes problemas de iure en cuanto a su legitimidad”, declaró Peskov hace cuatro días, aunque su argumento cayera por su propio peso: la constitución ucrania prohíbe celebrar comicios bajo la ley marcial, y Ucrania resiste ahora en un frente de más de 1.100 kilómetros.

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