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Los palestinos condenan el plan de Trump para Gaza: “Son declaraciones agresivas y echarán leña al fuego”

Los gazatíes de a pie e instancias oficiales como Hamás y la Autoridad Palestina se muestran decididos a seguir defendiendo sus derechos sin ser expulsados, como propone el presidente de EE UU

Varias personas caminan por zonas destruidas en Jabaliya, este miércoles.
Varias personas caminan por zonas destruidas en Jabaliya, este miércoles.Abdel Kareem Hana (AP/LaPresse)
Luis de Vega

Desde fuera, y sin ser palestino, cuesta entender la mentalidad del gazatí. El regreso —gracias al alto el fuego tras casi 16 meses de guerra— de cientos de miles de ellos en los últimos días a las ruinas de lo que fueron sus casas y sus calles, en el norte devastado de la Franja, explica bien la resiliencia que les impulsa. De generación en generación, van heredando unas convicciones ancladas a un territorio del que ahora, de nuevo, les quieren expulsar. Ocurrió en 1948, para la creación del Estado de Israel. Desde entonces, lo siguen impulsando los distintos gobiernos israelíes, tanto en Gaza como en Cisjordania. Por eso, desde ciudadanos de a pie a instancias oficiales, como el Gobierno de Hamás en Gaza o la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Ramala, la capital cisjordana, es generalizado el rechazo al plan presentado por Trump este martes para expulsar a la población y dejar la Franja bajo su control.

“Condenamos en los términos más enérgicos y rechazamos” la pretensión de que “Estados Unidos ocupe la Franja de Gaza y desplace a nuestro pueblo palestino”, señala en un comunicado Hamás, que gobierna la Franja desde 2007 y que está detrás de la matanza de unas 1.200 personas el 7 de octubre de 2023 en territorio israelí. El grupo islamista exige a Trump que se retracte y pide el amparo de la Liga Árabe y de la ONU. “Estas declaraciones son agresivas para nuestro pueblo y nuestra causa, y no servirán a la estabilidad de la región y solo echarán leña al fuego”, añade el texto, al tiempo que advierten de que no permitirán “que ningún Estado del mundo ocupe nuestra tierra ni imponga la tutela de nuestro gran pueblo palestino”.

Por su parte, el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, ha expresado su “firme rechazo” a través de un comunicado en el que se refiere a la idea de Trump como una “grave violación del derecho internacional”. “El pueblo palestino no renunciará a sus tierras, derechos y lugares sagrados, y la Franja de Gaza es una parte integral de la tierra del Estado de Palestina”, subraya. Abbas agradece el apoyo recibido de países como Jordania, Egipto o Arabia Saudí frente al anuncio de “expulsión y anexión” del mandatario estadounidense.

José Vericat, analista principal del Real Instituto Elcano, considera que la idea de EE UU, de la mano de Israel, de “tomar el control y la posesión de Gaza, supone un cambio de paradigma que va más allá de la anexión o la limpieza étnica”. No sabe realmente cómo se puede esto llevar a cabo —si “en autobuses, en ferris...” y “tratarlos como ganado trashumante”, se pregunta en conversación telefónica desde Madrid—, pero “es algo que hay que tomarse muy en serio”, aunque “la población palestina no tiene ninguna intención de marcharse”. Existe, además, un factor “enormemente desestabilizador” para la región por las consecuencias que pueda traer para Jordania o Egipto, “dependientes” de Estados Unidos y los dos países apuntados por el mandatario estadounidense para enviar a los gazatíes. Se trata de “borrar básicamente Gaza del mapa” con “todo el rechazo que eso supone de los palestinos como población indígena y la historia extraordinariamente rica de Gaza”, concluye Vericat, que durante dos años residió en la Franja, donde los muertos en la presente contienda superan los 47.000.

Samir Zaqout, de 58 años y empleado de la organización de derechos humanos Al Mezan, pronostica que “ninguna solución puede alcanzarse para Gaza o los palestinos sin una salida política. No va a funcionar desplazar de nuevo a la gente. Van a fallar”. A través de notas de voz enviadas por teléfono desde el centro del enclave, donde el alto el fuego sigue en vigor desde el 19 de enero, agrega: “Llevamos 76 años [desde la independencia de Israel] bajo algo que podemos llamar genocidio a diario, semanal” y “nadie piensa en la evacuación de Gaza como solución. Si nadie ha hablado de irse en estos 16 meses de guerra, ¿cómo alguien puede pensar en una solución de este tipo, aunque Jordania y Egipto aceptaran?”. Por eso, para él, “la limpieza étnica” no es algo de ahora.

Riad Ali El Aila, hispano-palestino de 72 años evacuado de Gaza al comienzo de la actual guerra, no se atreve a poner una fecha de regreso, pero va a intentarlo en cuanto le dejen para reconstruir lo que ha dejado atrás a la fuerza, explica en conversación telefónica desde el pueblo sevillano de Pilas, donde reside con su familia. “Creo que en los cuatro años de legislatura Trump, como empresario, va a cambiar el mundo a su manera, como si el mundo fuera para él una gran compañía. Alguien que tiene mucho dinero y quiere tener más. Su pensamiento es económico y no tiene nada que ver con la política, ni los derechos humanos, ni las Naciones Unidas”, comenta este profesor jubilado. Interpreta que el presidente de EE UU lo hace para afianzar en el poder a Netanyahu y el sector más “derechista” de su gabinete, partidario de recolonizar la Franja.

“Durante 15 meses, Netanyahu y su Gobierno fascista han tratado de desplazar a los residentes de la franja de Gaza y no han logrado este objetivo. Ninguna Administración estadounidense en el mundo tendrá éxito en implementarlo”, advierte Basem Naim, miembro del buró político de Hamás, en otro comunicado. Tras recibir este martes en Washington al primer ministro, Benjamín Netanyahu, el mandatario estadounidense ha anunciado que no solo va a impulsar la deportación al extranjero de 1,5 millones de habitantes, como dijo la semana pasada, sino que, además, va a tomar el control del enclave mediterráneo y convertirlo en una especie de resort vacacional. Pero ni él, ni Netanyahu tienen en cuenta la voluntad del pueblo palestino o la legislación internacional. Tampoco, hasta el momento, han trascendido detalles sobre cómo se va a llevar eso a cabo, pues nadie, por el momento, ha abierto la puerta a colaborar.

“Trump es el segundo Balfour”

Frente a lo que tienen en mente de Trump y Netanyahu, los refugiados palestinos reclaman todavía su derecho a retornar a las localidades de donde fueron empujados en la guerra de 1948. La fecha del comienzo de la lucha del pueblo palestino no comenzó con la creación de Israel ese año, sino tres décadas antes, entiende Riad El Aila. En 1917, el ministro de Exteriores británico, Arthur Balfour, emitió una declaración, a la que dio nombre, en la que se expresaba la voluntad de otorgar un hogar para los judíos en lo que entonces era territorio palestino. Por eso, señala El Aila, “Trump es el segundo Balfour”.

El profesor hispano-palestino incide en el aguante de su pueblo a lo largo de las décadas: “Los palestinos están acostumbrados a resistir en su tierra, aunque sea bajo bombas norteamericanas [este país es el principal suministrador de armas de Israel], y no cambian por la destrucción en la franja de Gaza por ningún otro país de la zona y ni siquiera lo harían por Estados Unidos”. Mientras se concretan los planes de Trump y Netanyahu y se afronta la reconstrucción de Gaza, los hijos de El Aila siguen cursando sus estudios de forma telemática desde Pilas (Sevilla).

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Sobre la firma

Luis de Vega
Ha trabajado como periodista y fotógrafo en más de 30 países durante 25 años. Llegó a la sección de Internacional de EL PAÍS tras reportear en la sección de Madrid. Antes trabajó en el diario Abc, donde entre otras cosas fue corresponsal en el norte de África. En 2024 ganó el Premio Cirilo Rodríguez para corresponsales y enviados especiales.
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