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Mohamed VI recibe a Macron en Rabat para sellar con acuerdos económicos la reconciliación diplomática

El rey acude al aeropuerto apoyado en un bastón para dar la bienvenida al presidente francés. Marruecos adjudica a la empresa gala Alstom el contrato de los nuevos trenes de alta velocidad

Mohamed VI y Macron
El rey Mohamed VI de Marruecos y el presidente francés, Emmanuel Macron, saludan el lunes desde un vehículo en el centro de Rabat.JALAL MORCHIDI (EFE)
Juan Carlos Sanz

Apoyado en un bastón, el rey Mohamed VI ha acudido a recibir al presidente francés, Emmanuel Macron, al pie de la escalerilla del avión en el que ha viajado en la tarde de este lunes a Rabat. El gesto del monarca de la dinastía alauí, que no había sido confirmado oficialmente en el programa de la visita, refleja la bienvenida distinguida con altos honores que Marruecos ha querido brindar al jefe de Estado galo. El giro dado por Francia en favor del plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental como “única base para la solución al conflicto”, como Macron proclamó hace tres meses en una carta a Mohamed VI, ha puesto fin a tres años de crisis diplomática entre ambos países. La visita de Estado, de tres días de duración, viene a sellar una reconciliación diplomática entre ambos países escenificada con importantes acuerdos económicos bilaterales.

Mohamed VI acudió a la pista del aeropuerto de Rabat mientras sonaban 21 salvas de cañón escoltado por su hijo, el príncipe heredero Hasán; su hermano, Mulai Rachid, segundo en la línea de sucesión al trono, y por su hija, Lala Jadiya, y su hermana Lala Meriem, quienes se encargaron de dar la bienvenida a Brigitte Macron, esposa del presidente francés, ante la condición de divorciado del soberano. El rey se apoyaba en un bastón ortopédico, como ya hizo en un acto oficial en 2012. Fuentes del palacio real citadas por el portal digital Hespress lo atribuyeron al hecho de que Mohamed Vi había sufrido “una contractura muscular en el costado derecho a causa de una ciática”. En imágenes distribuidas el pasado miércoles, tras la toma de posesión de los nuevos ministros del Gobierno marroquí, el monarca ya mostraba aparentemente estos síntomas.

Tras hacer un largo recorrido, en medio de aclamaciones del gentío y al son de grupos de música tradicionales, por las calles de Rabat en un vehículo descubierto junto con el rey, el jefe del Estado francés, que no visitaba Marruecos desde hace seis años, fue acogido más tarde por el Gobierno y altos dignatarios marroquíes en la plaza del Mechuar del palacio real, lugar de homenaje para los reyes de la dinastía alauí, donde se desarrolló una ceremonia oficial de recepción. Macron ha mantenido de inmediato una entrevista privada con Mohamed VI, antes de que ambos mandatarios asistieran a la ceremonia de firma de una primera tanda de acuerdos bilaterales.

El primero de los 22 acuerdos suscritos en presencia de los jefes de Estado fue el de adjudicación al grupo francés Alstom del contrato para entregar 18 trenes de alta velocidad al operador ferroviario público marroquí ONCF. Alstom, cuyos trenes circulan ya en el tramo de alta velocidad entre Tánger y Casablanca, aspiraba a este concurso junto a la empresa española Talgo y dos compañías asiáticas. Francia, antigua potencia colonial, es el primer país inversor en la economía marroquí y el segundo socio comercial, solo por detrás de España (que también ejerció el control sobre un Protectorado en parte del país norteafricano), tras haber duplicado el volumen de intercambios en la última década.

Empresas francesas en el norte de África

Marruecos y Francia prevén sellar acuerdos bilaterales, centrados sobre todo en la creación de empresas de capital francés en territorio marroquí. Parece ir en interés recíproco. Las transformaciones geopolíticas experimentadas en la escena internacional tras la pandemia y la guerra de Ucrania han puesto de relieve la proximidad de Marruecos a Europa en la relocalización de las cadenas de valor.

La economía de Francia ha sido una de las primeras en aprovechar el cambio de paradigma. El país magrebí se dispone a superar en 2025 el listón de un millón de automóviles producidos al año, casi todos salidos de factorías de Renault y Stellantis (que integra a Citroën y Peugeot), bajo control total o parcial francés. El utilitario Dacia Sandero, ensamblado en las plantas de del grupo Renault en Tánger y Casablanca, se ha convertido en uno de los coches más vendidos en Europa. La industria del automóvil marroquí, surgida en las dos últimas décadas, aglutina un 22% del producto interior bruto, según el diario L’Économiste.

Otros medios marroquíes, como el semanario Tel Quel, destacan las inversiones de Airbus en el sector de la construcción aeronáutica en Casablanca o los proyectos del fabricante de trenes Alstom para poner en marcha una factoría propia en Fez. Para las empresas europeas, el país magrebí se ha convertido además en una plataforma cercana con ramificaciones en los mercados africanos, donde bancos, aseguradoras y compañías de telefonía marroquíes han extendido su presencia.

Rabat espera grandes inversiones francesas en los sectores de la energía solar y eólica, así como de hidrógeno verde, de la mano del grupo público Engie. Airbus, por su parte, aspira a vender entre 12 y 18 helicópteros Caracals a las Fuerzas Armadas marroquíes, según Le Monde.

Macron ha desembarcado en la capital de Marruecos investido con la grandeur de un séquito de más de 120 personalidades. No solo le secundan altos cargos y grandes empresarios, sino también artistas e intelectuales, algunos de ellos de origen marroquí, como los escritores laureados con el premio Goncourt Leila Slimani y Tahar Ben Jelloun. Este último ha definido la visita del presidente francés como “un gesto político altamente simbólico, por el que Francia decide acompañar a Marruecos en los grandes proyectos de modernización del país”. La ministra de Cultura, la conservadora Rachida Dati, de padres marroquíes, figura entre los nueve miembros del Gobierno que han viajado junto con Macron a Rabat para firmar acuerdos bilaterales.

El presidente tiene previsto pronunciar este martes un discurso ante el Parlamento de Marruecos, donde se espera que reafirme el giro de Francia en favor del plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, cuyo futuro, según anticipó el pasado 30 de julio, considera que debe inscribirse “en el marco de la soberanía de Marruecos”. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos ha pedido a Macron que en su intervención ante el poder legislativo presente “excusas oficiales en nombre de Francia por los abusos cometidos [contra la población civil] durante el periodo colonial”, antes de la independencia de Marruecos en 1956.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.
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