Macron ficha a la polémica Dati, ministra con Sarkozy, en un Gobierno escorado a la derecha

Rachida Dati, ministra de Justicia con el presidente conservador Nicolas Sarkozy e imputada desde 2021 por un caso de presunta corrupción y abuso de poder, es el fichaje sorpresa, y el más polémico, de Emmanuel Macron para el nuevo Gobierno dirigido por el joven Gabriel Attal. El nombramiento de Dati en Cultura, este jueves, confirma el giro a la derecha de Macron. Evidencia la voluntad de proseguir la opa sobre los sectores más moderados de Los Republicanos (LR), el partido hermano del PP en Francia, para combatir a la extrema derecha de Marine Le Pen.

Al mismo tiempo que elige a conservadores moderados como Dati o Catherine Vautrin en Asuntos Sociales, Macron prescinde de algunos de los ministros del ala izquierda que en diciembre se rebelaron contra la adopción de la ley de inmigración por considerarla demasiado derechista. Y mantiene a pesos pesados del Gobierno, como el titular de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, y el del Interior, Gérald Darmanin, descontentos con el nombramiento, el martes, del primer ministro Attal que, con 34 años, es el más joven de la V República. Le Maire y Darmanin, también procedentes de LR, figuran entre los aspirantes a suceder a Macron en las presidenciales de 2027.

El palacio de Elíseo ha decidido anunciar el nuevo Gobierno en dos tiempos. Los ministros sénior, este jueves, y el viernes, día del primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno, se prevé que se conozcan los secretarios de Estado. Otro nombramiento sorpresa es el de Stéphane Séjourné, actual jefe de filas del grupo liberal Renew en el Parlamento Europeo y hombre de confianza de Macron, en el Quai d’Orsay, el Ministerio de Exteriores y Europa, en sustitución de Catherine Colonna. En 2021, el diario Le Monde publicó que Séjourné y Attal estaban unidos como pareja de hecho. En declaraciones recientes a Libération, Séjourné no confirmó ni desmintió que siguiesen siendo pareja.

Tres de los ministerios de más relieve (Exteriores, Economía y Finanzas e Interior) quedan en manos de hombres. También Defensa y Justicia. Entre los 14 ministros anunciados, hay siete hombres y siete mujeres.

Dati es un puro producto de la hoy cuestionada meritocracia francesa. Es hija de inmigrantes musulmanes en una familia de 11 hermanos. Su padre era obrero marroquí; su madre, una argelina que no sabía leer. Trabajó desde los 14 años, mientras estudiaba. Fue magistrada y después ministra de Justicia con Sarkozy entre 2007 y 2009. Hasta ahora era la jefa de filas de la oposición conservadora en el Consejo de París, la adversaria más acérrima de la alcaldesa, la socialista Anne Hidalgo.

Como Sarkozy, Dati entiende la política como un deporte de combate. No se muerde la lengua y busca el cuerpo a cuerpo. De un colaborador y amigo de Sarkozy, decía: “Es un facha cínico”. Al ex primer ministro conservador François Fillon, que fue su jefe en el Gobierno, le calificó de “zumbado (…), egocéntrico, frustrado, celoso”. En 2021 describía así el partido de Macron, que agrupaba a antiguos miembros del Partido Socialista y de LR: “Son traidores de izquierdas y traidores de derechas”. Su única lealtad conocida es a Sarko, como le llama ella, y por eso el nombramiento se ha interpretado como una victoria del expresidente, quien coloca a sus piezas en el nuevo Gobierno. El presidente de Los Republicanos, Éric Ciotti, anunció la expulsión fulminante de Dati del partido tras conocerse que entraba en el Gobierno.

El nombramiento de Dati también confirma que ha quedado definitivamente enterrada la vieja doctrina según la cual no puede haber ministros imputados. Los jueces la investigan por haber cobrado, entre 2010 y 2012, 900.000 euros de la empresa automovilística Renault, en calidad de abogada, mientras ejercía también de eurodiputada. Todavía no ha sido juzgada, por lo que prevalece la presunción de inocencia.

Dati sustituye en Cultura a Rima Abdul-Malak. La ya exministra se destacó en las críticas contra la ley de inmigración y pidió la retirada de la Legión de Honor al actor Gérard Depardieu tras la difusión de un documental en el que pronuncia obscenidades. Macron desautorizó a Abdul-Malak y declaró que Depardieu es un orgullo para Francia.

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