Rusia captura el municipio ucranio de Vugledar tras dos años de asedio y miles de bajas
El ejército invasor prosigue su avance constante en la provincia de Donetsk en un otoño que Zelenski considera determinante para el desenlace de la guerra
Vugledar, o lo poco que queda en pie en este municipio, ya está en manos rusas. El Alto Mando ucranio en esta región de la provincia de Donetsk ha confirmado este miércoles la retirada de sus tropas, después de que diversos centros de análisis del conflicto y vídeos publicados por cuentas militares rusas indicaran ya el martes que el invasor tenía controlado el núcleo urbano. Vugledar ha sido un símbolo de la resistencia ucrania, de la evolución de la táctica rusa y, sobre todo, de los miles de bajas entre la tropa y sus blindados que el Kremlin está sufriendo en esta guerra para conseguir avances geográficos limitados.
Las campañas rusas terrestres para conquistar Vugledar, con 15.000 habitantes antes de la guerra, empezaron en noviembre de 2022. Uno de los principales momentos para la vergüenza militar rusa sucedió en enero y febrero de 2023 en esta localidad. Dieron la vuelta al mundo las imágenes de columnas de decenas de blindados rusos calcinadas, frenadas por campos minados al milímetro. En el asedio de aquellos meses, Rusia perdió un regimiento entero en cuestión de una semana, la 155ª Brigada de Infantería Naval, con bajas diarias de hasta 400 de sus hombres. El general al mando de la ofensiva rusa sobre Vugledar, Rustam Muradov, fue cesado en abril de aquel año.
También la 40ª Brigada de Infantería Naval rusa, que sucedió a la 155ª, fue prácticamente desintegrada. Según el grupo de análisis de defensa Oryx, Rusia habría perdido solo allí el 6% de los blindados de toda la guerra.
Adaptación de Rusia a la guerra
Pero Vugledar también es una prueba de la adaptación táctica rusa a la guerra. Los asaltos frontales han pasado a mejor vida y el invasor está aplicando en todos los sectores del frente de Donetsk una más lenta, pero más segura operativa de embolsar al ejército defensor, evitando así que alguna de las falanges se adelante y quede aislada. Esto ha sido así en el avance relámpago que empezó este verano sobre Vugledar, pero también se está replicando en otros municipios asediados por Rusia en Donetsk: Chasiv Yar, Kurajove y en especial, Pokrovsk, ciudad clave de la retaguardia ucrania, actualmente a siete kilómetros del enemigo.
El Alto Mando Jortitsia, centro de coordinación de las operaciones militares en este sector de Donetsk, ha informado de que la retirada de sus hombres en Vugledar busca “preservar tropas y equipos de combate, y tomar posiciones para próximas acciones”. Las imágenes difundidas por cuentas militares rusas entre el 30 de septiembre y el 1 de octubre ya mostraban que las tropas del Kremlin habían accedido a la mayor parte de este municipio. La 72ª Brigada Mecanizada ucrania, la responsable de su defensa en los dos últimos años, aseguró el martes que todavía no han recibido órdenes de retirarse.
Vitali Kononuchenko, analista ucranio de defensa que ha seguido al detalle la evolución del frente en esta localidad, ha explicado este miércoles en el medio NV que la mayoría de la 72ª Brigada ya la había abandonado. Kononuchenko ha indicado que los rusos han aprovechado los días en los que se rotaban las tropas apostadas en primera línea para romper sus líneas. Un oficial de la 59ª Brigada Motorizada ucrania en el frente de Pokrovsk indicó el 8 de septiembre a EL PAÍS que los rusos tienen probablemente infiltrados o tienen pinchados los sistemas de comunicación ucranios porque se han especializado en realizar ataques sorpresa cuando se está produciendo la rotación de soldados.
Deep State, organización de referencia ucrania para la actualización del mapa de la guerra, dio el martes por perdido el municipio. El Instituto para el Estudio de la Guerra, organización estadounidense que monitoriza periódicamente la invasión, afirmó también el martes que “las fuerzas rusas han tomado probablemente el control de Vugledar”. Este instituto considera que esta victoria no aportará grandes beneficios estratégicos para el Kremlin.
El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, afirmó en septiembre que la incursión ucrania en Kursk ha forzado que el invasor haya transferido a esta provincia rusa a 40.000 soldados que debían estar en frentes dentro de Ucrania. Militares entrevistados en las últimas semanas por EL PAÍS aseguran que en las batallas que se libran en Donetsk no han detectado todavía una reducción de los activos del enemigo. El viceministro de Defensa ucranio, Ivan Havriliuk, afirmó en una conferencia en Kiev el 1 de octubre que los recientes ataques contra arsenales rusos han conseguido reducir drásticamente el suministro de munición para la artillería invasora. Havriliuk aseguró que respecto a principios de 2024, cuando la superioridad de artillería rusa era de ocho a uno, se ha pasado a una superioridad de tres a uno en este octubre.
El “rey de la guerra”
El general estadounidense en la reserva Robert Dyess corroboró ayer en el Foro Internacional de la Industria de Defensa, en Kiev, que la guerra en Ucrania ha demostrado que “la artillería vuelve a ser el rey de la guerra”. Dyess constató que la falta de una clara superioridad aérea en ambos bandos, gracias a potentes sistemas de defensa antiaéreos, y la capacidad mutua de anular drones, ha hecho que los obuses sean los protagonistas.
Pese a estas palabras, lo cierto es que las Fuerzas Aéreas rusas han incrementado su poderío con ataques con bombas aéreas guiadas que están siendo determinantes en todos los sectores del frente. Mijailo Samus, director del centro de estudios de defensa New Geopolitics, dijo que Ucrania necesita con urgencia poder armar a sus aviones de combate con bombas guiadas para destruir en suelo ruso los puestos de mando, arsenales y logística del invasor.
El progreso ruso en la provincia de Donetsk coincide con el desarrollo de un “plan para la victoria” que Zelenski presentó la semana pasada al presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca. Este documento, que se ha mantenido en secreto, debería ser aceptado por los aliados de Ucrania este otoño. Zelenski ha reiterado que el desenlace de la guerra se decidirá estos próximos meses. El presidente ucranio ha afirmado que si este plan no es secundado por sus socios, su país no tendrá margen para defenderse y llegar a unas futuras negociaciones de paz con una posición fuerte.
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