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Alemania reduce drásticamente la exportación de armas a Israel entre acusaciones de que viola las leyes humanitarias

Berlín niega que exista un boicot pero lleva varios meses sin autorizar la venta de armamento

Olaf Scholz
El canciller alemán, Olaf Scholz, en una entrega de premios este miércoles en Berlín.CLEMENS BILAN (EFE)
Elena G. Sevillano

Alemania ha reducido drásticamente la exportación de armas a Israel en los últimos meses, en un movimiento que el Gobierno de Olaf Scholz asegura que no constituye una suspensión de los acuerdos ni mucho menos un boicot. Berlín se enfrenta a la creciente presión de las causas judiciales que sostienen que las exportaciones de armas alemanas a Israel infringen el derecho humanitario.

El portavoz de Scholz, Steffen Hebestreit, ha desmentido categóricamente una información de la agencia Reuters según la cual el Gobierno ha suspendido la expedición de licencias. “No existe ningún boicot alemán a la exportación de armas a Israel”, dijo en un comunicado tras publicarse la exclusiva el miércoles por la noche. Las cifras, sin embargo, indican claramente que los permisos no se están concediendo.

El Gobierno alemán no expide licencias de exportación de armas de guerra a Israel desde el mes de marzo pasado, según consta en las respuestas que el Ministerio de Economía y Clima, el encargado de autorizar las salidas de esta mercancía, proporcionó a preguntas de la diputada del Bundestag Sevim Dagdelen, miembro del partido populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht (BSW).

Desde principios de año hasta el 21 de agosto, el Ejecutivo expidió licencias para vender armas de guerra por valor de 14,5 millones de euros, pero de ellos solo 32.449 euros corresponden a “armas de guerra” —el resto entran en la categoría de “otro material militar”— y los permisos se remontan a enero y febrero, según los datos consultados por la agencia DPA.

Las cantidades contrastan con las de 2023. El año pasado Berlín aprobó licencias de exportación al Estado judío por valor de 330 millones de euros. Los dos principales suministradores de armas a Israel son, a gran distancia del resto, Estados Unidos y Alemania. Washington entrega anualmente a Israel unos 3.100 millones de euros en concepto de ayuda militar, según los datos del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (Sipri).

Las “armas de guerra” son material explícitamente destinadas a la guerra, es decir, fusiles, misiles, buques de guerra, bombas o municiones. En la categoría de “otro material militar” se incluyen cascos, chalecos protectores y vehículos de transporte de tropas, por ejemplo. Los datos del Ministerio de Economía, que no ha respondido a las peticiones de EL PAÍS para confirmarlos, proceden de sendas respuestas a preguntas de la diputada de BSW.

Apoyo a Israel

En Alemania la seguridad de Israel es cuestión de Estado. La responsabilidad histórica por el Holocausto ha hecho que los sucesivos Ejecutivos alemanes apoyen sin fisuras al Gobierno de Israel. Sin embargo, con el paso de los meses la coalición de socialdemócratas, verdes y liberales se ha ido viendo cada vez más presionada para mantener el equilibrio entre la ayuda militar a Israel en forma de exportación de armas y el celo para evitar las violaciones de los derechos humanos. Cada vez más voces exigen detener los envíos.

Tras conocerse que Berlín ha dejado de expedir licencias para enviar armamento al Estado judío, es probable que la cuestión vuelva a calentar el debate político como ha sucedido en otros países. Los medios alemanes aseguran que la cuestión ha provocado fricciones en el seno del Gobierno, ya que la Cancillería mantiene su apoyo a Israel mientras los ministerios de Economía y Asuntos Exteriores, en manos de Los Verdes, cada vez son más críticos con el Gobierno de Netanyahu.

Reino Unido se convirtió hace unos días en el primer gran aliado occidental de Israel que suspende, aunque de forma parcial, la venta de armas a esta nación de Oriente Próximo. La decisión, anunciada por el ministro de Exteriores, David Lammy, en el Parlamento, supone la suspensión de 30 licencias de exportación de las 350 que tiene concedidas actualmente. La suspensión, por tanto, afecta a menos de un 10% de los permisos y tendrá escasas consecuencias prácticas, pero sí un gran peso simbólico, al interpretarse como un golpe diplomático al Ejecutivo de Benjamín Netanyahu.

La presión sobre Berlín ha ido creciendo con el paso de los meses. En abril la dictadura nicaragüense acusó a Alemania ante el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU (TIJ) de “complicidad en el genocidio” en Gaza. El Gobierno se defendió argumentando que el 98% de las exportaciones aprobadas desde el ataque de Hamás a Israel no eran armas de guerra. La demanda urgente fue rechazada. Desde entonces varias ONG han presentado demandas contra el Gobierno alemán para intentar que los tribunales paralicen los envíos.

Alemania exportó en 2023 10 veces más armas a Israel que el año anterior, y la mayoría de las operaciones se aprobaron en plena guerra. Berlín exportó 3.000 sistemas antitanque portátiles y medio millón de rondas de munición para ametralladoras, subfusiles y otras armas de fuego. Los datos del Sipri reflejan que Israel también recibió en 2023 dos corbetas de Alemania y decenas de motores para los tanques Merkava, pieza estructural de las operaciones terrestres en la Franja.

El Centro Europeo por los Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR, por sus siglas en inglés), una organización de derechos humanos independiente, mantiene activas en los juzgados alemanes varias demandas para evitar que Berlín envíe más armas a Israel. En mayo pasado solicitaron, en nombre de cinco demandantes palestinos, medidas provisionales para prohibir licencias adicionales de exportación de armas, en particular, de munición para tanques de 120 milímetros, así como otros tipos de munición y armas pequeñas que se han utilizado en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.

“Solicitamos que se concediera protección jurídica urgente a los demandantes, todos los cuales se encuentran actualmente en la ciudad sitiada de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, por lo que corren grave peligro”, asegura la organización. “Además, exigimos más transparencia al Gobierno alemán en relación con sus procedimientos de concesión de licencias para la exportación de armas. Solo así podrán los demandantes solicitar medidas provisionales ante los tribunales y salvaguardar sus derechos”, añade.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.
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