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Muere una activista turco-estadounidense de un disparo en la cabeza en una manifestación en Cisjordania

Aysenur Ezgi, de 26 años, participaba en una protesta cerca de Nablus contra la expansión de los asentamientos. La agencia palestina de noticias Wafa responsabiliza del ataque a militares israelíes

Sanitarios palestinos evacuan el cuerpo de una ciudadana estadounidense en el Hospital Rafidia de la ciudad cisjordana de Nablus, este viernes 6 de septiembre.Foto: Stringer (REUTERS) | Vídeo: EPV

Una activista de 26 años con doble nacionalidad estadounidense y turca ha muerto este viernes de un disparo en la cabeza cuando participaba en una manifestación en el territorio ocupado de Cisjordania. Aysenur Ezgi, de 26 años, protestaba contra la expansión de los asentamientos en Beita, cerca de la ciudad de Nablus, cuando recibió el disparo, que la agencia oficial palestina Wafa atribuye a las fuerzas de seguridad israelíes. Un activista palestino resultó herido tras el impacto de otra bala en una pierna.

“Fue un disparo mortal” realizado por un militar israelí que tenía perfecta visión, describe el activista israelí antiocupación Jonathan Pollak, de 42 años, testigo del balazo que atravesó la cabeza de Ezgi y con dos décadas de experiencia en este tipo de protestas. Con su mano derecha todavía ensangrentada de haber tratado de frenar la hemorragia al sujetar la cabeza, Pollak explica en el hospital Rafidia de Nablus, donde fue trasladado el cuerpo, que el soldado se encontraba a unos 150 metros y que en el momento de disparar no ocurría ningún tipo de incidente en el lugar. A media tarde del viernes, varios policías y sanitarios extrajeron el cadáver de uno de los cubículos de la morgue del centro médico para que los forenses le realizaran la autopsia. Pollak, mientras, trataba de coordinar por teléfono la información para que le llegara a la familia.

Todo ocurrió, según el relato del activista israelí, unos 20 o 30 minutos después de que se hubiera intentado celebrar una oración de protesta delante de un asentamiento judío, ante la presencia de efectivos del ejército israelí que la disolvieron en medio de algunos enfrentamientos con jóvenes palestinos. El grupo fue expulsado hacia las primeras casas del vecino pueblo de Beita mientras los soldados tomaron posiciones sobre una casa del monte de Sabih. Pollak, que estaba a solo 10 metros de la activista cuando le alcanzó una bala, está convencido de que la muerte de Ezgi supone un asesinato. En el momento del disparo, “no estaba ocurriendo absolutamente nada. Fueron dos incidentes distintos”, añade refiriéndose a la dispersión de la protesta y a la muerte de la activista un rato después. “Hasta dormido puedo distinguir el sonido de los proyectiles de gas, las balas de goma, el disparo de un francotirador o el fuego real”, agrega.

En imágenes distribuidas por los servicios de emergencia palestinos se ve a los sanitarios atendiendo a la activista en un primer momento en el interior de la ambulancia mientras le colocan un vendaje en la cabeza. Poco después, ya en el hospital de Nablus, han confirmado su muerte. “Tratamos de hacerle una maniobra de reanimación, pero desagraciadamente murió”, ha señalado a la agencia Reuters el director del hospital, Fouad Nafaa.

La joven trabajaba como voluntaria en el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM, por sus siglas en inglés) en una campaña destinada a proteger a los agricultores palestinos de los colonos israelíes. Su muerte es la tercera de un activista de ISM en los territorios palestinos; la más conocida, Rachel Corrie, fue aplastada por una excavadora militar en Rafah en 2003. Según sus compañeros, Ezgi había llegado este mismo martes, el miércoles recibió una instrucción en Ramala y este viernes ha fallecido mientras participaba en su primera acción con ISM.

Tanto la diplomacia estadounidense como la turca han confirmado la muerte, aunque en tono bien distinto. “Somos conscientes de la trágica de una ciudadana estadounidense, Aysenur Ezgi, hoy en Cisjordania. Damos nuestro más sentido pésame a su familia y seres queridos”, ha indicado Matthew Miller, el portavoz del Departamento de Estado en Washington, que está “recopilando urgentemente más información sobre las circunstancias de la muerte”. En cambio, el Ministerio de Exteriores en Ankara ha acusado directamente al Gobierno de Benjamín Netanyahu de “asesinar” a su nacional y de “intimidar a quien acuda en ayuda de los palestinos y luche pacíficamente contra el genocidio”.

El cuerpo de Aysenur Ezgi, activista estadounidense y turca de 26 años muerta de un disparo en la cabeza, es trasladado para la autopsia en un hospital de Nablus.
El cuerpo de Aysenur Ezgi, activista estadounidense y turca de 26 años muerta de un disparo en la cabeza, es trasladado para la autopsia en un hospital de Nablus.Luis De Vega Hernández

El monte de Sabih, donde se produjeron los disparos, es donde los colonos de Eviatar, un radical asentamiento cercano, han agredido a la población local, y alberga protestas regulares de activistas internacionales en solidaridad con Palestina. En la de este viernes, según vecinos, el número de activistas fue mayor, las fuerzas de seguridad israelíes acudieron al lugar y se produjeron escaramuzas. El ejército israelí ha asegurado que está “investigando” los “detalles del incidente”, y que sus tropas abrieron fuego contra “el principal instigador” del lanzamiento de piedras a los soldados, que “representaba una amenaza”.

Junto al cadáver de Ezgi, Ghassan Daghlas, el gobernador de Nablus (la región a la que pertenece Beita), se ha dirigido en árabe a los medios para subrayar que la activista participaba en una “protesta pacífica” y decirle al presidente de Estados Unidos, Joe Biden: “Estas son balas estadounidenses […] Han matado a una ciudadana estadounidense como matan a los niños en Gaza, Yenín o Tulkarem”.

En medio de las cámaras y los periodistas locales e internacionales, el activista ha declarado: “Todos ustedes están aquí porque es ciudadana estadounidense, pero 17 personas murieron en manifestaciones desde 2021″ en esta misma zona, pero “nadie oyó hablar de ellos porque eran palestinos, no estadounidenses. Pero fueron asesinados en las mismas circunstancias por los mismos soldados, con las mismas armas proporcionadas por los estadounidenses que ahora han matado a estadounidenses” porque “hace apenas unas semanas, otro ciudadano estadounidense fue herido en el mismo lugar, con munición real”, ha añadido. “Y todo esto sucede en el contexto de creciente violencia israelí en Cisjordania” y “ante el genocidio de Gaza”, ha concluido indignado y triste.

Jonathan Pollak relata que en cuanto escuchó el disparo corrió hacia el olivo en el que había caído Ezgi desplomada. Su relato sobrecoge: “Puse mi mano bajo su cabeza en un intento de que dejara de sangrar, pero había un orificio de entrada y otro de salida. Le tomé el pulso, que estaba ya muy débil. Empezó a palidecer y se le volvieron los ojos. Empezamos a llamar histéricos a una ambulancia. Trataron de reanimarla, pero no fue posible”.

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