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Angela Merkel cumple 70 años en plena expectación por la publicación de sus memorias en noviembre

La excanciller se mantiene fuera del foco público mientras prepara la presentación de su libro

Angela Merkel
La canciller Angela Merkel, en un debate en el Bundestag.Michael Sohn (AP)
Elena G. Sevillano

Cuando Angela Merkel dejó de ser canciller en 2021 anunció que iba a dedicarse a leer, dormir y escribir sus memorias. No todos la creyeron. Parecía imposible que la mujer que había comandado a la primera economía de la Unión Europea durante 16 años, la líder de facto de Europa, pensara en dedicarse a redescubrir a los clásicos y echarse siestas. Muchos la imaginaban encabezando algún organismo internacional, dando conferencias por el mundo o incluso en la empresa privada. Pero en su 70º cumpleaños, que celebra este miércoles en la intimidad, la vida de la excanciller es más o menos como pronosticó en su adiós de la política activa.

“Angela Merkel puede echar la vista atrás a una impresionante carrera política”, la felicita el canciller, Olaf Scholz, que fue su ministro de Finanzas y número dos en el último Gobierno de gran coalición entre la CDU y el SPD. “Empezó furiosamente con la conquista de la democracia en Alemania Oriental y la unidad alemana, que aún hoy me conmueve enormemente. Ha trabajado incansablemente por el país. Feliz cumpleaños”, le desea en su cuenta de X, junto con una foto de ambos sonrientes el día en que ella le pasó el testigo.

Como Merkel apenas se prodiga en actos sociales, y si lo hace se limita a sonreír y dejarse hacer selfis, la publicación de su libro de memorias, en noviembre, está creando gran expectación. Lo ha escrito a cuatro manos con una de sus confidentes más cercanas, Beate Baumann, que fue su jefa de gabinete casi tres décadas, desde 1992. Baumann adelantó en 2021 que el libro, escrito sin ayuda profesional, no sería una autobiografía al uso, sino que la canciller quería contar con sus propias palabras cómo y por qué había tomado sus principales decisiones políticas.

El volumen Libertad: Memorias 1954-2021 abordará también, como indica el título, su infancia como hija de un pastor protestante, Horst Kasner, que se trasladó al poco de nacer ella a la República Democrática Alemana (RDA) para difundir la palabra divina en un Estado ateo. La excanciller creció en una pequeña ciudad de poco más de 15.000 habitantes, Templin, en Brandeburgo, y después fue a la universidad de Leipzig a estudiar Física. De aquella época data su primer breve matrimonio y el apellido que mantendría para siempre, incluso tras casarse con su actual pareja, Joachim Sauer.

Las memorias de Merkel, cuya imagen en Alemania y en el extranjero se ha visto empañada por la invasión rusa de Ucrania por su política de acercamiento a Rusia pese a las advertencias de sus socios, trazan una vida que puede dividirse claramente en dos mitades y en dos Estados alemanes: 35 años en la RDA y 35 años en la Alemania reunificada, destaca la editorial alemana, Kiepenheuer & Witsch. El volumen, de casi 700 páginas, se publicará a la vez en varios países y promete dar a conocer la versión “más personal que nunca” de la mandataria. Merkel relata sus conversaciones con los grandes líderes mundiales, detalla cómo se tomaron las decisiones y, en definitiva, arroja luz sobre los entresijos del poder.

Merkel pasó de ser una científica en la gris RDA a meterse en política tras la caída del Muro, en 1989, bien entrada en la treintena. Una vez se decidió por la Unión Cristianodemócrata (CDU) ―antes había tanteado otras formaciones― su carrera fue meteórica. Ella misma ha contado que en el partido la minusvaloraron como “la chica de Kohl” [en referencia al canciller conservador Helmut Kohl, su padrino político] y eso favoreció su ascenso. Era mujer, joven y del Este, pero en 2005 llegó a la Cancillería tras derrotar al socialdemócrata Gerhard Schröder y la abandonó cuando quiso, porque no perdió ninguna de las cuatro elecciones a las que se presentó.

El relato de sus 16 años al frente de Alemania saltará de crisis en crisis: la financiera, la del euro, la de los refugiados y, casi al final, la del coronavirus. Muchos se preguntan cómo habría sido la siguiente, la de la invasión de Ucrania, con ella al mando. Hay incluso quien afirma que con Merkel en la Cancillería Vladímir Putin no habría empezado una guerra. Ella de momento se guarda su opinión. No ha dado entrevistas en estos casi tres años, salvo la que concedió en el teatro Berliner Ensemble de la capital alemana en 2022, con público abarrotando la sala, y con un moderador atípico, el novelista y columnista Alexander Osang. Estuvo tan suelta y risueña que algún analista bromeaba al día siguiente con que había hablado más en ese teatro que en todas las entrevistas que concedió siendo canciller.

Poco más se la ha visto desde entonces, salvo en conmemoraciones oficiales como el 75º aniversario de la Constitución alemana, en mayo pasado. Asiste, pero no da discursos. Tampoco ha publicado columnas de opinión ni se ha inmiscuido de ninguna manera en la labor de su sucesor, el socialdemócrata Olaf Scholz. Anunció que así lo haría, y lo ha cumplido. Él ha contado que de vez en cuando hablan y comentan cuestiones de actualidad, pero queda entre ellos. Apenas ha pronunciado palabras en público. Lo hizo en la despedida por jubilación del político verde Jürgen Trittin, su adversario político, y para homenajear a Ulrich Matthes, amigo suyo, en la Fundación Konrad Adenauer.

Merkel, además, está completamente desvinculada de su partido. La CDU la invitó expresamente a participar en su último congreso anual, en mayo pasado, pero la excanciller declinó la oferta. Dijo a través de su oficina que no quería participar en “acontecimientos de actualidad”. Tampoco hizo campaña para las elecciones europeas de junio ni acude a los actos de la Konrad Adenauer, fundación asociada a la CDU.

Mientras tanto, los alemanes han podido verla, en su trasunto de ficción, en la serie policiaca Miss Merkel, inspirada en los libros de David Safier. En pantalla, la excanciller intenta vivir una vida plácida en el campo tras su jubilación, pero acaba envuelta en la investigación de misteriosos asesinatos. En la trama hay constantes alusiones, en tono humorístico, a la Merkel real. En noviembre se estrena el cuarto capítulo en Alemania —en Italia se emite actualmente—. La excanciller va a terapia porque está deprimida después de terminar un libro (¿casualidad?). Y el cadáver, por supuesto, será el del terapeuta.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.
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