España presenta en Nueva York su candidatura al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas

España ha presentado este martes en el Instituto Cervantes de Nueva York su candidatura para integrar el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en el bienio 2025-2027, un asiento que ya ha ocupado entre los años 2011-2013 y 2018-2020. La tercera candidatura al Consejo ha sido presentada formalmente por el embajador Héctor Gómez, representante permanente de España ante Naciones Unidas, ante representantes y delegados del cuerpo diplomático acreditado en la ONU.

Aunque el Consejo de Derechos Humanos tiene su sede en Ginebra, la renovación de sus miembros depende de la Asamblea General del organismo, que en octubre votará en sesión plenaria la renovación de tres puestos para Europa, a los que se han presentado tres candidatos, por lo que su elección es indudable. España aspira a contar con un amplio refrendo entre los 193 países miembros de la ONU por su compromiso con los derechos humanos, cuya protección y promoción constituye un eje prioritario de la política exterior, especialmente en ámbitos como la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, la lucha contra la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género y la lucha contra la pena de muerte, vigente en el país que alberga el cuartel general de la ONU.

El Consejo de Derechos Humanos está formado por 47 miembros que presentan cada año a la Asamblea General un informe sobre la situación de los derechos en el mundo; además, cada primavera celebran una “evaluación periódica universal” de todos los países miembros, incluida España, que en contadas ocasiones ha sido denunciada por vulnerar derechos fundamentales. La última vez fue en 2022, cuando consideró que se habían violado los derechos políticos de exmiembros del Gobierno y del Parlamento de Cataluña al suspenderlos de sus funciones públicas, antes de la existencia de una condena, tras el referéndum independentista de 2017.

El récord de violaciones de países como China, Cuba, Afganistán o Arabia Saudí no ha sido óbice en el pasado para ocupar un lugar en el Consejo sin más problemas que un pasajero ruido mediático y la indignada denuncia de activistas. Aunque no guarda relación directa con el Consejo, el último ejemplo de esa contradicción posibilista en que en ocasiones incurre la organización ha sido la convocatoria por parte de la ONU de una conferencia sobre el futuro de Afganistán en la que no han participado las mujeres por supuestas presiones de los talibanes.

Aunque el Consejo de Derechos Humanos carece del poder ejecutivo y sancionador del Consejo de Seguridad, es el termómetro moral de la comunidad internacional. En 2022 expulsó a Rusia por la invasión de Ucrania, una medida extrema que sólo contaba con un precedente, la suspensión de Libia once años antes. La postura de España en la guerra de Gaza, con el reconocimiento oficial de Palestina, le ha granjeado simpatías del grupo de países árabes, muy activos en iniciativas en pro de una solución pacífica que ponga fin a la guerra. En el haber de España figura también la contribución al reconocimiento del derecho al agua potable y al saneamiento, una de las grandes prioridades de la política exterior y de cooperación para el desarrollo.

La candidatura oficial de España para su tercera membresía del Consejo ginebrino se ha plasmado en doce acuarelas, obra de la artista española afincada en Nueva York Patricia Bolaños, que reproducen creaciones reconocibles de Velázquez, Sorolla, Goya, Miró, Picasso, Dalí, Barceló, María Blanchard, Eduardo Chillida, Juan Genovés y Juan Gris. Cada acuarela va acompañada del enunciado de uno de los derechos fundamentales. La docena de acuarelas comisariadas por la misión española ante la ONU compondrá una carpeta que se distribuirá más tarde entre los Estados miembros de la organización. La artista ha completado la serie con un dibujo del Camino de Santiago, reconocido como Patrimonio Mundial por la Unesco.

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