Fernando Carrillo: “La primera línea de defensa de la democracia en Latinoamérica es la libertad de prensa”

La democracia en Latinoamérica vive en un estado de constante amenaza, coaccionada por la deriva autoritaria en algunos Estados de la región, así como por la ineficacia de los gobiernos para impulsar urgentes reformas sociales, lo que profundiza las desigualdades. Así lo ha manifestado este jueves Fernando Carrillo, vicepresidente primero del Grupo Prisa, durante un evento en Madrid organizado por la Fundación Euroamérica. “Los medios de comunicación tenemos que defender la democracia y alguien tiene que hacerlo porque sola no va a sobrevivir”, ha señalado.

Carrillo (Bogotá, 60 años) ha advertido del modelo del “hiperpresidencialismo” en distintos países latinoamericanos, en los cuales el Ejecutivo concentra cada vez más poder, y que se ha intensificado durante los últimos años —principalmente desde la pandemia—, con estados de excepción y leyes de emergencia. “Hubo grandes retrocesos en materia social y la cooperación internacional entró en una crisis profunda”, ha afirmado durante el evento Los desafíos democráticos de la lucha contra la desigualdad y la violencia en Iberoamérica.

Ante este panorama, el abogado y economista considera razonable que los partidos de oposición se alzaran con la victoria en las más recientes elecciones de países como Colombia, Chile o Brasil. Esencialmente, con una promesa para combatir las desigualdades a través de reformas sociales. “[Presidentes como el colombiano Gustavo Petro] han generado un gran compromiso con la calle, pero eso también se ha traducido en otra forma de autoritarismo de tipo plebiscitario. Es decir, que gobiernan con la calle, en vez de con las instituciones, que muchas veces se han quedado cortas frente a sus responsabilidades”, ha asegurado.

Sin embargo, continúa Carrillo, la desigualdad permanece como uno de los principales problemas que hay que resolver, que además realza las inseguridades: jurídica, económica y territorial. Es, además, la fórmula para que se produzca un nuevo auge del crimen organizado, establecido “desde México hasta Argentina”. Para combatirlo, precisa, es necesario hacerlo dentro del marco de los derechos humanos. “Es muy fácil conseguir seguridad llevándose por delante la democracia”, ha dicho el vicepresidente del Grupo Prisa en referencia al Gobierno de El Salvador, encabezado por el presidente Nayib Bukele, que ha implementado un modelo criticado por la comunidad internacional y por las ONG para luchar contra la violencia de las pandillas.

Es por eso que, para Carrillo, “la primera línea de defensa de la democracia en Latinoamérica es la libertad de prensa”. Según él, mientras que la política está convirtiendo a la democracia “en su chivo expiatorio”, la libertad de prensa es su baluarte. “Los medios tenemos una gran responsabilidad que se está agudizando ahora con la presencia de la inteligencia artificial, por lo que tenemos que contrastar constantemente la información”.

Retiro del espíritu democrático

La posición de los jóvenes frente a la deriva autoritaria de los gobiernos debería ser un aspecto de preocupación. Carrillo ha citado el más reciente informe de Latinobarómetro, una encuesta realizada en 2023 basada en 20.000 entrevistas de personas de 18 países latinoamericanos, en la que se registra una caída del apoyo a la democracia. Solo el 48% la apoya frente a otro modelo de gobierno, lo que significa un descenso de 15 puntos porcentuales desde el 63% de los datos de 2010. Además, el estudio demuestra que los jóvenes entre 16 a 25 años apoyan más los modelos autoritarios (20%) frente a los mayores de 61 años (13%).

“La nueva generación, los nativos demócratas —aquellos que no tuvieron que luchar por consolidar una democracia— dan por sentado sus libertades. Estamos viendo un imperceptible retiro del espíritu democrático”, ha alertado el ejecutivo.

Finalmente, Carrillo ha concluido con un llamado de atención al sector privado para comprometerse a los esfuerzos del desarrollo social y humano. “La iniciativa empresarial es crucial porque son los garantes del empleo y este es el núcleo de las políticas sociales”.

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