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¿Cuenta atrás para TikTok?: Estados Unidos concede nueve meses a la empresa matriz para deshacerse de su aplicación

La ley que ha aprobado los fondos para Ucrania e Israel también prevé la prohibición de la red social si la china ByteDance no la pone en venta

La sede de TikTok en California (EE UU), el 13 de marzo.
La sede de TikTok en California (EE UU), el 13 de marzo.Mike Blake (Reuters)
Macarena Vidal Liy

El cronómetro ha empezado a correr en Estados Unidos contra TikTok. La misma ley que ha aprobado nuevos fondos de ayuda para Ucrania e Israel, y que ha entrado en vigor este miércoles, también contiene una provisión que obliga a ByteDance, la tecnológica china propietaria de la popular aplicación de vídeos cortos, a venderla. De lo contrario, la app quedará prohibida dentro de este país.

La nueva ley concede a ByteDance un plazo en principio de nueve meses para deshacerse de su creación más popular en Occidente. Pese a este plazo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puede conceder una prórroga de tres meses más, hasta completar un año, si le parece que se han ido logrando progresos suficientes.

La Casa Blanca insiste que el énfasis de la medida está en la necesidad de que ByteDance se deshaga de la app, no en el deseo de prohibirla. “En lo que nos centramos a la hora de aplicar esta ley ahora es en trabajar para una desinversión de modo consistente con la intención de la ley y con las preocupaciones de seguridad nacional que la hicieron aprobarse”, ha señalado el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en una rueda de prensa.

Entre las preocupaciones de los legisladores se ciernen las denuncias sobre el comportamiento de adicción que la app causa entre sus usuarios, especialmente entre los adolescentes, y sus supuestos efectos nocivos en la salud mental. Pero, también, el que sea de propiedad china. Los críticos de TikTok denuncian que el Gobierno chino podría hacerse con facilidad con los datos de los millones de usuarios estadounidenses que tienen descargada la aplicación.

TikTok replica que ha introducido mecanismos de control en su plataforma para que los padres puedan sentirse tranquilos sobre el uso que sus hijos hacen de ella. También niega que permita el acceso del Gobierno chino a los datos estadounidenses, y sostiene que la prohibición violaría el derecho a la libertad de expresión.

La de ByteDance es una posición que parecía improbable hasta hace apenas una semana. La Cámara de Representantes, dominada por los republicanos y donde todos los escaños están en juego en las elecciones del próximo noviembre, había aprobado un proyecto de ley en marzo que ordenaba la venta y daba un plazo de seis meses. Pero el Senado, controlado por los demócratas y donde solo un tercio de los asientos se disputan en las elecciones de noviembre, no había mostrado un gran apetito por recoger ese guante y presentar la medida a votación en el plenario. El líder de la mayoría demócrata, Charles Schumer, no había llegado a precisar si llegaría a presentarla a trámite alguna vez.

Pero todo es posible en el amor, la guerra y las negociaciones políticas en el Congreso de Estados Unidos. En la batalla para conseguir que el sector ultraconservador del Partido Republicano tragase con la ayuda a Ucrania por 61.000 millones de dólares (unos 57.0000 millones de euros), algo que venían rechazando desde hace meses, la propuesta sobre TikTok se incluyó en el proyecto de ley mucho mayor. Una vez allí metida, el Senado debía aprobarla si quería lograr su objetivo principal, los fondos para Kiev.

El plazo más largo que se concede ahora a la matriz china forma parte de un intento de hacer más aceptable la medida a quienes se oponen a ella.

Crece la animadversión

A lo largo del último año, la animadversión contra TikTok no ha hecho más que crecer en los círculos políticos en Washington, pese a una intensa labor de relaciones públicas por parte de ByteDance y por más que buena parte de la clase política utiliza la aplicación en sus campañas electorales, empezando por el propio Biden. El presidente de TikTok, Shou Zi Chew, ha comparecido en dos ocasiones ante comités del Congreso.

La nueva ley desata ahora una multitud de interrogantes. El primero de todos, si ByteDance pondrá a la venta su lucrativa creación. O si el Gobierno chino le permitirá deshacerse de ella, o del algoritmo que es la envidia del sector por lo ajustado a los gustos de los usuarios, en beneficio de otra empresa en Estados Unidos.

En un primer momento, parte de la estrategia de la app parece ser similar a la que aplica en sus juicios el candidato republicano, Donald Trump: ganar tiempo en los tribunales. Si el expresidente, que ha hablado a favor de TikTok en el pasado, fuera el triunfador en las elecciones de noviembre, es posible que optara por tumbar o hacer caso omiso de la norma.

En un comunicado, la aplicación sostiene que llevará la nueva ley a los tribunales, algo que puede abrir un proceso de meses, si no años. Según TikTok, es “desafortunado” que los legisladores “utilicen la excusa de una importante asistencia exterior y humanitaria para de nuevo forzar un proyecto de ley de prohibición que perjudicaría los derechos de libertad de expresión de 170 millones de estadounidenses —los usuarios de la app en este país, según ByteDance—, dañaría a siete millones de empresas y cerraría una plataforma que contribuye con 24.000 millones de dólares anuales a la economía estadounidense”.

“Al tiempo que luchamos contra esta prohibición anticonstitucional, seguiremos invirtiendo e innovando para garantizar que TikTok sigue siendo un espacio donde los estadounidenses de todo tipo pueden venir a compartir sus experiencias, disfrutar y encontrar inspiración”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
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