La guerra en Gaza vuelve a inflamar las universidades estadounidenses
La Policía ha detenido al menos a 47 personas en Yale este lunes, cuatro días después de más de un centenar de arrestos en protestas propalestinas en Columbia
La guerra en Gaza vuelve a inflamar las universidades de Estados Unidos, donde las protestas palestinas cobran fuerza a medida que continúa la ofensiva israelí sin que se vislumbre un alto el fuego inmediato. Un centenar de estudiantes quedó detenido la semana pasada en la Universidad de Columbia; este lunes, las detenciones se han repetido en la Universidad de Nueva York y en la de Yale, han sido al menos 47 personas, en acciones que los gestores de los centros han justificado como el resultado de un difícil equilibrio entre la libertad de expresión, la dureza contra el antisemitismo y la necesidad de garantizar la seguridad de los estudiantes. Mientras se extienden las acampadas y encierros de los estudiantes a punto de comenzar las celebraciones por la Pascua judía este mismo lunes, la propia Casa Blanca ha emitido un comunicado para pronunciarse al respecto.
En Yale, los manifestantes, concentrados en tiendas de campaña en una de las plazas centrales del campus desde hace cuatro días, bloquearon este lunes el tráfico para exigir que este centro de estudios de élite se desprenda de sus inversiones en la industria militar y aquellas empresas que se benefician de la guerra en la Franja. Según el periódico universitario Yale Daily News, la Policía detuvo a más de 47 personas, entre estudiantes, profesores y otras personas no relacionadas con la institución.
A última hora de la tarde, los agentes de la Policía rompían las barricadas que los participantes en las protestas habían erigido en torno a su campamento en el exterior de la escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York, aproximadamente después de que las autoridades de la institución pidieran que los asistentes despejaran la zona y denunciaran un comportamiento “disruptivo”. Hasta cerca de 400 personas habían llegado a tomar parte en esa concentración a lo largo del día
En Columbia los ánimos continuaban muy caldeados, después de los incidentes del jueves pasado, en los que más de un centenar de personas quedaron detenidas en una protesta similar. Era la primera vez que la Policía entraba en el campus del centro de élite para arrestar a estudiantes desde 1968, en plena era de protestas contra la guerra de Vietnam. La universidad ha suspendido el permiso de asistencia a varios de los estudiantes arrestados.
Este lunes, la universidad neoyorquina cancelaba sus lecciones presenciales y las sustituía por clases a distancia, mientras recomendaba a los estudiantes no domiciliados en las residencias del campus que no se desplazasen a las instalaciones, por motivos de seguridad. Pasado el mediodía, un grupo de profesores se manifestaba para protestar contra las detenciones y exigir que la universidad readmita a los suspendidos.
La rectora de la Universidad de Columbia, Minouche Safik, envió un mensaje al personal y los estudiantes de la institución para expresar su “profunda tristeza” por los acontecimientos en su campus. “Para enfriar la animosidad y darnos a todos la oportunidad de plantearnos los próximos pasos, las clases se impartirán este lunes de manera virtual”, anunciaba.
Protestas similares tienen lugar en otros prestigiosos centros universitarios por todo el país, incluido el Massachusetts Institute of Technology (MIT), Emerson, Tufts, Brown o Stanford, en la costa Oeste. En la sede de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, decenas de estudiantes se han concentrado en The Diagonal, el centro del campus, para protestar.
Las protestas en las universidades estadounidenses no son algo nuevo en los últimos meses. Desde los atentados de Hamás contra Israel el 7 de octubre, en los que murieron cerca de 1.200 personas, y el comienzo de la guerra en Gaza, donde Israel ha matado a más de 34.000 palestinos, las manifestaciones se han sucedido con más o menos intensidad.
Las convocatorias, seguidas con mucha atención por los legisladores demócratas y republicanos en el Capitolio, han desencadenado las comparecencias en el Congreso de varios de los rectores de las principales universidades, incluida la propia Safik. Una de estas intervenciones, la de las responsables de la Universidad de Pensilvania, del MIT y de Harvard, citadas por la Comisión de Educación de la Cámara de Representantes, suscitó una fuerte polémica cuando, a pregunta de la congresista Elise Stefanik, del ala dura republicana, evitaron precisar si tomarían medidas contra los estudiantes que utilizaran lenguaje antisemita. La polémica fue in crescendo durante días hasta desencadenar la renuncia de la rectora de Harvard, Claudine Gay.
Ahora, la carga policial contra los estudiantes de Columbia la semana pasada ha dado un nuevo impulso a las protestas que ya se venían desarrollando, o desencadenado otras nuevas donde no se habían llegado a producir o se habían ido disolviendo con el tiempo.
Y la rectora Safik se encuentra en el ojo del huracán. De un lado, los grupos progresistas critican su reacción el jueves. Del otro, el ala dura del Partido Republicano, que arrastra una larga historia de enfrentamientos y suspicacias hacia los rectores de universidades que consideran excesivamente liberales, le acusa de permisividad contra el antisemitismo. Los 10 congresistas por Nueva York de esa formación, encabezados por Elise Stefanik, aliada del expresidente Donald Trump, han suscrito un comunicado en el que reclaman su dimisión.
Las protestas, que han atraído también a participantes no relacionados con las universidades, han puesto a prueba el equilibrio entre la voluntad de defender la libertad de expresión y la obligación de crear un espacio en el que todos los estudiantes y trabajadores se sientan seguros, alegan las autoridades. Algunos estudiantes judíos aseguran que ya no se sienten a salvo en sus respectivos campus y que crecen los incidentes, y los sentimientos, de antisemitismo.
La propia Casa Blanca emitía el domingo un comunicado en el que condenaba los incidentes de antisemitismo. “Aunque cada estadounidense tiene el derecho a protestar pacíficamente, los llamamientos a la violencia y a la intimidación física contra los estudiantes y la comunidad judía son obviamente antisemitas, excesivos y peligrosos. Y al hacerse eco de la retórica de organizaciones terroristas, resultan despreciables, especialmente tras la peor matanza perpetrada contra el pueblo judío desde el Holocausto”, apuntaba la declaración.
Pero los participantes apuntan a que muchos de ellos mismos son judíos. Jonathan Ben-Mencham, estudiante de doctorado en Columbia, declaraba a la cadena de televisión CNN que los estudiantes de esa universidad “que se organizan en solidaridad con Palestina, incluidos estudiantes judíos, han encarado acoso, señalamiento en internet, y ahora detenciones. Estas son las principales amenazas a la seguridad de los estudiantes judíos en Columbia”.
Mientras que, por otro lado, agregaba Ben-Mecham, “los estudiantes que se manifiestan han celebrado sesiones de oración interconfesionales desde hace varios días, y festejarán la Pascua en el campamento de Solidaridad con Gaza. Decir que los manifestantes son una amenaza contra los estudiantes judíos es una calumnia peligrosa”.
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