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Condenado a cadena perpetua un ucranio por colaborar en el ataque ruso que mató a la escritora Victoria Amelina

La justicia ucrania considera probado que un residente de Kramatorsk facilitó información al ejército invasor para bombardear un restaurante en el que fallecieron 13 personas

Cristian Segura
Kramatorsk
Personal de emergencias, militares y policías junto a la pizzería atacada el pasado junio en Kramatorsk.National Police of Ukraine (AP)

Un tribunal ucranio ha condenado a cadena perpetua por un delito de alta traición a un residente de Kramatorsk como colaborador en el ataque ruso que en 2023 terminó con la vida de la escritora ucrania Victoria Amelina y de 12 personas más. Un misil balístico Iskander impactó el 27 de junio en una pizzería de Kramatorsk, en el este del país. En la sentencia, dictada este jueves, la jueza ha considerado probado que el hombre, de nacionalidad ucrania, facilitó a las fuerzas invasoras la localización del restaurante y la información de que allí se concentraban militares.

Amelina falleció pocos días después, el 1 de julio, por las heridas sufridas en el ataque. El bombardeo causó heridas a otras 64 personas. Junto a la autora se encontraban en la pizzería Ria el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, el también colombiano Sergio Jaramillo y la periodista Catalina Gómez.

El condenado, Volodímir Sinelnik, fue reclutado por el enemigo para facilitar información sobre la presencia del ejército ucranio en la ciudad, según las pruebas aportadas por la Fiscalía. El hombre, según la acusación, detectó que frente al restaurante se concentraban vehículos militares y que el local era frecuentado por soldados. En Kramatorsk hay pocos establecimientos comerciales abiertos, sean restaurantes o supermercados, y la mayoría de los clientes son militares, aunque también es habitual ver a las parejas de estos, que los visitan cuando tienen permisos para descansar.

La policía encontró en el teléfono móvil del condenado que este había enviado a un usuario de Telegram ―un agente de los servicios de inteligencia rusos― la localización y algunos vídeos de la pizzería. Sinelnik, de 57 años y empleado del servicio de gas municipal, decidió colaborar con el invasor por motivos ideológicos, no por dinero, según los Servicios de Seguridad de Ucrania (SSU). Sinelnik pidió el pasado febrero ser intercambiado por prisioneros de guerra ucranios para evitar ir a la cárcel y trasladarse a Rusia, según informó Zmina, una de las principales ONG ucranias dedicadas a la defensa de los derechos humanos.

El exgobernador de la provincia de Donetsk, Pavlo Kirilenko, confirmó en julio de 2022, en una entrevista en Kramatorsk con EL PAÍS, que los colaboradores con Rusia suponían una grave amenaza para las Fuerzas Armadas de Ucrania. Kirilenko estimaba que la mitad de la población que, pese a la proximidad de los combates, había decidido quedarse en la provincia, eran partidarios de la anexión rusa.

Zmina centra su trabajo en documentar crímenes de guerra rusos, pero también en reportar vulneraciones en los derechos de la ciudadanía ucrania durante la guerra. Un informe de Zmina, presentado en octubre de 2023, alertaba de que casi 8.000 personas habían sido acusadas de colaborar con el enemigo, y que hay cientos de casos en los que se vulneran los derechos de los acusados. La gran mayoría de los juicios es contra personas que han difundido propaganda rusa.

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El SSU comunica con regularidad acusaciones de colaboración de ucranios con el invasor parecidas a la que ha llevado a Sinelnik a ser condenado. La policía hizo pública el 28 de marzo la detención de un hombre de 22 años de la ciudad de Dnipró por indicios de haber facilitado datos sobre una oficina del ejército y sobre el hospital militar de esta ciudad a los Servicios de Seguridad rusos (FSB). Como prueba, el SSU compartió imágenes de un chat en el que supuestamente el joven aportaba información a su contacto en el FSB.

El SSU también anunció el 27 de marzo la detención de dos hombres en Kiev presuntamente reclutados en enero por el FSB para suministrar información para próximos ataques contra objetivos energéticos, en la red de telecomunicaciones y contra miembros el Estado Mayor del ejército ucranio.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.
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