Santiago Peña: “Milei intenta replicar el modelo económico de Paraguay”
El presidente del país sudamericano, que ha estado de visita en España, no cree que este año se ratifique el acuerdo entre Mercosur y la UE
El presidente de Paraguay, Santiago Peña (Asunción, 45 años), que el mes próximo cumplirá un año desde su victoria electoral y antes fue ministro de Hacienda, pertenece al conservador Partido Colorado, la fuerza política que ha dominado históricamente la vida del país sudamericano ―70 años―, salvo brevísimos periodos. Sin embargo, su modelo es el club blanco, el Real Madrid, y sobre todo su presidente, Florentino Pérez, con el que ha estado estos días durante su estancia en Madrid. “Estoy convencido de que Paraguay tiene un destino de grandeza. Quiero que el paraguayo deje de pensar que el infortunio se ha apoderado del país o que sea la isla rodeada de tierra que decía [el escritor] Augusto Roa Bastos. El problema de Paraguay es la mediterraneidad mental, no la física”, afirma con pasión, la misma con la que dice estar aprendiendo guaraní, en una entrevista celebrada este jueves en Casa América. Economista de formación, Peña ha visitado España, donde se ha entrevistado con el Rey y el presidente, Pedro Sánchez, en busca de inversiones.
Pregunta. ¿Qué ofrece Paraguay a la inversión española?
Respuesta. Primero, reencontrarnos con nuestras raíces. Hablo mucho del resurgir de un gigante y eso nos obliga a mirar la historia. Este año se cumplen 500 años de la llegada de Alejo García, un portugués que iba con un mandato de la Corona española. Pero fue después, en 1537, cuando se instala la colonia en Asunción; y fueron allí porque estaban los guaraníes, que eran un pueblo amigable, dándose un proceso de mestizaje como en ningún otro lugar. La historia de grandeza de Paraguay está vinculada a España, pero esa historia se quebró y creemos que estos 35 años de democracia ―porque no es solo comparar con [la dictadura de Alfredo] Stroessner―, el periodo más largo de nuestra historia, han generado tremendos beneficios. Tenemos lo que el mundo necesita: agua, tierra y gente joven. Y lo más importante: un pueblo que sueña con un futuro mejor. Queremos insertarnos en el mundo y ser un jugador global; Europa ofrece muchas oportunidades y España es la entrada a Europa.
P. Es el presidente más joven de la democracia paraguaya. Prometió en campaña poner al país en el mapa del mundo y crear más de medio millón de empleos. ¿De qué está más satisfecho?
R. No solo gané por la mayor diferencia en la historia, gané sin tener que apelar a un discurso populista, ni de derecha ni de izquierda. Obtuve mayoría en ambas cámaras del Congreso y eso tiene un valor enorme si miramos el contexto latinoamericano. Trabajo desde el primer día en una agenda que genere transformaciones, con seis o siete leyes muy importantes, algunas paradas desde hace 30 años, como la creación de un ente regulador para las pensiones. Tenemos serios problemas en la Seguridad Social y hemos fortalecido los organismos para que la recaudación aumente un 30% en un país que tiene una inflación del 3%.
P. Pero hay unos dos millones de paraguayos que han emigrado, casi una tercera parte de su población; se calcula que el 60% del mercado laboral es informal…
R. Así es y eso requiere reformas laborales. Ese es el objetivo: generar 500.000 empleos que se incorporen al régimen de la Seguridad Social. Paraguay tiene hoy el escenario macroeconómico más fuerte de América Latina, el año pasado crecimos cerca del 5%, la inflación y las tasas de interés están bajando. Standard & Poor’s ha mejorado la calificación de riesgo de Paraguay después de 10 años. Bajamos en cuatro ocasiones el precio del combustible que se generaba a través de una empresa pública, lo que supuso un alivio enorme en sectores muy vulnerables; bajamos el precio del gas de uso doméstico y aumentamos el programa de transferencias [de efectivo] condicionadas a las familias en situación de pobreza extrema.
P. ¿Y en el terreno de la seguridad?
R. He puesto en marcha una agenda muy ambiciosa en dos grandes frentes: uno, el crimen organizado y otro, el microtráfico de drogas. Desbaratamos una banda criminal que se dedicaba al tráfico de armas, en colaboración con Estados Unidos y Brasil; desbaratamos los grupos que cargaban la droga en Paraguay y en el crimen interno, tomamos el control de la cárcel de Tacumbú, una de las 10 más peligrosas del mundo. Rehúso vivir en un país donde los que cumplimos las leyes tenemos miedo de los que no las cumplen.
P. El economista paraguayo Fernando Masi dice que las materias primas de Paraguay están llenas de cocaína porque el país se ha convertido en un centro de distribución de droga. ¿Qué van a hacer?
R. Es lo que hicimos en estos meses. Empezamos a controlar mejor, de ahí la reforma tributaria y de aduanas. Hay un largo camino por delante, pero estamos en el camino correcto.
P. Pese a presentarse como un relevo generacional, voces de la oposición le acusan de ser un delfín de Horacio Cartes, su mentor y expresidente entre 2013 y 2018, sancionado por EE UU por lavado de dinero, y del que fue ministro de Hacienda, también el más joven, además de director del Banco Basa, del grupo Cartes.
R. Cuando dejé el ministerio, me fui a trabajar al sector privado, al Banco Basa, que no es propiedad del señor Cartes, no tiene participación accionarial. Pertenece a su hermana porque se trata de una empresa familiar que fue creada por su padre, que cuando se retiró le cedió a su hija el negocio financiero y a su hijo, los negocios de agricultura y ganadería. La acusación contra Cartes por parte de Estados Unidos es su responsabilidad, no la mía. Él es presidente del Partido Colorado por voto popular, yo fui electo por mandato popular para ser presidente de la República. No acepto que traten de asignarme sus responsabilidades. No soy su defensor, él tiene sus abogados. Mi campaña electoral tampoco fue financiada por Cartes.
P. Ha manifestado su simpatía por el presidente argentino, Javier Milei, también economista.
R. Tengo una relación cercana con él como presidente, igual que con Gabriel Boric o con Lula da Silva.
P. No así con Nicolás Maduro.
R. Venezuela nos queda más lejos, pero reabrimos la Embajada en Caracas, que es un paso importante, y deseamos que haya elecciones libres y que la opositora Corina Machado pueda participar.
P. Su modelo económico se parece al de Milei; menos Estado, menos impuestos…
R. En realidad, él está queriendo hacer lo que nosotros hicimos, que es una economía de inflación baja, con deuda pública baja, con inversión alta. Milei intenta replicar el modelo paraguayo.
P. Paraguay es uno de los 12 países que mantiene relaciones con Taiwán, en lugar de con China continental. ¿Va a mantener esta política?
R. Sí. China es bienvenida en Paraguay. De hecho, Pekín es el principal socio de Paraguay, pero como país soberano tenemos la libertad de elegir con quién tenemos relaciones. No hay restricciones para operar con Pekín, es China quien tiene problemas con los países que reconocen a Taiwán. Es una relación profunda y de largo plazo que no va a cambiar.
P. Se ha mostrado pesimista sobre que el acuerdo Mercosur-UE se ratifique este año.
R. Creo que no se dan las condiciones en Europa, que no está en un momento para tomar una decisión tan importante. Pero nosotros seguiremos integrándonos globalmente. Cerramos un acuerdo de comercio con Singapur, estamos próximos a hacer lo mismo con Emiratos Árabes Unidos y creemos que Mercosur es la zona del mundo más dinámica en este momento y en el futuro.
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