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Los socialistas europeos se conjuran para frenar el giro de Europa a la derecha

Los sondeos dan a la familia del PES la segunda posición en la Eurocámara. Pedro Sánchez aboga en Roma por “ofrecer esperanza donde todos propagan el miedo y la fragmentación”

Desde la izquierda, el candidato socialista a la Comisión Europea, Nicholas Schmit, el primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, la líder del Partido Democrático italiano, Elly Schlein, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el primer ministro portugués, Antonio Costa, y el canciller alemán, Olaf Scholz, asisten al congreso electoral del Partido de los Socialistas Europeos (PSE), en Roma, el 2 de marzo de 2024.
Desde la izquierda, el candidato socialista a la Comisión Europea, Nicholas Schmit, el primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, la líder del Partido Democrático italiano, Elly Schlein, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, el primer ministro portugués, Antonio Costa, y el canciller alemán, Olaf Scholz, asisten al congreso electoral del Partido de los Socialistas Europeos (PSE), en Roma, el 2 de marzo de 2024.FABIO FRUSTACI (EFE)

Los socialistas y demócratas europeos se movilizan para frenar el giro de Europa a la derecha. A algo menos de 100 días de las elecciones al Parlamento Europeo, los líderes del Partido Socialista Europeo (PES) han alertado este sábado sobre el riesgo para la Europa verde y social del aumento de las fuerzas ultraconservadoras con el aval de la derecha. Una pauta que ya marca las encuestas; sobre todo en Francia y en Italia. “El alma de Europa está en riesgo”, ha lanzado el presidente español, Pedro Sánchez, en el palacio de congresos de La Nuvola, en Roma, donde ha advertido sobre la derecha que agita el miedo y los fantasmas del pasado, el autoritarismo, el negacionismo del cambio climático.

Sánchez en Europa sigue siendo visto como uno de los poquísimos líderes socialdemócratas que ha conseguido no sucumbir frente a la ola de derecha y, sobre todo, de ultraderecha que atraviesa el continente. “Les derrotaremos para continuar construyendo una Europa mejor, que siga siendo un rayo de libertad y democracia”, ha remarcado el presidente español, uno de los líderes más rotundos sobre la amenaza ultra. “Ofrezcamos esperanza donde todos propagan el miedo y la fragmentación”, ha reclamado.

En la capital de Italia, un país en el que la ultraderecha gobierna gracias a los apoyos de los conservadores en una alianza contra la que claman los socialistas, el PES ha encumbrado a Nicolas Schmit, actual comisario de Empleo y Derechos Sociales, como candidato global para presidir la Comisión Europea. El político luxemburgués, de perfil discreto, se medirá con la conservadora alemana Ursula von der Leyen (Partido Popular Europeo), la jefa del Ejecutivo comunitario, favorita para repetir mandato, con una agenda muy centrada en blindar Europa y que ya se ha apresurado a hacer concesiones en asuntos medioambientales —como aparcar la directiva de pesticidas— a los sectores más derechistas; también dentro de su partido, que esta semana en el Parlamento Europeo votó en contra de una de sus medidas verdes estrella (incluso ya modificada y descafeinada), la ley para la restauración de la naturaleza.

“La extrema derecha está en auge en prácticamente todos nuestros países”, ha advertido el canciller alemán, Olaf Scholz. “El populismo de derechas está haciendo campaña contra una Europa unida en sus valores. Buscan una Europa nacionalista, socavar nuestros Estados soberanos que son más fuertes en una Europa unida”, ha añadido el socialista alemán en el congreso en Roma.

Las últimas encuestas apuntan a que los socialistas europeos serán la segunda fuerza en la próxima Eurocámara con el PPE como primera fuerza, mientras los liberales luchan por mantener una tercera posición con extrema derecha y los ultraconservadores. De hecho, una coalición populista de derecha formada por demócratas cristianos, conservadores y eurodiputados de derecha radical podría surgir con una mayoría por primera vez, según un análisis de European Council on Foreign Relations (ECFR).

Y es probable que ese “brusco giro a la derecha”, dicen los investigadores del ECFR, tenga consecuencias significativas, sobre todo en política exterior y cuestiones medioambientales, ya que la nueva mayoría podría oponerse (como hace ahora) a medidas más ambiciosas para abordar la crisis climática.

Y con esos cálculos, consciente de la desventaja de los sondeos y la pujanza de Von der Leyen, el PES se ha decidido a empujar para tratar de escorar la agenda más hacia la izquierda y para tratar de colocar más medidas sociales en la nueva Comisión Europea, que esta legislatura —en parte marcada por la pandemia de covid-19— ya han marcado la agenda.

“Necesitamos unas políticas justas y equilibradas”, ha remarcado la primera ministra danesa, Mette Frediksen. “Estamos viviendo una de las mayores transformaciones de Europa y tenemos que trabajar por el futuro en el que se realice una transición verde justa, donde se ponga en el centro el Estado de derecho y con la igualdad como base”, ha remarcado Iratxe García, presidenta del grupo de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo.

“La ultraderecha es un veneno para la democracia”, zanja el manifiesto del PES, que reúne a 33 partidos europeos (y tiene una veintena de asociados y observadores) diversos que no han podido ponerse de acuerdo, por ejemplo, para reclamar un alto el fuego en la Franja de Gaza, una realidad equivalente a la de la UE.

Ese combate a los populismos es el hilo conductor de la campaña socialista. Y después de que Italia fuera en 2022 el laboratorio para las alianzas del PPE con la ultraderecha, que luego ha reeditado en más países —y en regiones y Ayuntamientos españoles, donde el PP ha pactado con los ultras euroescépticos de VOX— también lo está siendo para las alianzas centradas en frenar a los ultraconservadores. Ha funcionado en Cerdeña, donde la coalición formada por los socialdemócratas del Partido Democrático (PD) y el Movimiento 5 Estrellas (M5S, por sus siglas en italiano) derrotaron hace unos días a un candidato impuesto por la primera ministra ultraconservadora Giorgia Meloni.

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