La Fiscalía acusa de homicidio a dos hombres tras el tiroteo en el desfile de los Kansas City Chiefs

Dos hombres adultos han sido acusados de homicidio imprudente por el tiroteo que acabó con los festejos de los Kansas City Chiefs tras su victoria en el Super Bowl. La Fiscalía de Misuri ha presentado este martes los cargos contra los dos sospechosos, quienes están ingresados en hospitales después de haber sido heridos tras el suceso que ocasionó una muerte. La fiscal del caso ha anunciado también que ha presentado cargos contra dos adolescentes por portación de arma de fuego en un Estado que tiene una de las más laxas regulaciones de Estados Unidos. Las autoridades no descartan hacer nuevas acusaciones en las próximas horas.

La fiscal Jean Peter Baker ha explicado esta tarde que los acusados, Dominic Miller y Lyndell Mays, acudieron al festejo que los campeones de la NFL organizaron el miércoles 14 de febrero. Hacia el final del evento, minutos después de que el equipo agradeciera a sus seguidores frente a la céntrica estación de trenes, los hombres comenzaron a discutir. La pelea escaló hasta alcanzar los gritos. Mays fue el primero en desenfundar, aunque no se ha especificado el tipo de arma que utilizó. De acuerdo a Baker, esta provocación tuvo como respuesta que “múltiples personas” sacaran sus pistolas, entre estos Miller. Esto en un Estado que no requiere permisos de portación de arma ni revisa los antecedentes de los compradores.

De acuerdo con el relato que la fiscal ha ofrecido en una conferencia de prensa, Miller disparó. Una bala expulsada por su pistola mató a Elizabeth Lopez-Galvan, una locutora de radio de origen mexicano de 43 años y aficionada al fútbol americano. Los tiradores resultaron heridos en el intercambio de fuego. Están entre quienes fueron trasladados a tres hospitales después del tiroteo. La pelea dejó decenas de heridos entre 8 y 47 años. Nueve lesionados eran niños. Todos se encuentran fuera de peligro.

Otros dos adolescentes permanecen detenidos en relación con este caso. Las autoridades informaron la semana pasada que fueron aprehendidos después de resistirse al arresto. La fiscal prepara algunos cargos por portación de armas de fuego contra estas dos personas, que no han sido identificadas todavía. Aún no se ha aclarado si las armas en manos de los adolescentes fueron accionadas y si estas hirieron a algunos de los aficionados que acudieron al desfile. La Fiscalía está evaluando si pueden procesarlos como mayores de edad, algo que puede tomar algunas semanas.

Quinton Lucas, el alcalde de Kansas, culpó a la falta de regulación de armas de esta tragedia. El político demócrata aseguró que la ciudad se había preparado para los festejos movilizando a unos 800 agentes para brindar seguridad en un desfile seguido en las calles por casi un millón de personas. El tiroteo recuerda que nadie está a salvo en el país más armado del mundo, ni siquiera en los momentos de celebración. La ciudad registró el año pasado 182 homicidios, un número récord. La mayoría de estos se perpetraron con armas de fuego, lo que ha motivado al Departamento de Justicia a implementar una campaña a nivel local para reducir la violencia armada.

El tiroteo ha provocado un improbable punto de acuerdo entre demócratas y republicanos en el Congreso local. Este lunes, la Cámara Baja, controlada por el partido de derechas, votó para prohibir disparar un arma a forma de celebración en la zona metropolitana. Quien lo haga podrá ser acusado de delitos no graves. La norma contó con el apoyo de ambos bandos y ha sido nombrada en honor de Blair Shanahan, una niña de once años que murió en 2011 después de que una bala perdida la impactara en el cuello mientras festejaba en su patio el 4 de julio, el día de la independencia de Estados Unidos.

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