Una fiesta en Moscú con asistentes “casi desnudos” escandaliza a las autoridades rusas
El Kremlin censura la celebración en plena guerra en Ucrania. Varias empresas cancelan los contratos publicitarios con algunos de los famosos que acudieron. Un rapero que asistió con solo un calcetín en el pene es condenado a 15 días de cárcel
Un rapero que acudió a una fiesta de famosos en Moscú ataviado solo con un calcetín que le cubría el pene ha sido condenado a una pena de 15 días de cárcel, mientras que otros asistentes a esa celebración, la semana pasada, entre ellos algunos de los artistas más conocidos de Rusia, han visto cómo sus patrocinadores rompían sus contratos con ellos, en medio de informaciones que apuntan a que el propio presidente del país, Vladímir Putin, ha mostrado su disgusto por esos hechos.
El rapero condenado, Nikolai Vasiliev, conocido como Vacio, deberá abonar también una multa de unos 2.000 euros por propaganda de “relaciones sexuales no tradicionales”. A otros famosos presentes en la fiesta se les han cancelado conciertos y lucrativos espacios en la televisión estatal. Varios patrocinadores les han revocado contratos y uno de los asistentes ha sido eliminado del reparto de una película.
Esta reacción inusualmente rápida y contundente de las autoridades rusas sucede en plena guerra contra Ucrania, y cuando las autoridades impulsan una agenda social cada vez más conservadora. Un vídeo en el que el portavoz de Putin escucha las explicaciones de una de las estrellas que asistieron a la fiesta está circulando por internet.
Baza, un medio de comunicación conocido por sus contactos con los servicios de seguridad, ha asegurado que las tropas rusas que combaten en Ucrania fueron las primeras en quejarse tras ver las imágenes y después de que las fotografías de la fiesta llegaran a ojos de Putin.
El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, pidió el miércoles a los periodistas que lo perdonaran por no comentar públicamente el creciente escándalo, al asegurar: “Dejemos que ustedes y yo seamos los únicos en el país que no estamos discutiendo este tema”.
Maria Zajárova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, dijo que el suceso había “manchado” a los que participaron, pero que ahora tenían la oportunidad de trabajar sobre sí mismos, según el medio de noticias Ura.ru.
La feroz reacción de las autoridades, los parlamentarios partidarios del Kremlin, blogueros, medios de comunicación estatales y grupos de la Iglesia ortodoxa han copado los titulares de estos últimos días. Estas noticias incluso han relegado las relativas a la inflación y el aumento del precio de un alimento básico como los huevos.
Disculpas de los asistentes
La fiesta, celebrada en la discoteca Mutabor de Moscú el día 21, y a la que los asistentes podían ir “casi desnudos”, fue organizada por la bloguera Anastasia Nastya Ivleeva. A ella asistieron conocidos cantantes habituales en los programas de entretenimiento de la televisión estatal durante años, luciendo diversos grados de desnudez. La propia Ivleeva, una de las blogueras más conocidas de Rusia, asistió luciendo joyas por valor del equivalente en rublos a casi 230.000 euros, en un momento en el que muchos ciudadanos no llegan a fin de mes.
La bloguera ha difundido desde entonces dos vídeos públicos en los que se disculpa por lo ocurrido. En el segundo, publicado el miércoles, aseguró que lamentaba sus acciones y que se merecía todo lo que le había pasado, pero que esperaba que le dieran “una segunda oportunidad”.
Desde entonces, la principal operadora de telefonía móvil rusa, MTS, ha roto el contrato de publicidad que mantenía con ella, el fisco ha abierto una investigación en su contra que podría acarrearle cinco años de cárcel, y un tribunal de Moscú ha aceptado una demanda de un grupo de particulares que le exige el pago de casi 10 millones de euros por haber provocado “sufrimiento moral”. Si la demanda prospera, quieren que el dinero se destine a un fondo estatal que apoya a los veteranos de guerra de Ucrania.
“Celebrar este tipo de actos en un momento en el que nuestros chicos están muriendo en la operación militar especial [la denominación oficial rusa para la guerra de Ucrania] y muchos niños pierden a sus padres es cínico”, afirmó Yekaterina Mizulina, directora de la Liga Rusa por un Internet Seguro, organismo fundado con el apoyo de las autoridades. “Nuestros soldados en el frente definitivamente no están luchando por esto”, zanjó Mizulina.
Muchos de los participantes famosos de la fiesta han divulgado vídeos de disculpa, entre ellos la periodista Ksenia Sobchak, cuyo difunto padre, Anatoly, era amigo y fue incluso jefe de Putin.
Conservadurismo social
El escándalo llega en un momento en el que Putin, que se espera que gane cómodamente otro mandato en las elecciones previstas para marzo, ha redoblado su conservadurismo social, instando a las familias a tener ocho o más hijos, y después de que el Tribunal Supremo de Rusia dictaminara que los activistas LGBTI deben ser designados “extremistas”.
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