Un bombardeo israelí causa decenas de muertos en un campo de refugiados de Gaza
Las autoridades de la Franja anuncian que, por primera vez desde el inicio del conflicto, heridos palestinos saldrán para ser atendidos en Egipto. Un ataque de los Huthi, aliados yemeníes de Irán, contra la costa israelí del mar Rojo alimenta el riesgo de extensión de la guerra
Un bombardeo israelí ha causado este martes decenas de muertos en Yabalia, el mayor campo de refugiados de la franja de Gaza, mientras el ejército israelí continúa su avance dentro del enclave palestino, y uno de sus tanques Merkava ha sido visto por primera vez en el corazón de la Franja. El bombardeo sobre Yabalia, al norte de Gaza, ha dejado un inmenso cráter y dañado seriamente una decena de edificios, de los que los residentes sacaban con sus manos cadáveres de adultos y bebés, como se podía ver en las imágenes de televisión. El ejército israelí ha asegurado que iba dirigido contra un centro de operaciones subterráneo de Hamás, en el que afirma que ha matado al comandante de un batallón local del grupo armado, Ibrahim Biari.
La Autoridad General de Cruces y Fronteras de Gaza ha sido informada por las autoridades egipcias de que 81 gazatíes heridos de gravedad serán transportados este miércoles a Egipto para recibir atención médica, informa la agencia Reuters. De cumplirse este anuncio, serían las primeras salidas de personas de la Franja a través del paso de Rafah, que conecta Gaza con Egipto, desde que el pasado 7 de octubre comenzara el enfrentamiento entre Hamás e Israel. El Cairo, que teme una oleada de refugiados forzando la barrera fronteriza (al ser la única que no da a Israel), está situando blindados cerca del cruce.
Antes, Israel había informado de sus dos primeros soldados muertos, en enfrentamientos con milicianos, desde que inició su invasión, el pasado viernes. También de un plan en marcha para que los heridos sean tratados en centros médicos flotantes en la costa sur de Gaza, y no en los hospitales de la zona norte, que ordenó evacuar y donde aún hay cientos de miles de personas. La jornada ha vuelto a mostrar además el riesgo de una extensión regional del conflicto, con el lanzamiento desde Yemen —reivindicado por la milicia Huthi, aliada de Irán— de misiles y drones contra Eilat, la ciudad costera del sur del país en la que hay unos 60.000 reubicados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido este martes de la “catástrofe de salud pública” que se cierne sobre la población de Gaza por el hacinamiento causado por el masivo desplazamiento de la población, así como por los daños causados por los bombardeos israelíes en las infraestructuras sanitarias y de agua corriente. La agencia de la ONU para la infancia, además, advierte de que ya se están produciendo casos de deshidratación entre los niños palestinos y estima que puede haber cerca de un millar de niños desaparecidos.
La televisión Al Yazira ha retransmitido en directo desde el lugar del bombardeo del campo de refugiados de Yabalia. Las imágenes muestran a residentes sacando los cadáveres de al menos tres bebés y a decenas de locales buscando supervivientes y recuperando cuerpos de entre los escombros, varios de ellos aparentemente sin vida. En una rueda de prensa, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, ha culpado al líder de Hamás, Yahia Sinwar, de las muertes de civiles en el bombardeo, por usarlos como “escudo humano”, y ha reiterado el llamamiento a los residentes de la zona a desplazarse hacia el sur “para su protección”.
El director del cercano Hospital Indonesio, al que han ido llegando los cuerpos, y el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás han cifrado en 50 los muertos y en 150 los heridos. Aunque se trata de uno de los bombardeos más letales de esta guerra, no cambia notablemente la cifra de muertos, que engrosan cada día centenares de palestinos. El total en más de tres semanas de ofensiva alcanza los 8.530, en su mayoría menores y mujeres, más 21.541 heridos, según los datos del Ministerio de Sanidad del Ejecutivo de Hamás. En un comunicado, James Elder, portavoz de Unicef, la agencia de la ONU para la infancia, ha calificado Gaza de “cementerio para miles de niños” e “infierno para todo el resto”.
Con la información sobre la invasión israelí en Gaza muy medida, un vídeo grabado en el interior de la Franja ha mostrado un tanque Merkava en Saladino, la principal carretera que conecta norte y sur de la Franja. Abre fuego contra un coche que se aleja a toda velocidad. Saladino es la vía que emplearon cientos de miles de residentes del norte de Gaza para dirigirse hacia el sur, siguiendo una orden del ejército israelí que no todos han cumplido. Los vídeos (en blanco y negro y editados) que difunden las Fuerzas Armadas no muestran blindados en esa zona. La ubicación del tanque parece apuntar a un intento de incomunicar norte y sur ―donde hoy se encuentra la gran mayoría de la población― de la Franja.
Hospitales flotantes
En la costa sudoeste es donde el asesor israelí de Seguridad Nacional, Tzaji Hanegbi, ha propuesto este martes ubicar hospitales flotantes. En una conferencia de prensa en Tel Aviv, ha sugerido que “todo aquel [en Gaza] que lo necesite” pueda recibir atención médica básica “en hospitales egipcios” (ha recordado que hay uno en la parte egipcia de Rafah), en la “zona protegida o en barcos hospital”. “Pero no en los hospitales [del norte] que hoy sirven como sedes terroristas para el mando y control de Hamás y la Yihad Islámica”, ha matizado.
El ejército israelí ha dado cuenta de ataques contra “300 objetivos” en 24 horas, en los que ha matado a “decenas de terroristas”. El brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezzedin Al Qasam, informó de enfrentamientos con las tropas israelíes, en los que ha perdido un número de hombres que no especificó. Los milicianos lanzaron proyectiles antitanque contra los blindados y abrieron fuego con armas automáticas. “La orgullosa Gaza siempre será el cementerio de los invasores”, amenazaron las Brigadas en un comunicado.
“Momento para la guerra”
El cese de las hostilidades parece hoy una quimera. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró este lunes que “los llamamientos a un alto al fuego son llamamientos a la rendición de Israel ante Hamás”, y citó a la Biblia para dejar claro que “hay un momento para la paz y un momento para la guerra”. “Y este es un momento para la guerra”, agregó. Los líderes políticos y militares israelíes insisten en que la operación durará lo que tenga que durar —meses o incluso años— hasta la erradicación completa de Hamás, tanto en la parte ejecutiva (gobierna Gaza desde 2007) como la militar.
También Estados Unidos y el Reino Unido consideran que un alto el fuego sería ahora un regalo para Hamás, la organización armada que organizó el mayor ataque en suelo israelí, con más de 1.400 muertos, el pasado día 7. “Simplemente, consolidaría lo que Hamás ha podido hacer y le permitiría permanecer donde está y potencialmente repetir lo que hizo el otro día y eso no es tolerable”, ha indicado Antony Blinken, máximo responsable de la diplomacia estadounidense, en una audiencia en el Senado. Una fórmula menor que se maneja, un “alto el fuego humanitario inmediato”, es la que el responsable de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, ha definido este lunes como “cuestión de vida o muerte para millones de personas”. Un día más tarde, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, se ha manifestado “profundamente preocupado” por la “intensificación del conflicto”.
Aunque el principal temor de Israel es la entrada en escena, en su frontera norte, de la mejor armada y preparada milicia libanesa de Hezbolá —que por ahora se ha limitado a ataques puntuales—, otro aliado de Irán, los rebeldes Huthi, que controlan buena parte de Yemen (incluida la capital), han reivindicado el lanzamiento de misiles y drones contra Israel y advertido de que no serán los últimos en apoyo a sus “hermanos oprimidos de Palestina”. Es la primera intercepción, desde el pasado día 7, por el sistema de defensa aérea Arrow, ya que el escudo Cúpula de Hierro protege de los de menor distancia, lanzados desde Gaza o Líbano.
El ejército israelí asegura que interceptó un misil tierra-tierra, lanzado desde la zona del mar Rojo, antes de entrar en su territorio. También “amenazas aéreas que volaban en la zona” y que hicieron sonar las alarmas antiaéreas en la ciudad de Eilat, justo en la frontera con Jordania y Egipto, y muy cerca de Arabia Saudí. “No hubo amenaza ni riesgo para la población civil”, añadió. Ya el pasado día 19, un buque de guerra estadounidense interceptó tres misiles de crucero y varios drones lanzados desde Yemen hacia Israel, según informó el Pentágono. E Israel vinculó a los Huthi con otro ataque con drones que causó heridos en el vecino Egipto.
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