Amnistía Internacional acusa a Israel de usar fósforo blanco contra civiles en la frontera de Líbano
La organización documenta al menos nueve casos de personas heridas por proyectiles que contienen esta sustancia, prohibida por el derecho internacional cuando se emplea sobre objetivos no militares
El ejército israelí utilizó proyectiles de artillería que contenían fósforo blanco contra civiles en Líbano, según ha asegurado este martes Amnistía Internacional (AI). Para esta ONG, el ataque a la aldea libanesa de Dhayra, el pasado 16 de octubre, debe ser investigado como un crimen de guerra al tratarse de un “ataque indiscriminado que hirió al menos a nueve civiles” que aspiraron o tuvieron contacto con este químico. La denuncia se suma a otra realizada por Human Rights Watch (HRW), en la que se verificó que Israel también empleó proyectiles con fósforo blanco sobre Ciudad de Gaza.
El uso de las armas incendiarias está restringido bajo el derecho internacional humanitario, pues sustancias como el fósforo blanco son altamente inflamables al reaccionar rápidamente con el oxígeno. Además, el humo tóxico que genera el fuego se propaga con mayor facilidad. En los campos de batalla es usado para crear cortinas de humo, pero cuando es lanzado sobre una población, el contacto puede provocar graves quemaduras que llegan hasta los huesos, enfermedades respiratorias o ceguera. El químico se distingue por su mal olor, comparable con el del ajo, y por generar densas nubes de humo blanco.
Para respaldar estas acusaciones, la organización habló con testigos de los ataques contra Dhayra, que dan constancia del uso de artillería que contiene este químico. De acuerdo con el alcalde local, Abdullah al Ghrayyeb, citado por Amnistía Internacional, en la tarde del 16 de octubre “un mal olor y una nube enorme cubrían el pueblo, de modo que no se podía ver más allá de seis metros delante” de ellos. Ese mismo día, el Hospital Libanés Italiano, ubicado en el municipio de Borj El Chmali ―20 kilómetros más al norte―, atendió nueve casos provenientes de Dhayra y de aldeas cercanas “por dificultad para respirar y tos”, según el testimonio de uno de los médicos. Uno de los socorristas que facilitó el traslado de los heridos asegura haber recibido llamadas de residentes que informaban sobre “bombas que producen un olor extremadamente desagradable y causan asfixia una vez inhalado el humo”.
Donatella Rovera, investigadora para crisis y conflicto de AI, señala que otra de las pruebas es un vídeo que muestra a uno de estos proyectiles estallar en el aire y liberar bombetas que se esparcen sobre la zona fronteriza, al estilo de una bomba de racimo. “Pudimos comprobar que esta artillería fue lanzada desde Israel y que tiene las características de un cohete con fósforo blanco”, recalca a este periódico en una conversación telefónica.
Human Rights Watch acusó hace dos semanas al ejército israelí de haber lanzado los días 10 y 11 de octubre municiones con este químico sobre la ciudad de Gaza, uno de los lugares más densamente poblados de la Franja. La organización verificó dos vídeos que muestran “múltiples ráfagas” de fósforo blanco disparadas sobre el área de Al Mina, cercana al puerto. Además, recabó el testimonio de dos personas que dicen haber observado ataques aéreos seguidos de “líneas blancas que avanzaban hacia el suelo” en el marco de la campaña militar iniciada el día 7.
Anteriores episodios
Israel negó “categóricamente” haber hecho uso de armas incendiarias en esta guerra, según dijo el portavoz del ejército a la CNN, a pesar de su historial con este tipo de artillería. Durante el conflicto contra Hamás entre 2008 y 2009, que duró 23 días, un informe de HRW documentó que el ejército israelí atacó con fósforo blanco a la población civil. Los investigadores hallaron 24 proyectiles de 155 mm de fósforo blanco gastados, de manufactura estadounidense, en viviendas y en calles residenciales, a los que se sumaron otros 48 cascos encontrados por los palestinos. “Los proyectiles contenían un color verde claro distintivo, que los identifica como portadores de fósforo blanco”, añadía el estudio.
El ejército israelí admitió entonces haber lanzado fósforo blanco, pero defendió haberlo hecho de manera legal para formar cortinas de humo con el fin de proteger a sus soldados de los milicianos de Hamás. Israel no ha firmado el protocolo III de la Convención de Ginebra de 1980, que regula el uso de las armas incendiarias y prohíbe explícitamente que estas sean empleadas contra civiles o contra objetivos militares situados dentro de una concentración de población civil, por lo que no está sujeto a esta normativa.
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