“No murieron 900 personas, fueron 900 familias. Yo estoy medio muerto”: el dolor de Latinoamérica por las víctimas de Hamás
Familiares de fallecidos o secuestrados y latinoamericanos con raíces en Israel relatan los días de angustia por la escalada del conflicto
Rodolfo Skariszewski, de 56 años, subió el pasado sábado al coche y salió en dirección a la ciudad del sur de Israel donde vive su hija. Ella lo había llamado asustada por los bombardeos. En el camino, un grupo de milicianos de Hamás lo interceptó y lo acribilló a él y a otros conductores que circulaban por esa carretera. Fue uno de los hijos de Rodolfo quien reconoció su cuerpo horas después. Ricardo Skariszewski, el hermano mayor de Rodolfo, de 60 años, relata este martes por teléfono la angustia que vive la familia: “Dicen que murieron 900 personas y no es verdad: murieron 900 familias. Yo estoy medio muerto”. La madrugada de este miércoles, Israel elevó la cifra de muertos a 1.200.
Ricardo, de 60 años, es uno de los miles de latinoamericanos que tienen alguna relación con Israel y que estos días más sufren las consecuencias de la violencia de Hamás. En su caso, como su hermano, nació en Córdoba, Argentina, y se trasladó al país hace más de tres décadas. Rodolfo, el menor de los dos, se instaló en un asentamiento agrícola (kibutz) en la frontera con Gaza, donde trabajaba como informático. Cada vez que empezaban los bombardeos, Ricardo le llamaba para que él y su familia se refugiaran en su casa, en el centro del país. Pero casi nunca pasaba porque “la gente del sur está muy acostumbrada”, lamenta. Él, sin embargo, cree que los recientes ataques de Hamás, los más letales que recuerda Israel en su territorio, “rompieron todos los límites”.
“¿Qué pensaron que iba a pasar después? Ellos [los milicianos de Hamás] sabían perfectamente que Israel iba a atacar con todas sus fuerzas”, dice Ricardo, que aún no ha podido recuperar el cuerpo de su hermano. La cifra de muertos alcanza los 1.200 en Israel, mientras en Gaza eran al menos 830 los fallecidos en la mañana del miércoles. Al menos siete de las víctimas son argentinas, según el Gobierno del país sudamericano, donde reside la mayor comunidad judía de la región; las autoridades han afirmado que el jueves iniciarán la evacuación de más de 700 connacionales que han solicitado salir de Israel, entre ellos estudiantes, turistas o trabajadores. “La que se viene ahora no se conoció en la historia”, asegura Ricardo.
Israel ha intensificado el martes la ofensiva contra Gaza y Hamás ha respondido con un ataque en el sur del país. La hija de Deborah Michanie, una argentina de 47 años que nació en una familia sionista y vive en Israel, fue destinada el domingo a una base militar en esa zona. La joven, que tiene 18 años y se está formando como soldado, recibió un mensaje de WhatsApp en la madrugada: tenía que armar la maleta y viajar al sur por tiempo indeterminado. “El primer día supo de dos compañeros del colegio que habían fallecido. Hoy ya son tres. Además, otro compañero fue secuestrado y rescatado por el ejército, aunque sus padres continúan desaparecidos”, cuenta Michanie.
El sábado, cuando sonaron las alarmas por los ataques, toda la familia se refugió en una habitación segura de la casa construida para ese fin. Desde allí, se enteraban de lo que ocurría en el exterior. Ahora, han acopiado lo suficiente para sobrevivir 72 horas sin salir de ese espacio si es necesario. Ella puede trabajar de forma remota y sus hijos pueden asistir a clases de la misma forma, aunque están suspendidas, cuenta. De fondo se escucha una televisión que permanece encendida el día entero. Todo es “incertidumbre”, afirma: “Me preocupa mi hija. Me preocupan mis hijos que están acá. Me preocupa mi mamá, que tiene casi 80 años. Me preocupan los misiles”. Pero no se irá. “Este es mi lugar y lo voy a defender”, dice.
De México a la Franja
Berel Borowsky tiene claro que no va a volver a México. A sus 47 años, con dos nacionalidades, la mexicana y la israelí, estaría dispuesto a luchar por cualquiera de sus patrias, pero ahora lo haría por la que está siendo atacada por Hamás. “No tengo experiencia militar, pero si me dan una pistola y me dicen, ‘tienes que hacerlo porque no hay más gente’, lo hago por el país de mis hijos”, explica desde su casa en Ashdod (221.591 habitantes), la quinta ciudad más grande de Israel, ubicada a tan solo 20 kilómetros de la franja de Gaza.
Ciudad de México fue el lugar que recibió a sus abuelos cuando huían de la Revolución Rusa y donde él estudió Ciencias Políticas. “México es un país que amo, que extraño”, explica, para a continuación señalar que lo dejó por la inseguridad. Dos asaltos a punta de pistola y tres robos en sus casas le forzaron a salir del país. Una de las veces que los ladrones entraron en su hogar estaba en una sinagoga de la capital mexicana durante el Yom Kipur, el Día del Perdón de los judíos.
Ahora, la violencia le ha alcanzado en Israel. Este lunes, un misil cayó a una manzana de su casa. Uno de los muchos que ha escuchado caer como truenos desde el sábado, cuando comenzó el ataque de Hamás. Lo primero que hizo ese día fue llamar a su exesposa para que se llevara a sus hijos, de 13 y 9 años, al norte del país. El lunes por la tarde, cuando la situación estaba “más tranquila”, los niños partieron de Ashdod.
Salir de casa es prácticamente imposible. “La compra solo se puede hacer por internet y tengo que ir a recoger los productos, pero los dos supermercados cercanos a mi casa tienen la web bloqueada y cierran a las seis″. Es la hora a la que termina su trabajo (en remoto, desde casa) en una empresa financiera. Por la noche, para ir a dormir, su banda sonora son las alarmas antiaéreas que estos días suenan por todo Israel, y que le obligan a ir al refugio de misiles antiaéreos para resguardarse.
“Estamos en un búnker”
El brasileño-israelí Ranani Glazer, de 24 años, creía que había encontrado un escondite seguro cuando grabó y difundió su último mensaje en vídeo: “En medio de la rave, hemos entrado en un búnker, ha empezado una guerra en Israel. Por lo menos ahora estamos en un búnker, seguros. Vamos a esperar a que esto se calme”, explica en portugués mientras fuma. Cuenta que tuvieron que correr kilómetros hasta encontrar el refugio. Glazer, que se describía a sí mismo como un artista made in Brasil y viviendo en Israel, es el primer brasileño-israelí cuya muerte es confirmada en la guerra que Hamás desató el sábado al amanecer. El joven estaba junto a cientos de personas en el festival de música electrónica que se celebraba a pocos kilómetros de la franja de Gaza. Emprendió la huida con su novia y un amigo, que sobrevivieron. Se desconocen los detalles de su odisea y las circunstancias de su asesinato.
Tras dos días desaparecido, un militar israelí tocó este lunes la puerta de casa de su padre para comunicarle que el cadáver de su hijo había sido localizado, según ha contado una pariente a la prensa brasileña.
La cuenta de Glazer en Instagram lo muestra como un gran aficionado a las fiestas de música electrónica al que se ve feliz bailando o con sus amigos en la playa y que hizo el servicio militar en Israel.
El creador del festival de música electrónica Universo Paralello, que se celebra en varios países, es un brasileño llamado Juarez Petrillo que estaba en la edición israelí, celebraba en un descampado junto a un kibutz, muy cerca de la franja de Gaza. Petrillo, conocido como DJ Swarup y padre de DJ Alok, uno de los artistas más famosos de Brasil, iba a pinchar cuando se oyeron los primeros cohetes que surcaban el cielo desde Gaza hacia Israel. Acababa de amanecer, la fiesta con cientos de personas y varios escenarios estaba en su apogeo. Petrillo salió corriendo junto a otras personas mientras grababa unas imágenes que luego difundió en Instagram. “Esto es desde Gaza, disparan desde Gaza”, le explica en inglés su acompañante, a lo que responde: “¡Dios mío!”.
Algunos supervivientes de la matanza han contado que sabían del riesgo de que los proyectiles de Gaza les amargaran la noche. Seguramente confiaban en que serían interceptados. Nadie imaginó un ataque de la magnitud del perpetrado por los islamistas palestinos de Hamás. Fueron asesinadas 260 personas en la rave.
Era la primera edición de Universo Paralello en Israel y coincidía con el final de las fiestas judías del Sucot. Creado por Petrillo en los años 2000 en Goias, en el centro de Brasil, con el tiempo el festival se fue extendiendo con ediciones en otras ciudades brasileñas y después en el extranjero.
“Se cortó la comunicación con Chile”
El canciller del Gobierno de Chile, Alberto van Klaveren, confirmó la noche del lunes que la chilena Loren Garcovich fue “secuestrada por terroristas en la zona de conflicto”. Y agregó: “No cejaremos en apoyar su búsqueda y retorno”. Loren Garcovich, de 47 años, tiene residencia en Israel desde 1984, cuando su familia dejó Chile. El kibutz donde vive junto a su marido español, Iván Illarramendi, fue bombardeado el 7 de octubre y desde ese día su padre, Danny Garcovich, no tiene información sobre su paradero. “No sabemos dónde está ni el estado en que se encuentra. Lo que sabemos es que no están heridos y que como muchas personas del mismo kibutz están en la franja de Gaza”, dijo Garcovich, que vive a 100 metros de su hija, a Televisión Nacional de Chile.
El padre de la chilena contó que a las seis de la mañana empezó un bombardeo masivo y que “en eso, entró una cantidad enorme de terroristas que tomaron el lugar”. “Mi hija estuvo en contacto conmigo desde dentro del refugio, pero en un momento determinado se cortó la comunicación, porque ellos pudieron derribar las antenas de celular y el suministro de energía. Esto nos muestra que es una acción totalmente planificada y muy bien pensada”.
El canciller Van Klaveren contactó el lunes con Danny Garcovich y la tarde del martes dijo que el Gobierno chileno estaba en comunicación con el de España, ya que Loren Garcovich está casada con un ciudadano español. Ambos países evalúan realizar “una acción conjunta”. El padre ha dicho que mientras su hija y su yerno “estén como secuestrados”, tienen “la esperanza de poder recuperarlos”, según relató a Canal 13 de Chile.
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