Los Veintisiete pedirán en la cumbre de Granada acelerar las reformas para ampliar la UE
Los líderes de los Estados miembros debatirán la próxima semana cómo afrontar los procesos de cambio para absorber a los nuevos miembros
La UE quiere pisar el acelerador para la próxima gran ampliación. El Consejo y la Comisión Europea pedirán a los líderes de los Veintisiete en la cumbre de Granada, el 5 y 6 de octubre, urgencia en las reformas necesarias para absorber a los nuevos socios del Este. “La Unión necesita emprender el trabajo preliminar interno necesario”, incide un borrador de la declaración conjunta, al que ha tenido acceso EL PAÍS, y que se negocia ahora para que lo suscriban todos los Estados miembros. La Unión deberá afrontar un amplio proceso de cambios presupuestarios, regulatorios y también un intenso debate sobre los procesos de toma de decisiones por mayorías para acoger a Ucrania y los Balcanes y seguir así funcionando, con más de 500 millones de ciudadanos, y sin parálisis.
“La ampliación mejorará nuestra soberanía europea y es una inversión geoestratégica en paz, seguridad, estabilidad y prosperidad en nuestro continente”, dice el borrador de la declaración de Granada, que aspira a poner negro sobre blanco la posición de los Estados miembros. La ampliación de la UE, uno de los asuntos decisivos este curso y los sucesivos, será uno de los grandes temas de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, que se celebra la próxima semana en la ciudad andaluza bajo la presidencia semestral española del Consejo de la UE.
“De cara a la perspectiva de una Unión aún más ampliada, tanto la UE como los futuros Estados miembros deben estar preparados. Los aspirantes a miembros deben intensificar sus esfuerzos de reforma”, señala el texto. Y advierte: “La Unión necesita emprender el trabajo preliminar interno necesario. En particular, necesitaremos abordar preguntas críticas: ¿Qué hacemos juntos? ¿Cómo decidimos? ¿Cómo unimos medios y ambiciones?”. La meta está clara y la cuestión no es ya si habrá ampliación, sino cuándo y cómo.
Son preguntas clave para el futuro del club comunitario de 27 miembros —tras el divorcio del Reino Unido— en el que aspiran a entrar ocho países candidatos: Ucrania, Moldavia (los dos últimos en llegar, hace un año), Albania, Bosnia-Herzegovina, Montenegro, Macedonia del Norte (que tiene sus propias reformas más avanzadas), Serbia y Turquía. Además, hay dos candidatos potenciales: Georgia y Kosovo, este último no reconocido como Estado independiente por varios miembros comunitarios, entre ellos España.
Un debate espoleado por la guerra
La guerra de Rusia contra Ucrania ha espoleado el debate sobre la ampliación de la UE, congelado desde hace años en un proceso en el que los países de los Balcanes aguardaban a punto de perder la esperanza. El debate ahora se ha revitalizado como un punto casi existencial para una Unión que mira con preocupación el apetito imperialista del Kremlin. El foco de la Comisión Europea y del Consejo está ahora puesto en lograr una ampliación histórica similar a la de 2004 (en la que entraron diez nuevos países) para alcanzar más de una treintena de miembros. La idea tiene, además, el impulso de Berlín y últimamente también de París. Sin embargo, para acoger a los nuevos socios, Bruselas ya ha advertido de que se necesita un amplio proceso de reformas.
La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, reclamó hace un par de semanas acelerar para lanzarse a esa nueva ampliación y destacó la necesidad de comenzar a absorber a los nuevos miembros sin esperar a reformar los tratados. Es una de las opciones para que el proceso sea más rápido, pero los expertos marcan ciertas pautas para hacerlo: una reforma presupuestaria, vincular los pagos a los socios de forma más estricta al cumplimiento del Estado de derecho, reducir el número de comisarios (ahora hay uno por Estado miembro) y de escaños en la Eurocámara, y reformular y repensar la Política Agrícola Común (PAC), que puede ser un enorme punto de tensión, sobre todo cuando se acerque la adhesión de Ucrania, un país con grandes tierras de cultivo. Y otro punto esencial: avanzar hacia un sistema de votación por mayorías, en vez de por unanimidad en el Consejo Europeo.
La toma de decisiones es clave porque la UE ahora requiere unanimidad en asuntos de política exterior y de seguridad, impuestos, finanzas de la UE, algunas áreas de justicia y en asuntos de interior, seguridad y protección social. Esto supone que el veto de algunos Estados miembros bloquea el avance de decisiones fundamentales. De hecho, algunos países, entre los que están Alemania y España, impulsan una reforma a través de las cláusulas que ya están en los tratados para reformar este punto e impulsar una política de mayorías.
“Una Unión ampliada hará que la UE sea más segura y más próspera. La ampliación es un motor para mejorar las condiciones económicas y sociales de nuestros ciudadanos y reducir las disparidades entre países”, dice el borrador de la declaración de la reunión de Granada, que el próximo jueves acogerá a los candidatos a la ampliación y a otros Estados como Armenia, Azerbaiyán y el Reino Unido en la cumbre de la Comunidad Política Europea, un proyecto amplio que también ha despegado por la invasión a gran escala de Ucrania lanzada por el Kremlin y que visibiliza aún más la unión de Europa (miembros o no de la UE) frente a Rusia.
No hay una fecha para esa próxima ampliación hacia el Este que cambiará la UE para siempre. Este cambio no solo será geográfico: los nuevos socios diversificarán el paisaje político y social europeo. Sin embargo, pese a que la meta temporal no está fijada, los analistas comandados por Alemania y Francia insisten en que la UE debería tener sus propios deberes hechos, con sus reformas, en 2030. Es la misma fecha que apuntó en agosto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
Los candidatos deben, mientras, acelerar también sus propios cambios para adaptarse a los estándares europeos. A finales de este mes o a principios de noviembre, la Comisión Europea hará público su análisis de cómo van esos procesos en los países candidatos. Ucrania, que resiste a la invasión rusa desde hace más de 18 meses y a la que se reclaman siete grandes reformas de calado, espera ese informe para iniciar las conversaciones de adhesión que, después, podrían llevar años.
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