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Alemania ilegaliza el grupo neonazi internacional Hammerskins y lanza una macrorredada contra sus miembros

“El extremismo de derechas sigue siendo la mayor amenaza para nuestra democracia”, asegura la ministra del Interior

Sven Krüger
Sven Krüger, un conocido extremista y miembro del grupo neonazi Hammerskins, flanqueado por policías durante el registro de su propiedad en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, el 19 de septiembre.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)
Elena G. Sevillano

El Gobierno alemán ha ilegalizado el grupo neonazi internacional Hammerskins en una operación que la ministra del Interior, Nancy Faeser, ha calificado de “duro golpe contra el extremismo de derechas organizado”. Más de 700 policías han lanzado una macrorredada en 10 de los 16 Estados federados alemanes para registrar domicilios y lugares de reunión de decenas de miembros de esta organización, fundada en Estados Unidos en 1988 y con presencia en muchos otros países, sobre todo en Europa.

La ilegalización de la división alemana de Hammerskins, que se considera a sí misma una especie de élite dentro del entorno skinkead (cabezas rapadas) de extrema derecha, supone que sus actividades y la exhibición de sus símbolos quedan prohibidos en todo el país. Las autoridades calculan que cuenta con unos 130 seguidores, de los que aproximadamente 90 son miembros de pleno derecho de la organización. Varios de ellos son viejos conocidos de las fuerzas de seguridad porque tienen condenas previas por delitos violentos y posesión ilegal de armas. Según los medios alemanes, uno de los arrestados —no se han facilitado datos sobre detenciones— es Sven Krüger, un conocido neonazi que opera en el norte del país.

“La extrema derecha sigue siendo la mayor amenaza para nuestra democracia. Por eso seguimos actuando con toda determinación para desmantelar sus estructuras”, ha asegurado la ministra Faeser. El operativo diseñado para registrar al mismo tiempo los domicilios de 28 miembros del grupo y de sus lugares de reunión, se ha coordinado durante un año con las policías regionales y las autoridades estadounidenses. En la redada se han encontrado armas de todo tipo —hasta una granada antitanque—, dinero en efectivo y objetos de culto de extrema derecha, como banderas con la esvástica y copias del libro de Adolf Hitler Mein Kampf.

La prohibición de los Hammerskins se suma a otra veintena de ilegalizaciones de grupos de extrema derecha decretadas a lo largo de las últimas décadas. En la última, en 2020, el Ministerio del Interior desarticuló tres grupúsculos extremistas, entre ellos la división alemana de Combat 18, creado en el Reino Unido y de la que se sospecha que tuvo alguna relación con el neonazi que asesinó de un disparo en la cabeza al político Walter Lübcke en 2019.

A diferencia de sus antiguos competidores Blood and Honour, otra organización internacional ilegalizada en Alemania hace más de 20 años, los Hammerskins habían sido un grupo legal hasta ahora. Pese a ello, y con el objetivo de pasar desapercibidos, mantenían un perfil bajo, muy centrado en la escena musical del rock de extrema derecha, en la que organizaban periódicamente conciertos clandestinos y venta de CD. Entre ellos se llaman “hermanos”. Además de los Hammerskins, el Ministerio del Interior alemán también ha ilegalizado su grupo de apoyo, llamado Crew 38, por el que pasaban los miembros potenciales antes de ser admitidos en la “hermandad”. El 38 del nombre representa la tercera y octava letras del alfabeto, c y h, que a su vez significan crossed hammers (martillos cruzados), el logo de los Hammerskin. Al quedar ilegalizados, este símbolo no podrá exhibirse en público en Alemania.

“Los Hammerskins son una hermandad internacionalmente activa que profesa la ideología nacionalsocialista y es profundamente racista y antisemita”, ha explicado la diputada de Die Linke en Turingia Katharina König-Preuss al semanario Stern. König-Preuss es una de las diputadas que participó en la comisión de investigación sobre el NSU (Resistencia Nacionalsocialista), la banda neonazi que perpetró una serie de crímenes xenófobos en Alemania durante 14 años y que se sospecha que también tenía vínculos con Hammerskins.

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El Ministerio del Interior ha asegurado que el grupo “va en contra del orden constitucional” y que sus fines y actividades “son contrarios a derecho”. El ideario de los Hammerskins se basa en la ideología nazi y su doctrina racial, que se dedicaban a propagar en los conciertos y a través de las letras de las canciones de los grupos de rock relacionados con ellos. Su objetivo, dice Interior, es “vivir y consolidar su visión del mundo de extrema derecha”.

Los Hammerskins han sido ilegalizados y perseguidos en varios países. Varios miembros de la división española fueron condenados a hasta dos años y medio de cárcel por promover el odio y la violencia. El Supremo ratificó en 2012 la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid que por primera vez en 2009 condenó a un grupo neonazi en España por asociación ilícita y tenencia ilícita de armas.

El grupo podría recurrir su ilegalización ante los tribunales alemanes, que tendrían que decidir si la decisión de Interior se ajusta a lo que marca el artículo 3 de la Ley de Asociaciones. Este prohíbe las agrupaciones cuyos “fines o actividades contravienen las leyes penales” o “que se dirigen contra el orden constitucional o la idea de entendimiento internacional”. De momento, las autoridades han confiscado todos los bienes hallados en los registros este martes.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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