Zelenski despide a todos los jefes regionales de reclutamiento militar ante casos de corrupción
El presidente de Ucrania ordena al jefe del Estado Mayor que proceda a su relevo por personas “que sepan qué es la guerra y que el soborno es traición”
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha dado un nuevo paso adelante en la lucha contra la corrupción, una de las lacras que corroen sistemáticamente el país. En esta ocasión ha puesto en la diana a sus Fuerzas Armadas, precisamente en un momento crítico en la contraofensiva desplegada en el este del país. Zelenski ha ordenado este viernes el despido inmediato de todos los responsables regionales de los centros de reclutamiento militar. “Deben estar al cargo personas que sepan exactamente qué es la guerra y que el cinismo y el soborno durante la guerra son traición”, ha expresado el dirigente ucranio en un mensaje a través de su perfil de Telegram. Esta medida llega un mes después del procesamiento de Yevhen Borisov, jefe de reclutamiento en la oficina de Odesa, en detención preventiva y al que se le acusa, entre otras cosas, de malversar alrededor de tres millones de euros.
“En cambio”, ha proseguido Zelenski en su comunicado, “los soldados que han pasado por el frente, que no pueden estar en las trincheras porque han perdido la salud, o han perdido sus extremidades, pero han conservado su dignidad y no tienen cinismo, son a quienes se les puede confiar esta labor”. El presidente ucranio, que ha cifrado en 112 los procesos penales abiertos contra estos mandos regionales, ha delegado en el jefe del Estado Mayor, el general Valeri Zaluzhni, el relevo al frente de los centros para el reclutamiento de militares. Las investigaciones previas a este despido en masa han sido coordinadas por la Fiscalía General, los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU, órgano de inteligencia), el Ministerio de Interior y las oficinas estatales anticorrupción.
La adopción de esta medida viene precedida de uno de los mayores escándalos, precisamente en el seno de los centros de reclutamiento. A finales del mes de junio, el general Zaluzhni apartó de su cargo al jefe de la oficina de Odesa, Yevhen Borisov. Contra él pesa, entre otros cargos, el de apropiación ilegal de alrededor de tres millones de euros.
El diario Ukrainska Pravda publicó que la familia de Borisov había adquirido una vivienda y vehículos en Marbella, en el sur de España. A partir de esta información se inició la investigación de todos los comisarios militares de reclutamiento. “Nadie”, señaló entonces el presidente ucranio, “perdonará a diputados, jueces, comisarios militares o cualquier otro funcionario por oponerse al Estado. Cualquier traición interna o enriquecimiento personal desencadenará como poco la furia”.
Zelenski trata así de mantener, en paralelo a la guerra en el frente oriental y la defensa del resto del país, una batalla constante contra la corrupción. Ucrania ocupa el puesto 116 de 180 en la lista sobre corrupción de la organización Transparencia Internacional y acabar con ella es uno de los pilares del proceso abierto con la Unión Europea para convertir al país en nuevo miembro de pleno derecho. Bruselas ha manifestado recientemente que Kiev ha cumplido ya con dos de las siete condiciones exigidas para cumplir con los requerimientos de una adhesión. Estos dos capítulos tendrían que ver con la reforma de la justicia y la ley de medios de comunicación.
Mientras, Rusia mantiene sus bombardeos contra el territorio ucranio. Este viernes, Moscú obligó de nuevo a activar las alertas antiaéreas de todo el país tras el lanzamiento de cuatro misiles Kinzhal (hipersónicos) a través de cuatro cazas (MiG-31), según la información facilitada por las autoridades ucranias. Uno de estos proyectiles fue derribado sobre el cielo de Kiev, la capital, poco después de las 10.00. La ofensiva tenía como objetivo el oeste del país, el aeródromo del distrito de Kolomia, en la provincia de Ivano-Frankivsk. Un misil cayó sobre una zona civil y acabó con la vida de un menor de edad.
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