El presidente de Corea del Sur alerta de la crisis climática tras las inundaciones que han causado al menos 40 muertos
Yoon Suk-yeol reprocha a las autoridades locales que no hayan seguido apropiadamente los protocolos de respuesta ante catástrofes
Al menos 40 personas han fallecido, 34 están heridas y 9 continúan desaparecidas en Corea del Sur a causa de unas lluvias torrenciales que han provocado gr andes inundaciones y desprendimientos en el centro y sur del país, según las últimas cifras publicadas por el Ministerio del Interior. El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, acusó este lunes a las autoridades locales de las zonas afectadas de no haber seguido apropiadamente los protocolos de respuesta ante catástrofes y advirtió de que “no se puede obviar la crisis climática”, puesto que los fenómenos meteorológicos extremos se han convertido en una realidad para la nación. De media, más de 500 litros de agua por metro cuadrado han azotado el centro y sur desde el 9 de julio. Las precipitaciones se han intensificado desde el pasado jueves, coincidiendo con el punto álgido de la temporada del monzón, que comenzó a finales de junio.
Trece de los fallecidos murieron en un túnel de 685 metros de longitud situado en la ciudad de Cheongju, en el centro del país y a poco más de 100 kilómetros al sur de Seúl, la capital. El sábado, 16 vehículos, entre ellos, un autobús, quedaron anegados en el paso subterráneo a consecuencia de una riada que se formó tras el derrumbe de un dique. Cerca de 900 bomberos, policías y militares participaron en la operación de rescate, para la que se utilizaron embarcaciones, drones submarinos y otros equipos, según las autoridades. Seo Jeong-il, jefe de bomberos del oeste de Cheongju, declaró este lunes en una reunión informativa que, aunque continuaban las labores de búsqueda, no había indicios de que hubiese más víctimas en los 10 vehículos que quedaban sumergidos.
Algunos conductores que utilizan esa carretera con regularidad han culpado al gobierno local por no prohibir el acceso al túnel, a pesar de que se preveía un aumento del nivel del agua del río Miho, que se encuentra a 600 metros. La Oficina de Coordinación de Políticas Gubernamentales ha iniciado una investigación con el fin de determinar “las razones por las que no se pudo proteger la valiosa vida de esas personas”, recoge la agencia de noticias Yonhap. La policía también realizará pesquisas para esclarecer por qué no se impuso una restricción al tráfico, pese a que en las dos horas previas a la inundación se recibieron dos llamadas de emergencia pidiendo que se prohibiera la circulación.
El mandatario surcoreano, quien acaba de regresar de la cumbre de la OTAN celebrada la semana pasada en Vilnius (Lituania) y de realizar una parada en Ucrania, convocó este lunes una reunión de respuesta a catástrofes en la que estuvieron presentes el primer ministro, Han Duck-soo, así como varios ministros y directores de 17 oficinas regionales. Yoon admitió que las tragedias se produjeron debido a una falta de gestión adecuada e insistió en que las medidas preventivas, como la evacuación de los residentes de las zonas vulnerables, son importantes para evitar nuevos daños. “Los fenómenos meteorológicos extremos ya no son una situación inusual. Debemos aceptar que el cambio climático es una realidad”, declaró Yoon, quien también exigió “afrontar la situación con extraordinaria determinación” para mejorar los protocolos de preparación y respuesta del país.
Después del encuentro, el líder surcoreano sobrevoló en helicóptero algunas zonas devastadas en la provincia de Gyeongsang del Norte, en la que han muerto 19 personas y ocho continúan desaparecidas a causa de los deslizamientos de tierra y el derrumbamiento de viviendas.
Según datos de la Oficina de Desastres y Seguridad, dependiente del Ministerio del Interior, a nivel nacional, 10.570 personas han sido evacuadas de sus domicilios y un total de 28.607 hogares ha estado sin electricidad, aunque la mayoría ya había recuperado el servicio este lunes. Los aguaceros han dañado 628 instalaciones públicas, entre ellas 146 carreteras, y otras 317 propiedades privadas, incluidas 139 viviendas.
Si bien Corea del Sur tiene una temporada anual de monzones, en los últimos años los patrones meteorológicos se han vuelto más extremos. El Gobierno se comprometió a tomar medidas para afrontar mejor las catástrofes provocadas por el cambio climático el verano pasado, después de que se registrasen las lluvias más intensas de la historia en Seúl, en las que murieron 11 personas.
Por su parte, la situación en Corea del Norte sigue sin estar clara, pero en las últimas semanas los medios de comunicación estatales han informado de fuertes lluvias y han mencionado ciertas medidas para proteger las cosechas de un país que ha sufrido recientemente una grave escasez de alimentos. En una reunión informativa, el Ministerio de Unificación del Sur declaró que había pedido a Pyongyang que notificara a Seúl cualquier plan de liberar agua de su presa de Hwanggang. En 2009, el vertido de agua de dicha presa provocó inundaciones al otro lado de la frontera, en las que murieron seis surcoreanos.
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