Zelenski advierte de la “amenaza” para la seguridad que supone la desunión de la OTAN
El presidente ucranio, embarcado en una gira por cuatro países que concluye en Turquía, trata de recabar apoyos para su iniciativa de paz y presiona para que la Alianza Atlántica le abra la puerta
La gran invasión rusa de Ucrania cumple este sábado 500 días y el presidente Volodímir Zelenski acelera su agenda internacional con el objetivo de fortalecer los acuerdos que acerquen a Kiev a la OTAN, cuya cumbre comienza el martes en Vilnius (Lituania). Palo y zanahoria en mano, el mandatario agradece los apoyos sin dejar de criticar, como ha hecho en Bratislava, lo que él considera falta de unidad en el seno de la OTAN para aceptar la entrada de Ucrania y Suecia (aunque el caso sueco es radicalmente distinto). Y esas diferencias, entiende, supone una “amenaza” con repercusiones para la seguridad de todo el mundo. “La unidad es la fuerza de la OTAN” y la “desunión” es lo que busca Rusia, añadió.
Tras visitar Bulgaria, República Checa y Eslovaquia, el mandatario ucranio llegó a Turquía a última hora de este viernes. Allí, además de insistir en la necesidad de ser acogido en la Alianza Atlántica, trató de cerrar la ampliación del acuerdo que permite a su país exportar cereales a través del mar Negro, el único punto de entendimiento entre Kiev y Moscú desde la invasión. Ese pacto, válido hasta el 17 de julio, fue auspiciado por Turquía y la ONU, pero Rusia no se ha mostrado favorable a su renovación. En medio de una frenética actividad que le ha llevado a viajar por cuatro países en dos días, Zelenski trata, además, de recabar apoyos para su iniciativa de paz, que se asienta en la condición de que no habrá negociación sin la desocupación rusa de toda Ucrania, incluida la península de Crimea.
Zelenski ha ido lanzando mensajes a lo largo de su gira, casi siempre con la mirada puesta en Vilnius. También en el decálogo para la paz que propone su país y en la cooperación bilateral para poder hacer frente a la ocupación rusa. “Hemos abordado la necesidad de elevar el tono de las sanciones contra Rusia desde la UE y otras organizaciones, así como la cooperación para impulsar el camino para la plena integración de Ucrania en la Unión Europea y la OTAN”, dijo el presidente en la tarde del viernes a través de las redes sociales tras su visita a República Checa. Zelenski compareció luego con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras el encuentro de ambos en Estambul.
“Rusia se comporta como si el mar Negro le perteneciera e impide la circulación de barcos. Tenemos que ayudar al mundo a superar el hambre y el caos social”, afirmó en alusión al acuerdo para exportar cereales. Moscú, aseguró Zelenski, “está bloqueando” el Mar Negro.
Turquía, miembro de la OTAN que acaba de reelegir a Erdogan, es un país clave en la guerra al mantener puentes tendidos tanto con Rusia como con Ucrania. El mandatario no ha aprobado las sanciones contra Moscú, pero, al mismo tiempo, entrega armas a Kiev y defiende su integridad territorial.
En esa misma línea, el presidente turco aseguró en su comparecencia con Zelenski que Ucrania “merece entrar en la OTAN”, poco antes de anunciar que el presidente ruso, Vladímir Putin, visitará Turquía en agosto, según Reuters. El mandatario aseguró a su vez que su país continuará sus esfuerzos para extender el acuerdo del grano y que abordará esa prórroga con Putin “por teléfono o el próximo mes, cuando venga [a Turquía]”.
La integración en la OTAN es un mantra que Zelenski no olvida. El mandatario ucranio llegó a hablar de una posible III Guerra Mundial si Rusia vence. Lo hizo la semana pasada durante un encuentro con varios medios españoles, entre ellos EL PAÍS. “Si Ucrania no resiste y Rusia avanza hacia Polonia o los países bálticos, eso significaría la III Guerra Mundial”, comentó. Colocar a Kiev bajo el manto de la OTAN es la mejor manera de presionar a Putin, uno de cuyos argumentos para ordenar la actual invasión es que no puede permitir tener a la Alianza a las puertas de Moscú. “No admitimos otra alternativa”, insiste Zelenski sobre una integración en la organización.
En la visita a Turquía, el acuerdo del grano ha sido el punto clave de la agenda ucrania. “A diferencia de la Federación Rusa, Ucrania cumple completamente con los compromisos del acuerdo del mar Negro y está lista para apoyar la seguridad alimentaria mundial. Hacemos un llamamiento civilizado para apoyar la extensión de este pacto después del 17 de julio”, reclamó este jueves el ministro de Infraestructuras de Ucrania, Oleksandr Kubrakov, también uno de los viceprimeros ministros del Gobierno, desde su perfil de la red social Twitter. Anteriormente, el pasado 1 de julio, denunció que hasta 29 buques cargados con 1,4 millones de toneladas métricas de cereal se encontraban bloqueados en el Bósforo, sin poder continuar viaje desde el 26 de junio a la espera de una inspección, por decisión de Rusia.
“Es obvio que no hay motivos para la continuación de la iniciativa del mar Negro”, señalaron fuentes del Ministerio de Exteriores ruso el martes. “La normalización de los suministros rusos de alimentos y fertilizantes a los mercados mundiales, prevista por el acuerdo entre Rusia y la ONU, ha seguido degradándose”, añadieron.
Ucrania acusa a Rusia de tratar de bloquear la renovación del acuerdo del grano y de impedir que este se desarrolle de manera fluida. Moscú afea a Kiev el haber convertido el acuerdo en una herramienta con la que hacer dinero y no con la que ayudar a países pobres golpeados por la crisis alimentaria mundial. La invasión rusa a gran escala puesta en marcha en febrero de 2022 bloqueó millones de toneladas métricas en territorio ucranio. El pacto, auspiciado por la ONU y Turquía, permite desde el 1 de agosto del año pasado exportar cereal desde tres puertos del mar Negro.
Uno de los gigantes del sector en Ucrania, consciente de las dificultades que podía acarrear depender de un acuerdo con el país agresor, decidió apostar por operar desde la orilla ucrania del río Danubio. “Decidimos tener una ruta logística más cara, pero una ruta más segura”, declaró Andri Vadaturski, director de la empresa Nibulon a la agencia Reuters. Vadaturski se hizo con el timón de la firma después de que un ataque ruso acabara el verano pasado con la vida de sus padres. Las exportaciones de esta compañía se han reducido aproximadamente a la mitad durante la invasión rusa y los costos logísticos se han disparado, comentó durante una entrevista concedida a la agencia en sus oficinas de Kiev. Durante la campaña de 2022-2023, Nibulon exportó 2,34 millones de toneladas métricas, frente a los 4,6 millones de toneladas del año anterior. El precio de cargar una tonelada en la bodega del buque ha pasado de los 12 dólares antes de la guerra a los actuales 70-75, aunque llegaron a situarse en 154 el pasado agosto.
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