Guerra Ucrania - Rusia: resumen 07/07/2023
La OTAN ofrecerá a Ucrania un acercamiento pero no la adhesión en la cumbre de Vilnius | Zelenski ha criticado la “falta de unidad” de la Alianza | El presidente ucranio visita República Checa y Eslovaquía antes de viajar a Turquía para tratar con Erdogan el acuerdo del grano | EEUU confirma que enviará bombas de racimo a Ucrania
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En el día 499 de la guerra de Rusia contra Ucrania, El secretario general de la OTAN enfrió de nuevo las expectativas de Ucrania, que esperaba obtener luz verde a su adhesión en la cumbre de la organización que empieza el próximo martes en Vilnius, la capital lituana. Jens Stoltenberg precisó en Bruselas que los líderes de la OTAN ofrecerán a Kiev lo que llamo un “acercamiento” pero no el ingreso ni tampoco un calendario concreto para que Ucrania se sume a la organización militar.
Horas antes, el presidente ucranio había criticado en Bratislava, la capital eslovaca, la “amenaza” para la seguridad que, a su juicio, supone la desunión de la OTAN. La gira internacional de Zelenski, que lo llevó en esta jornada a República Checa, Eslovaquia, y, por último, Turquía, obedece a un intento de impulsar su agenda internacional con el objetivo de fortalecer los acuerdos que acerquen a Kiev a la OTAN: “La unidad es la fuerza de la OTAN” y la “desunión” es lo que busca Rusia, zanjó el mandatario.
En Turquía, a última hora, Zelenski se reunió con su homólogo, Recep Tayyip Erdogan. En su agenda, la renovación del acuerdo para exportar los cereales ucranios que se alcanzó en agosto de 2022, por la mediación de la ONU y de Ankara. Ese acuerdo expira el 17 de julio y Rusia ya ha dejado claro que, en principio, no tiene intención de renovarlo. Tras la reunión, Erdogan anunció que el presidente ruso, Vladímir Putin, visitará Turquía en agosto.
Frente a las críticas de Zelenski, Francia y otros socios de la OTAN han anunciado que están preparando una oferta de garantías de seguridad para Ucrania al margen de la organización. Son conscientes de que, en el contexto de la guerra con Rusia, su integración en la Alianza Atlántica no se va a producir rápidamente. Fuentes del Elíseo subrayaron que es una forma de asegurar a Kiev que va a seguir recibiendo ayuda “el tiempo que haga falta”, incluso durante “años”.
En Estados Unidos, Joe Biden ha vencido su resistencia y ha dado el paso de aprobar la entrega a Ucrania de bombas de racimo para la contraofensiva frente a Rusia. Washington confirmó la entrega a Kiev de un nuevo paquete de ayuda militar, el 42º que entrega Washington, valorado en 800 millones de dólares (unos 730 millones de euros), que incluye abundante munición de artillería y blindados, y también esas bombas, también llamadas de fragmentación, prohibidas por más de un centenar de países.
Esas bombas, que diseminan cientos, a veces miles, de pequeñas submuniciones, llamadas bombetas, se consideran especialmente crueles. No discriminan entre militares y civiles. Algunas de esas bombetas no explotan al ser lanzadas, sino que permanecen sin detonar durante años, a veces décadas, con el consiguiente riesgo de explosiones posteriores. Previamente, un alto cargo ucranio había señalado que su país vería con buenos ojos recibir ese tipo de munición, porque tendrían un “extraordinario impacto psicoemocional” en las fuerzas rusas.
La magnitud del éxodo provocado por la guerra ha quedado de nuevo de manifiesto. Los Estados miembros de la UE acogen aún a más de cuatro millones de refugiados ucranios, según datos de mayo de Eurostat recogidos por el medio polaco Notes from Poland.
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