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La ultraderecha alemana consigue su primera Alcaldía una semana después de hacerse con el gobierno de un distrito

Hannes Loth vence en segunda vuelta pese a que el resto de partidos se habían aliado en contra de AfD y gobernará en un municipio de 8.800 habitantes de Sajonia-Anhalt

Elena G. Sevillano
Ultraderecha Alemania
El nuevo alcalde de Raguhn-Jessnitz, Hannes Loth, del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD).DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)

Solo una semana después de conseguir su primera administración de un distrito alemán, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) ha logrado vencer por primera vez en unas elecciones municipales y tendrá un alcalde a tiempo completo. El pueblo de Raguhn-Jessnitz, en el Estado de Sajonia-Anhalt, eligió este domingo a Hannes Loth, miembro destacado de AfD en este land del este alemán, por ser también diputado en el Parlamento regional.

Loth abandonará su escaño para dedicarse al municipio, de 8.800 habitantes, lo que le convierte en el primer alcalde ultraderechista. El año pasado la formación ya consiguió otro Ayuntamiento, pero se trataba de una localidad muy pequeña en la que las labores de alcaldía se hacen de forma voluntaria mientras el titular sigue desarrollando su trabajo habitual. En Raguhn-Jessnitz se celebraron elecciones anticipadas por la enfermedad del anterior regidor.

La clase política alemana asiste con preocupación al avance de la ultraderecha, todavía muy limitado si se compara con otros países europeos. Esta es la segunda victoria en apenas unos días que permite a AfD gobernar en la esfera local, pese al estricto cordón sanitario que aplican todos los demás partidos. Como ocurrió en Sonneberg (Turingia) la semana pasada, en esta ocasión también se unieron todas las formaciones para apoyar al otro candidato, el independiente Nils Naumann, pero el esfuerzo de contención fue en vano. Loth ganó con el 51% de los votos, con una participación del 61,5%.

Los líderes de AfD destacaron en sus cuentas de Twitter que Loth es su primer alcalde, aunque técnicamente ya hubo otro, en Burladingen (Baden-Würtemberg), un municipio de 12.000 habitantes en el oeste del país. Allí Harry Ebert, que se había presentado como independiente y regía desde 1999, se afilió al partido ultraderechista en 2018, estando en el cargo. La localidad fue conocida entonces como el único bastión de la ultraderecha. Ebert dimitió en 2020 y desde entonces AfD no había tocado poder.

Hannes Loth, ingeniero agrónomo y agricultor de 42 años, es una figura controvertida por algo más que su pertenencia a un partido considerado sospechoso de extremismo por los servicios de inteligencia alemanes. Durante la pandemia organizó protestas contra la política de restricciones del Gobierno federal, mientras al mismo tiempo ganaba dinero con ella. Mientras se presentaba con su camión azul y arengaba a las masas contra Angela Merkel, primero, y Olaf Scholz, después, operaba varios puntos de testeo de coronavirus que le reportaron pingües beneficios. Además de su sueldo como diputado regional, declaró al Parlamento de Sajonia-Anhalt beneficios privados de entre 80.000 y 120.000 euros.

A diferencia de Robert Sesselmann, el nuevo administrador ultraderechista del distrito de Sonneberg, Loth no dirigió una campaña en clave federal, a la contra del Gobierno tripartito de socialdemócratas, verdes y liberales que encabeza Scholz, sino que se centró en cuestiones locales. Habló de los recursos del cuerpo de bomberos municipal y de los centros de mayores, entre otras cuestiones que sí serán de su competencia. El nuevo alcalde aseguró tras conocerse los resultados que trabajará también por quienes no le han votado. Su contrincante, Nils Naumann, dijo que no le importaba que el alcalde fuera de AfD. “Se trata de hechos y de objetividad, no del partido”, aseguró.

Un estudio presentado la semana pasada por la Universidad de Leipzig muestra que las actitudes de extrema derecha y el desencanto con la democracia están muy extendidos en los Estados federados del este que estuvieron 40 años bajo la dictadura de la República Democrática Alemana (RDA). La encuesta preguntaba si los ciudadanos estaban de acuerdo con afirmaciones como: “Lo que Alemania necesita ahora es un partido fuerte que represente a la comunidad nacional en su conjunto”. En este caso, el 26,3% estuvo de acuerdo, con otro 24,9% parcialmente de acuerdo. Más del 20% de los encuestados se sintieron cómodos con la frase: “Sin el exterminio de los judíos, Hitler sería visto como un gran estadista”.

La penetración de estas actitudes, sumadas al desencanto con el sistema político y el rechazo a las políticas de transición ecológica del Gobierno federal, están provocando que AfD alcance en algunas encuestas el 20% de intención de voto en todo el país. Esto les sitúa en segundo lugar, solo por detrás de los democristianos de la CDU y por delante de los socialdemócratas del SPD. En varios Estados federados del este los sondeos les sitúan por encima del 30% y como la fuerza más votada. Tres de ellos, Turingia, Sajonia y Brandeburgo, eligen nuevos parlamentos el año que viene.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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