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Suspendidas las elecciones rectorales de la Universidad Central de Venezuela

Luego de 15 años sin renovar autoridades, problemas logísticos provocaron la posposición de la cita para el 9 de junio, en medio del enfado de la dirigencia estudiantil

Un salón en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas.
Un salón en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas.MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE)

Las elecciones para escoger al rector y al resto de las autoridades académicas de la Universidad Central de Venezuela, la más antigua e importante del país, –las primeras que se organizaban en la institución luego 15 años de forcejeos judiciales en el Tribunal Supremo de Justicia del régimen chavista– fueron hoy sorpresivamente suspendidas en plena celebración de las votaciones, cuyo llamado fue masivamente atendido, luego de presentarse desperfectos técnicos que dilataron hasta el extremo la lectura óptica de actas de votación y produjeron un retardo excesivo en la instalación de las mesas.

La medida fue anunciada por el presidente de la Comisión Electoral, profesor Carlos Martín, quien dijo que los comicios quedaban pospuestos para este 9 de junio. En horas del mediodía, la Comisión Electoral había tenido una encerrona con los siete candidatos a rector, ponderando el costo de posponer la cita. Martín hizo el anuncio de la posposición poco después de haber ofrecido una rueda de prensa en la cual justificaba los retardos y ofrecía garantías de que los comicios no serían suspendidos.

Esta consulta fue consensuada entre las autoridades universitarias y el alto Gobierno luego del prolongado vacío legal existente desde 2008, y los continuos impedimentos de la legalidad chavista para que se efectuaran. El chavismo finalmente permitió que la UCV organizara las cosas por su cuenta, colocando algunas condiciones en la mesa de conversaciones, como organizar una cita en la cual acudiera a votar toda la población que hace vida en la universidad, y no sólo la planta académica. El candidato Miguel Alfonzo, médico, de Juntos por el Patrimonio, encabeza la plancha más conocida de los chavistas a la cita. La UCV va a renovar, además, vicerrectores, secretarios, decanos y vicedecanos, incluyendo direcciones de escuelas. Por el Gobierno, las gestiones fueron adelantadas por los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez.

Un grupo de estudiantes enfurecidos irrumpió en las oficinas donde funcionaba la Comisión Electoral en horas de la tarde, en la Facultad de Medicina de la Ciudad Universitaria de Caracas, y exigió la renuncia de la actual rectora, Cecilia García Arocha, presente en la sala, acusada por ellos de fomentar el retardo, y de los miembros de la Comisión. Luego de presentar explicaciones poco convincentes, Martín y el resto de la Comisión presentaron su renuncia.

Desde las dos de la tarde, los estudiantes protestaban por el retardo en la instalación de las mesas, gritando “queremos votar” entre las largas colas de sufragantes varados. Muchos de ellos se presentaron desde muy temprano en la mañana y se retiraron luego de tres y cuatro horas perdidas. La impaciencia se hizo general hacia mediodía en todas las facultades, atiborradas de votantes frustrados.

“Hasta que el Consejo Universitario no dé respuestas sobre los motivos de la suspensión de la consulta no nos vamos a mover de aquí. Tienen que darnos explicaciones de esta suspensión, queremos votar”, exclamaba, iracundo, el dirigente estudiantil Jesús Mendoza, presidente de la Federación de Centros Universitarios, ante una multitud exaltada de estudiantes que le aplaudía.

Enrique López Loyo, uno de los candidatos de la contienda, denunciaba en la mañana que se había producido una destrucción deliberada del material electoral con el objeto de retrasar el proceso. Algunos conjeturaban que se trataba de un sabotaje subrepticio para obligar a la UCV a buscar asistencia técnica del oficialista Consejo Nacional Electoral. “Este retraso es inexplicable luego de haber tenido tanto tiempo para organizar este proceso. Todas son cosas que debieron haber sido atendidas con antelación” manifestaba a su vez Humberto Rojas, uno de los candidatos con más opciones.

El día anterior a la cita, la propia Comisión Electoral había publicado en su cuenta de Twitter un video en el cual se ve parte de las boletas electorales afectadas por una filtración en una pared producto de las lluvias que han caído en estos días en la ciudad. La exposición del material electoral en aquel espacio anegado era manifiesta. El tuit anunciaba que “se habían salvado” las actas en medio de goteos. La humedad habría afectado el funcionamiento de las lectoras ópticas que necesitan las boletas.

Las elecciones en la UCV, la universidad autónoma más importante de Venezuela, un relevante espacio del universo civil del país, habían generado un genuino interés en la sociedad venezolana y en todo el entorno de la comunidad académica de esta institución de 302 años de existencia, calculada en unas 250.000 personas.

La Ciudad Universitaria de Caracas fue visitada desde muy temprano por profesores, alumnos, personal obrero y administrativo, alentados por estos vientos de democracia que planteaba la convocatoria en medio del duro asedio del Gobierno de estos años. En este pulso, tradicionalmente, las corrientes opositoras han sido una clara mayoría frente al chavismo en las consultas.

La UCV, un espacio moribundo en estos años, aquejado por la diáspora del personal, los salarios precarios y la mengua, purgando durante años una ininterrumpida secuencia de tensiones con el chavismo, presentaba en estos días un aspecto renovado, ciertos aires festivos, una campaña que ocupó a parte importante del músculo académico existente, varios debates estimulantes y respetuosos entre los candidatos y la promesa de una masiva participación.

A pesar de la irritación general, la dirigencia universitaria confía en que se mantendrá la disposición a votar en la siguiente consulta del 9 de junio. Humberto Rojas, físico; Víctor Rago, antropólogo y lingüista, y Amalio Belmonte, sociólogo, lucen como los candidatos con mayores posibilidades.

“Yo no tengo responsabilidad en lo que acá ha sucedido”, afirmó la rectora saliente, Cecilia García Arocha, luego de las rechiflas estudiantiles. “Me voy el 14 de julio, pero porque me quiero ir, no porque me digan que me tengo que ir. Los insultos son gajes del oficio. Siento vergüenza por lo que ha sucedido, pero no tengo la culpa”.

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