Una tarjeta amarilla o un penalti a cambio de dinero: la ‘mafia del fútbol’ detrás de la trama de apuestas destapada en Brasil
La justicia ha imputado a 15 jugadores por amañar partidos, pero la investigación, que amenaza con hacer tambalear el fútbol brasileño, sigue en marcha y ya ha llegado al Parlamento.
El mundo del deporte en Brasil contiene la respiración a medida que se van conociendo detalles de lo que ya se llama popularmente la “mafia del fútbol’”: un complejo grupo de apostadores que captaban a jugadores para ofrecerles dinero a cambio de que ejecutaran en el campo jugadas muy concretas; desde una tarjeta amarilla hasta un penalti. Hasta ahora, la investigación afecta sobre todo a jugadores y equipos de la segunda división, pero esta semana saltaron todas las alarmas cuando el Flamengo, uno de los mayores clubes del país, apareció citado por algunos investigados.
A finales de enero, uno de los apostadores en el punto de mira de la justicia, Luís Felipe de Castro, intentaba convencer al lateral argentino Kevin Lomónaco, del Bragantino, para que provocara un penalti en el próximo partido del Campeonato Paulista. Le ofreció 200.000 reales (40.000 dólares o 37.000 euros). Para convencerle y animarle a participar en apuestas en varios partidos, el apostador aseguraba contar con un jugador del Flamengo: “Mañana tenemos un jugador del Flamengo, así que tienes que hacerlo también para que todos ganen […]. Venga, hermano, te pagamos seguro el valor de la operación y también lo que te debo”, le decía por WhatAapp, según avanzó el diario O Globo.
El Flamengo, que no tiene a ningún jugador acusado formalmente, no es el único gran equipo citado por los apostadores. El jefe del esquema de manipulación de partidos, Bruno López, aseguró que tenía contacto con ocho jugadores del Botafogo, y el Fluminense destituyó al defensa Vitor Mendes después de que apareciera citado en la investigación. De momento, la investigación afecta a partidos del Campeonato Brasileño de la serie A y B (la primera y segunda división) en 2022 y en competiciones estaduales en 2023. Hay más de 50 jugadores citados, de los cuales 15 ya están imputados. Además, diez jugadores han sido apartados por sus clubes en los últimos días, incluyendo al defensa Eduardo Bauermann, del Santos.
Aunque por ahora los equipos de primera línea están esquivando como pueden el escándalo, todo podría cambiar en las próximas semanas, porque la investigación sigue avanzando y la intención de la Fiscalía del estado de Goiás, donde empezó todo, es presentar nuevas denuncias, como explicó en una conversación por teléfono el fiscal Fernando Cesconetto. “Tenemos varios informes del contenido encontrado en celulares, innumerables conversaciones, planillas, anotaciones… Aún no hemos terminado de verificar todo ese material, y aún tenemos que profundizar en el análisis de los datos bancarios. No se puede descartar nada”, asegura.
Lo descubierto hasta ahora se refiere únicamente al periodo que va desde el segundo semestre de 2022 hasta abril de este año, y podría ser apenas la punta del iceberg. De momento, no hay árbitros involucrados y los únicos presos son los apostadores. El fiscal explica que los jugadores, al menos en base a lo que se conoce hasta el momento, participaban del esquema de forma esporádica y no estaban en el núcleo del esquema, por lo que no hay necesidad de arrestos preventivos.
“Un sistema muy complejo”
El cabecilla era López, que tenía una empresa de administración de carreras deportivas. Actuaba mano a mano con su mujer, pero a partir de ahí salían ramificaciones hacia todos lados: “Es un sistema muy complejo para que lo operara una sola persona. Había orden y jerarquía, división de tareas, varios núcleos de actuación”, comenta el fiscal. Unos se encargaban de contactar a los jugadores, otros de dar la paga y señal, otros de entregar la recompensa, etc. En los portales Bet365 y Betano, los más usados, apostaban desde varias cuentas para no levantar sospechas, y de vez en cuando hasta se permitían perder algo de dinero para despistar. Compensaba de sobras, porque en una jornada buena, el grupo podía llegar a embolsarse 700.000 reales.
Durante los interrogatorios, algunos jugadores aseguraron que no sabían que lo que estaban haciendo era ilegal, como el defensa Victor Ramos, que estaba en la Portuguesa en la época de las investigaciones y hoy viste la camisa del Chapecoense. “No sé mucho de estas cosas, estoy muy desconectado de estas cosas de internet, no sabía que hablar sobre apuestas iba a generar esto en mi vida, este tumulto, esta turbulencia”, decía. Para el fiscal, no hay ninguna excusa válida, ellos sabían lo que hacían. “No es natural que una persona reciba dinero para que se le expulse del campo o para que provoque un penalti contra su propio equipo, es algo intuitivo”, remarca.
Por si acaso, en las últimas semanas clubes como el Flamengo, el Corinthians o el Atlético Mineiro están organizando charlas informando a sus jugadores sobre los riesgos de las apuestas ilegales en internet. Los jugadores implicados pueden acabar respondiendo por delitos de pertenencia a organización criminal, lavado de dinero y corrupción en el ámbito deportivo, con penas que van de los dos a los ocho años de cárcel.
En los últimos días el asunto dejó de ser un tema estrictamente deportivo y pasó a las páginas de política. El Gobierno ya prepara un proyecto de ley que prevé la creación de una agencia reguladora de las empresas de apuestas on line. En Brasil son legales desde 2018, pero el sector creció exponencialmente sin reglas específicas. Además, la Cámara de Diputados instauró una comisión parlamentaria para investigar los hechos. El diputado Felipe Carreras, que coordinará los trabajos, alertaba del potencial del escándalo: “Tenemos informaciones de que esto va mucho más lejos, llega a muchas más competiciones, y está enraizado”, decía a la prensa local.
Según él, hay relatos de partidos manipulados también de la tercera división, en que jugadores que ganan muchísimo menos se enfrentan al “poder de seducción de entrar en la criminalidad”. Cree que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) no ha sido proactiva, y no descarta que la situación acabe pareciéndose a la de Italia en 2005, cuando un escándalo de influencia arbitral acabó con importantes sanciones a pesos pesados como la Juventus, el AC Milan, la Fiorentina y la Lazio. “Es algo que que sólo la comisión parlamentaria y las investigaciones responderán al final. Pero el fútbol brasileño está enfermo”, advirtió.
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