El ejército ruso da señales de fatiga con el retroceso de una brigada en la ciudad ucrania de Bajmut
Las fuerzas de ocupación del Kremlin plantean evacuar a unas 3.000 personas de las inmediaciones de la central nuclear de Zaporiyia
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció el miércoles por la noche que la operación militar de Rusia contra Ucrania avanza con lentitud, pero justificó ese hecho con el argumento de que Rusia no está llevando a cabo “una guerra”, sino una “operación militar especial”, que definió como “muy difícil”, en unas declaraciones a una televisión bosnia recogidas por la agencia rusa TASS. Pese a ello, Peskov sostuvo que las tropas rusas habían logrado “dañar gravemente la maquinaria militar de Ucrania”. Luego apostilló: “Ese trabajo continuará”. De confirmarse, se trataría de una de las escasas muestras de retroceso en esa localidad convertida en símbolo de la resistencia de Kiev pero controlada casi por completo por los ocupantes. Sin embargo, las propias fuerzas ucranias son conscientes de las dificultades que viven en ese frente y dan a entender que la situación es muy complicada.
Más allá de Bajmut, otra muestra de repliegue —o de anticipación ante la posible contraofensiva ucrania— se dio el miércoles en la región sureña de Zaporiyia, donde las autoridades de ocupación prorrusas planean evacuar a unas 3.000 personas, la mayoría de ellas empleados de la central nuclear más importante de Europa, en manos de Moscú desde marzo de 2022.
Las tropas de Kiev no han dejado de perder terreno en la encarnizada batalla de Bajmut, que comenzó el año pasado y que engulle ya a localidades vecinas como Chasiv Yar ―donde el martes murió Arman Soldin, cámara de la agencia France Presse, en un ataque con misiles―, o Konstantinivka, también objeto constante de bombardeos rusos. En la zona, el movimiento de tropas sigue siendo intenso, como ha comprobado este periódico. Aunque en las calles de Bajmut hace meses que se combate cuerpo a cuerpo, un enorme despliegue militar rodea la zona en decenas de kilómetros a la redonda con diferentes anillos integrados por todo tipo de piezas de artillería y lanzaderas de misiles como los Grad.
“Desafortunadamente, no ha sido destruida toda la brigada [de atacantes rusos]; sin embargo, dos compañías sí han sido seriamente dañadas” en Bajmut, comentó Serhi Cherevati, el portavoz militar ucranio, en declaraciones a la televisión nacional. Este responsable añadió que en esa ciudad “la situación continúa siendo difícil”, pues Moscú sigue volcando en ella su principal potencial en la ofensiva, a pesar de las diferencias surgidas en las últimas semanas entre el líder de la empresa de mercenarios Wagner, Yevgeni Prigozhin, y las autoridades del Kremlin. Dentro de ese pulso, este empresario que ganó relevancia por ser próximo al presidente Vladímir Putin dijo el martes que la 72ª Brigada de Fusileros Motorizados había abandonado sus posiciones en el frente de batalla de Bajmut.
Rebajar expectativas
El propio ministro de Exteriores ucranio, Dmitro Kuleba, ha querido rebajar las expectativas sobre la gran contraofensiva que Kiev lleva meses anunciando. “No consideren esta contraofensiva la última, porque no sabemos lo que saldrá de ella”, señaló en una entrevista con el diario alemán Bild. El jefe de la diplomacia ucrania aprovechó para reclamar a Berlín más armas y municiones de todo tipo.
El otro movimiento significativo de las últimas horas se produce en el entorno de la central nuclear de Zaporiyia, que se encuentra en manos de los invasores rusos desde hace 14 meses. Allí, las autoridades prorrusas que detentan el poder pretenden evacuar a 3.100 personas, de las que 2.700 son trabajadores de la planta, según ha alertado la empresa estatal ucrania Energoatom. Ese movimiento de personas en la localidad sureña de Energodar, donde se levantan las instalaciones nucleares a orillas del río Dniéper, supondría un enorme peligro para el funcionamiento de la central por la falta de personal cualificado, advirtió la compañía en un comunicado el miércoles.
“Los ocupantes rusos demuestran su incapacidad para garantizar el funcionamiento de la central nuclear, ya que ahora afronta una falta catastrófica de personal cualificado”, alerta en el comunicado la empresa Energoatom. La compañía advierte de que van a ser sacados de las instalaciones incluso aquellos empleados que aceptaron firmar contratos “vergonzosos” con la empresa rusa que regenta ahora la planta. Esto, añade, agravará el problema de falta de personal y elevará el riesgo en unas instalaciones que no solo llevan ocupadas por los rusos desde el comienzo de la invasión a gran escala, sino que, al estar en medio de constantes ataques, suponen una de las mayores preocupaciones en esta guerra para la comunidad internacional por el peligro que supondría que se perdiera el control sobre ella.
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