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Una “élite malvada” contra el pueblo: las teorías ultras de la conspiración se convierten en una amenaza en Países Bajos

Los servicios de inteligencia del país alertan del peligro de grupos de hombres jóvenes que consideran que ministros, jueces, científicos y periodistas tratan de esclavizar a la población. Un informe cifra en 100.000 personas el número de extremistas

Erik Akerboom
Erik Akerboom, director general del Servicio General de Inteligencia y Seguridad (AIVD) holandés, durante una rueda de prensa el lunes en Zoetermeer.ROBIN VAN LONKHUIJSEN (AFP)
Isabel Ferrer

El extremismo de derecha dirigido contra las instituciones ha aumentado en Países Bajos debido a la existencia de grupos que sostienen que una “élite malvada”, enemiga del pueblo, está en el poder. Formados en gran parte por hombres jóvenes residentes dentro y fuera del territorio nacional, se mantienen en contacto a través de internet, desarrollan teorías de la conspiración y en algunos casos glorifican la violencia. El antisemitismo desempeña un papel destacado en este entorno. Así lo afirma el informe anual de 2022 de los Servicios de Inteligencia (AIVD, en sus siglas holandesas) publicado el lunes, que constata además el incremento del riesgo de ataques del Estado Islámico (ISIS), sobre todo en la segunda mitad del año pasado. El AIVD calcula que el número de personas que creen en este discurso extremista, en mayor o menor medida, ronda las 100.000 personas (el país tiene 17,5 millones de habitantes).

El año pasado, el AIVD desbarató “varias posibles amenazas terroristas de derecha”, dice el informe en su prefacio. Eso hace que la distinción “entre activismo y extremismo sea muy actual”. También explica que las teorías de la conspiración suponen “un grave desafío a largo plazo para la seguridad en Países Bajos porque se renuevan constantemente y componen un extremismo antinstitucional”. El informe las califica del “relato extremista más popular en estos momentos”, que señala a ministros, jueces, científicos y periodistas como la élite dispuesta a oprimir y esclavizar —destruir incluso— a la población. La actual crisis del nitrógeno, cuyas emisiones deben ser reducidas en la lucha contra el cambio climático, y que ha soliviantado al sector agrario, sería un engaño para controlar a los ciudadanos a gran escala, según estos grupos.

La amenaza que suponen es doble. Por un lado, cabe la posibilidad de que alguien convencido de estas fabulaciones cometa actos violentos y los justifique así. Un ejemplo presentado por los servicios de inteligencia son los planes para atacar al primer ministro, el liberal de derechas Mark Rutte, que acabaron con la detención de una persona el año pasado. Este tipo de conjura puede acarrear, por otra parte, la pérdida de confianza en la policía, los tribunales, el Gobierno, la Administración y la prensa.

La pandemia del coronavirus fue un caldo de cultivo para estas teorías conspirativas. En especial, señala el informe, “debido a las medidas de restricción de movimientos dictadas para contener los contagios”. “Una vez suprimidas, se centran ahora en la crisis climática y el nitrógeno [uno de los principales temas de debate en Países Bajos, junto con la inmigración] y en la guerra en Ucrania”, reza el informe. El AIVD alerta de que los partidarios de estos movimientos no descartan organizar una sociedad paralela, con sus propias leyes y moneda. Pese a que no han señalado a un partido en particular, Thierry Baudet, el líder holandés de extrema derecha, sugirió en 2021 la creación de una suerte de sociedad. Tendría “su propia red de viviendas, escuelas, diarios o semanarios y criptomoneda”. El partido de Baudet se llama Foro para la Democracia, y el entorno que imagina sería “Forumland” (tierra del Foro).

El informe del AIVD para 2022 explica también que el yihadismo sigue siendo la amenaza terrorista más importante para Países Bajos. En particular, “las redes del grupo Estado Islámico (ISIS) controladas desde Afganistán”. Las amenazas de Rusia ocupan otro de los capítulos del texto, ilustrado con la expulsión de un espía que pretendía trabajar en el Tribunal Penal Internacional, y de 17 miembros de la inteligencia rusa. “Rusia vigila e intimida a los antiguos ciudadanos rusos establecidos en suelo holandés, y lo mismo hacen China e Irán”. China, además, se presenta como “un valioso socio comercial de Occidente y constituye el mayor reto para nuestra seguridad económica”, asegura el estudio.

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