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Los manifestantes rechazan el fallo del Constitucional francés: “Es una nueva bofetada al pueblo”

Miles de ciudadanos se echan a las calles para manifestar su descontento con la decisión, que generó algunos altercados en diferentes ciudades

Un tótem de bicicletas públicas ardiendo este viernes frente al Ayuntamiento de París.Foto: MICHEL EULER (AP)

Como miles de personas en París, Nathalie Meunier, de 57 años, se encontraba este viernes frente al Ayuntamiento de la capital francesa a la espera del fallo del Consejo Constitucional sobre la reforma de las pensiones, promovida por el Ejecutivo de Emmanuel Macron. Minutos después de conocerse el fallo, Meunier sentenció: “Es una nueva bofetada al pueblo”. La institución, integrada por nueve miembros, ha aprobado los puntos esenciales de la impopular reforma de las jubilaciones, por lo que Macron tiene ahora luz verde para promulgar la ley, que busca aumentar la edad de jubilación de los 62 años actuales a los 64. La decisión generó una movilización moderada en ciudades como París, Lyon, Rennes y Nantes y algunos altercados en lugares simbólicos.

El dictamen favorable no era una sorpresa para muchos de los congregados frente al Ayuntamiento. “No tenemos mucha esperanza”, se lamentaba Tom, estudiante de Filosofía de 22 años, que acudía a la protesta junto a Chloé, una estudiante de fotografía de 23 años. Para el joven, la movilización de este viernes era “más simbólica que otra cosa”. A pesar de ello, para transmitir la idea de que el movimiento no cede, que seguirán ahí, pase lo que pase, se acercó junto a un amplio grupo de manifestantes —con elevada presencia de estudiantes— al Ayuntamiento de París. Lo hizo a pie, desde la estación de Saint-Lazare, ubicada a unos pocos kilómetros. En el edificio municipal, un cartel rezaba: “El Ayuntamiento, solidario con el movimiento social”.

Los ciudadanos que querían mostrar su rechazo a la decisión no pudieron acercarse ni a la sede ni a los alrededores del Consejo Constitucional, en pleno centro de París, pues desde primera hora de la mañana permanecían completamente bloqueados. Cientos de furgones policiales impedían acercarse a la sede de la institución, equivalente al Tribunal Constitucional en España. Las fuerzas de seguridad imposibilitaban también el paso a las calles aledañas, algunas valladas, y pedían a los vecinos o los trabajadores de la zona algún documento para poder pasar. Asimismo, las estaciones de metro cercanas estaban cerradas y la Comedia Francesa, situada justo al lado, había anulado todas sus representaciones.

“Abajo la V República, que machaca y reprime”, coreaba un grupo de manifestantes minutos antes de que se conociera el dictamen. Para uno de ellos, Gregory Fernandes, de 39 años, el movimiento de protesta “plantea el problema de las instituciones: la V República es el poder de una sola persona”. Para agregar a continuación, y en referencia al Constitucional: “Son nueve personas las que deciden ante miles de huelguistas y manifestantes”. Un 62% de franceses apoya el movimiento contra la reforma, según un sondeo del instituto Ifop. Por eso, cuando le informaron del dictamen, Fernandes no se sorprendió. La institución, dijo, “no es un contrapoder”.

Hugo Slimani, de 24 años, también estaba en la plaza tras el dictamen. “Nos sentimos impotentes”, declaró. “Es increíble que no haya manera, o alguna herramienta para escuchar al pueblo. ¿Acaso la democracia es solo elegir a alguien cada cinco años? “, se preguntó. .

A unos pasos del museo del Louvre, en una pared de la zona acordonada, se podía leer: “Queremos una verdadera democracia”. También aparecía la palabra “referéndum”. El alto tribunal no solo ha avalado la ley planteada por el Ejecutivo, sino que también ha rechazado la iniciativa que demandaba una consulta a la población al respecto. Apenas una hora después de la rotundidad de la decisión del Constitucional comenzaron a producirse algunos altercados en la capital, con la quema de elementos del mobiliario urbano y bicicletas. También comenzaron las primeras cargas policiales para dispersar a los manifestantes congregados frente al Consistorio. A las 22.30, la policía ya había detenido a 112 personas, informa la agencia France Presse (AFP).

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Alrededor de las 20 horas, la manifestación se había disuelto frente al Ayuntamiento, pero distintos grupos de personas recorrían la zona, a veces huyendo de la policía, que en algunas calles disparó gases lacrimógenos. En el barrio de Marais, frente al edificio de los Archivos Nacionales, los cubos de basura estaban volcados y uno de ellos estaba en llamas. La escena se repetía en otras calles cercanas, donde se desprendía un olor a quemado. Algunos escaparates estaban dañados.

En una esquina, un grupo de manifestantes esperaba sin saber bien hacia dónde dirigirse. “Hay algo en [la plaza de] Bastilla”, indicó una persona que pasaba por ahí, en referencia a una concentración que se registró en ese lugar. Las avenidas en dirección a esta plaza estaban repletas de furgones policiales. En una pequeña intersección, otro grupo de manifestantes gritaba a unos policías que rodeaban a varias personas: “Liberad a nuestros compañeros“. En la cercana plaza de la República, decenas de bomberos esperaban indicaciones mientras comían barritas energéticas.

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