Pedro Castillo desde prisión: “Me siento secuestrado injustamente”
El expresidente de Perú, encarcelado por un autogolpe de estado, dice ser víctima de un complot de testigos comprados
Afeitado, con camisa blanca y sin sombrero, Pedro Castillo reapareció públicamente este martes, día en que se cumplen tres meses desde que intentó dar un autogolpe de estado y disolver el Congreso. En compañía de su abogado, el maestro sindical participó de la audiencia virtual en la que se evaluó el pedido de la Fiscalía de dictar una segunda orden de prisión preventiva en su contra por 36 meses. Y lo hizo con un tono beligerante donde negó nuevamente el rosario de delitos que se le imputan y, además, remarcó la teoría de que hay un complot con testigos comprados que quiere verlo tras las rejas.
“El único delito que he cometido es servir a mi país como presidente de la República. Se ha armado un castillo de delitos con colaboradores comprados. Voy a llegar a 100 días de estar secuestrado injustamente”, señaló Castillo, quien se encuentra recluido en Barbadillo, un centro penitenciario que también alberga al expresidente Alberto Fujimori.
El exmandatario, que permaneció 17 meses en Palacio, enfrenta cargos por organización criminal, colusión y tráfico de influencias. En la investigación están incluidos los exministros Juan Silva (Transporte y Comunicaciones) cuyo paradero se desconoce y Geiner Alvarado (Vivienda, Construcción y Saneamiento). Castillo también está acusado del presunto delito de rebelión por el que ya se le han dictado 18 meses de prisión preventiva tras el Gobierno de excepción que pretendió instalar en diciembre pasado.
Pedro Castillo la emprendió contra el Congreso, institución que lo destituyó por su permanente incapacidad moral. “Un Congreso que hoy no le sirve al país y que tiene más de 6.500 vuelos al año (…) y que cuando el presidente de la República, con su Consejo de Ministros, va a pedir presupuesto para el país, primero le piden 500 millones de soles [125 millones de euros] para que se repartan en sus bancadas”, espetó.
Casi a la par de su comparecencia ante la justicia, su esposa, Lilia Paredes, habló desde México y reiteró que Castillo es un preso político. “Quiero contar lo último que hablé con él. Me dijo: ‘me calumniarán, me difamarán, pero nunca traicionaré a mi pueblo’. Le pregunté: ‘¿qué podemos hacer?’ Y él me respondió: ‘Los dejo a ustedes en la Embajada de México, me regreso y voy a luchar junto con todo mi pueblo peruano”, dijo entre lágrimas.
Por otro lado, en la mañana del martes fue detenido preliminarmente en Lima el alicantino Jorge Ernesto Hernández Fernández, alias El Español, a quien se le acusa de ser el coordinador de una presunta red criminal que tenía como propósito “intimidar y atentar contra la integridad física” de funcionarios públicos, periodistas y colaboradores que brindaran información sobre los presuntos actos de corrupción en el Gobierno de Castillo. Este jueves el juez dará lectura al pedido de prisión preventiva por 36 meses en contra del exgobernante.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.